Capítulo 9: Invitado de honor

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Al verlas aproximarse, el oficial de visita se acomodó su mochila sobre el hombro, y se acercó a ellas. Ahora que lo veía más de cerca, Emma fue capaz de darle un mejor vistazo. Era bastante apuesto, con rasgos angulados y fuertes, y un cabello castaño corto debajo de su gorra. Y aunque parecía tener la misma edad que ella, el hecho de que ya hubiese sido promovido a capitán significaba que debía ser un soldado ejemplar. Pero lo que realmente sobresalía era su forma de caminar: derecho, confiado, al parecer sin preocupación alguna por haber sido dejado atrás en una isla totalmente poblada de Normas. Incluso los pilotos que hacían las entregas semanales de suministros siempre estaban reacios a aventurarse lejos de sus aviones, y rápidamente se marchaban una vez que terminaban de bajar su carga.

Ahora que estaba frente a ellas, Emma se encontró de nuevo sin poder decir palabra mientras su propio reflejo le devolvía la mirada desde las lentes de sus gafas de sol. ¿Qué clase de hombre habían enviado aquí exactamente?

– ¿Segunda Teniente Emma Bronson? – preguntó repentinamente.

– Um, sí, eso es correcto. – dijo ella y rápidamente lo saludó, mientras se regañaba mentalmente. «¿Qué diablos te pasa? ¡Eres una soldado, mantén la compostura!»

Por suerte, el oficial pareció no notarlo, y le devolvió el saludo.

– Soy el Capitán Joseph Algren. En nombre del Comité de Control de Normas, he sido asignado para inspeccionar Arzenal y todos sus sistemas.

– Acerca de eso – mencionó Emma – ¿dónde está el Coronel Ackerman? Me informaron que...

– Sí, lo sé. – la interrumpió el Capitán. – Me disculpo por la falla en la información, pero era esencial para mantener la seguridad de la operación.

– ¿Operación?

– Esas dos Normas que escaparon y fueron subsecuentemente capturadas. ¿Asumo que está al tanto del ataque terrorista reciente en Misurugi?"

– Por supuesto, ¿pero eso qué tiene que ver con...?

– Entonces debe estar al tanto de que la razón por la que lanzaron dicho ataque fue para liberar a una de las Normas que se fugaron, ¿verdad? Por suerte, la recapturamos poco después y la enviamos aquí de vuelta junto con la otra.

Emma iba a decir algo, pero se detuvo. Eso no lo leyó en el reporte.

– No, en realidad no estaba al tanto de eso.

– Y hay una buena razón para ello. – explicó el Capitán. – Ocasionalmente surgen grupos que simpatizan con las Normas, pero no tienen los recursos o fuerza para lanzar un ataque a dicha escala. Este fue un grupo en particular que hacía eso, pero pensamos que había sido destruido hace años.

– Sí, lo sé. – afirmó Emma. – Se hacían llamar "la Network", el grupo que estuvo involucrado en la rebelión fallida de las Normas.

– Y ahora, todo indica que no sólo sobrevivieron, sino que además han reconstruido su organización. No tengo que decirle el pánico que resultaría si se hace pública la existencia de un grupo como ése.

– ¿Pero eso qué tiene que ver con Arzenal? – le preguntó ella. El Capitán Algren miró por encima de su hombro a la Comandante Jill, y le indicó a Emma que se acercara.

– No podemos decirlo con certeza. – le susurró al oído. – Pero es posible que estos terroristas hayan hecho contacto con las Normas estacionadas aquí.

– ¿En Arzenal? ¡Eso es ridículo! ¡Le aseguro que, si hubiera habido algún contacto no autorizado, yo sabría de ello!

Demasiado tarde, se dio cuenta de que acababa de contestarle a un oficial superior.

Cross Ange: El Caballero de HildaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora