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capitulo treinta y cuatro;

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—SU CUERPO ESTA EN UNA ENVOLTURA TRASPARENTE HECHO CON EL VENENO DE SUS GARRAS—repitió Derek las palabras que Scott había dicho a través de la línea

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SU CUERPO ESTA EN UNA ENVOLTURA TRASPARENTE HECHO CON EL VENENO DE SUS GARRAS—repitió Derek las palabras que Scott había dicho a través de la línea.— Dicen que comienza a moverse.

Ava miraba a ambos hombres sentados frente a una mesa desde la entrada de la casa. Aún se sentía cobarde por no poder entrar por completo al lugar sin sentir ganas de llorar por los recuerdos abrumadores. Se encontraba mirando el suelo recordando el sonido de sus tenis al correr por estar jugando, se escuchaba tan real que juraría que en ese momento ella corría a su alrededor. Miraba el color rojo de la alfombra brillar por su limpieza y el hermoso color roble oscuro de las paredes, las fotos familiares que decoraban la sala y el cómodo sillón en el que se quedaba dormida siempre después de la comida que le hacía Talia Hale.
Haber vivido con los Hale, todos esos recuerdos, los sentía con fuerza aún, con una gran nostalgia. Recordaba los días antes de la muerte de su padre, cuando comieron todos juntos sobre el gran comedor, en armonía. Recordaba los días después de la muerte de su padre, después del abandono de su madre, en los cuales Talia y Derek se encargaron de abrazarla y llenarla de calidez. Pero ahora, esos sentimientos estaban cubiertos por la capa negra de las cenizas, la madera quemada y vidrios rotos.

Tras la muerte de su padre y el abandono de su madre, la felicidad abandonó su vida, pero a pesar de que esa luz de esperanza se había ido, seguía la luz del tamaño de una vela iluminando su esperanza, pero tras el asesinato de su madre a manos de Peter Hale, la casa fue sumergida más en un caos deprimente y tenso, nadie hablaba con nadie, nadie quería ver a nadie. Aquella Ava se escondía en su habitación y de ahí no salía, solo esperaba a Derek, y él nunca volvió. Y ahora mismo, se encontraba en la misma habitación que aquel hombre que la dejó y el asesino de su madre.

—Encontré algo. —Peter revisaba la computadora del bestiario.— parece que lo que hemos visto del Kanima es solo su versión beta.

—¿Ambos Kanima? —preguntó Ava al escucharlo.

—Eso parece.

Derek la miró, ella también lo hizo y se quedaron unos segundos en silencio solo mirándose. No era una lucha de miradas, no había ojos de odio, tampoco de amor. Eran miradas de búsqueda, de esperanza, de ruego, de estar cerca y resolver el problema.

Ava lo entendió a la perfección.

Se acercó lentamente entrando más a la casa, le echó una corta mirada a la escalera y suspiró intentando que aquellos sentimientos negativos que revolucionaban su interior no la consumieran. Cruzó el marco de la puerta quedando frente a la mesa donde ambos hombres estaban y la rodeo quedando a un lado de Derek.

Peter se encontraba moviendo archivos buscando más información. Hasta que apareció una imagen de referencia a la información. Uno de ellos tenía alas y flotaba bajo la luz de la luna, tenía una cola tan larga como su cuerpo y unos ojos negros completamente. El otro, tenía unas garras tan largas y puntiagudas que podrían atravesar el cuerpo de cualquier ser y muchos colmillos en su boca. Ni un Derek Hale que era un Alfa tenía la boca así. Los tres: Peter, Derek y Ava, se sorprendieron alejándose un poco de la mesa y se miraron entre sí.

▪︎ 𝐀𝐕𝐀 ▪︎ TEEN WOLF 𝕱𝖆𝖓𝖋𝖎𝖈 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora