▪︎ 𝐀𝐕𝐀 ▪︎ TEEN WOLF 𝕱𝖆𝖓𝖋𝖎𝖈 ©

✮ || the warmth of a farewell

último capítulo;

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El viento golpeaba directamente en sus cuerpos mientras las manos de Ava se aferraban al torso del conductor de la motocicleta. El rugido del motor se fusionaba con el sonido del aire cortando a su alrededor, creando una especie de murmullo constante que resonaba en sus oídos. Su mente estaba ocupada en pensamientos confusos, pero su cuerpo reaccionaba casi instintivamente a la velocidad y la sensación de movimiento.

Finalmente, la motocicleta se detuvo frente a una casa de una sola planta, sencilla pero acogedora. En la entrada, un jeep color celeste, característico del lugar, estaba aparcado, dándole una sensación de familiaridad que contrastaba con el torbellino de emociones que la invadían. Ava bajó de la moto, sus piernas temblando ligeramente al tocar el suelo, como si aún sintiera la vibración del viaje en sus músculos. Con un gesto mecánico, se quitó el casco y lo dejó sobre el asiento. Al alzar la vista hacia la puerta de la casa, un suspiro entrecortado escapó de sus labios, reflejando el peso de lo que estaba a punto de enfrentar.

Desde donde estaba, podía oír los latidos tranquilos de Stiles, como si su cuerpo le hablase en un idioma silencioso. Parecía estar dormido. La certeza de su calma contrastaba con el tumulto dentro de ella. Bajó la mirada, incapaz de contener el repentino nudo que se formaba en su pecho, una mezcla de miedo, ansiedad y algo más que no podía definir. Su respiración se tornó irregular, forzándola a retroceder un paso mientras luchaba por mantenerse en control.

Aaron, quien había estado observándola en silencio, se acercó sin hacer ruido. Colocó suavemente una mano sobre su hombro, transmitiéndole apoyo con ese simple gesto. Sonrió con ternura, inclinando su cabeza hasta que su frente descansó sobre la de ella. El contacto la reconfortó de alguna manera, brindándole un ancla en medio de su caos interno.

—Ve, necesitas hacerlo —susurró Aaron con dulzura, sus labios rozando su cabello en un beso suave antes de apartarse.

Ava tomó una profunda bocanada de aire y, armándose de valor, levantó la cabeza. Sus ojos volvieron a fijarse en la puerta. Sus manos, que temblaban ligeramente, comenzaron a agitarse para liberar tensiones. Luego las cerró en puños, como si esa acción pudiera darle la fuerza que necesitaba. Dio un paso adelante y, con dedos casi titubeantes, tocó la puerta suavemente tres veces.

La puerta se abrió para revelar al Sheriff Stilinski, cuya expresión era tan cordial como siempre, pero algo en su mirada le hizo sentir aún más nerviosa.

—Ava... —saludó el Sheriff, su voz baja y cargada de empatía—. ¿Vienes a ver a Stiles?

Ava asintió sin decir una palabra. Tenía un nudo en la garganta que le impedía hablar, y su corazón latía con tanta fuerza que apenas podía oír algo más que el retumbar en sus propios oídos. A cada paso que daba por el pasillo hacia la habitación, la ansiedad la envolvía más, al punto de hacerle sentir que se asfixiaba. Su respiración era superficial, como si estuviera luchando por encontrar aire. Su visión comenzaba a volverse borrosa, pero se obligó a continuar, sus pies moviéndose casi por inercia.