Capítulo 13: Asalto

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En una colina solitaria, bajo un cielo que era de un azul infinito, una figura solitaria estaba de pie frente a tres lápidas. Rio miró hacia abajo, y suspiró al saber que, al final, esto era todo lo que podía hacer por ellos. Y ahora, Sarah estaba descansando junto a sus padres.

– Adiós, Sarah. No sé a dónde iré ahora. Pero te juro que haré lo posible para honrar tu memoria.

Oyendo que alguien se le aproximaba, Rio se dio la vuelta y se encontró con una imagen que jamás creyó ver en su vida. Detrás de él estaba una mujer, pero no se parecía a ninguna que hubiera visto antes. Alta y elegante, su piel era tan pálida que prácticamente brillaba. Cabello como platino brillante que colgaba hasta sus caderas, y un rostro que simultáneamente se veía antiguo y joven, y unos ojos que brillaban como gemas mientras lo observaban fijamente. Ella se paró junto a él, y Rio se encontró sin habla cuando ella se volteó para sonreírle.

– Has sufrido mucho. – le dijo. – Pero veo que has decidido hacerle frente al dolor.

Rio la escuchó, y todavía no podía creerlo. Después de tanto tiempo, finalmente podía verla cara a cara.

– Así que tú eras la voz. ¿Quién eres?

La mujer bajó la mirada, observando la tumba de Sarah, y suspiró. – Alguien que ha visto el sufrimiento causado por ese hombre, durante más tiempo del que imaginas.

¿Ese hombre? ¿Estaba refiriéndose a Embryo?

– He estado observándote a ti, y a otros como tú por un largo tiempo. A pesar de ser su creación, te has liberado de su lógica, y has abrazado la tuya propia. Elegiste rechazar la prosperidad vacía y la falsa paz que él ofrece, a cambio de una vida de sufrimiento y conflicto. Gracias a eso, tú has podido oír mi voz cuando otros no pudieron.

– Entonces, ¿tú también eres su enemiga? – le preguntó. – Pero si es así, ¿por qué no nos ayudas? ¿Por qué no peleas contra él?

La mujer se giró de nuevo hacia él, y Rio se quedó en shock al ver que comenzaba a desvanecerse, su cuerpo se disolvía lentamente en una nube de polvo brillante. A pesar de eso, la mujer sonrió mientras le extendía su mano y le acariciaba la mejilla como si intentara consolar a un niño triste.

– Él me tiene atrapada, así que no puedo hacerlo. – le explicó. – Incluso el sólo hecho de aparecer frente a ti estira los límites de mi poder. Y ahora, mis hijos vienen hacia acá. Cuando lo hagan, asesinarán a todos los que se interpongan en su camino. Tú debes mostrarles la verdad. Que tu especie tiene el potencial de ser algo más que títeres de ese hombre. Que son más grandes de lo que jamás se imaginarían.

Finalmente, su cuerpo se dispersó, y Rio se quedó solo, cuando de repente encima de él, el cielo comenzó a iluminarse con relámpagos. Miró arriba justo a tiempo para ver una singularidad abrirse encima de él, de la cual emergieron docenas de bestias que rugían con furia...

...

Levantándose de golpe, Rio se sentó en su cama y jadeó al sentir el sudor chorreándole por la frente. ¿Qué diablos había sido eso? Mientras se secaba el sudor, pensó en todo lo que recordó del sueño. Embryo, esa mujer, sus "hijos"... ¿qué diablos significaba todo eso?

Poco a poco el sueño se fue desvaneciendo y Rio sacudió sus piernas. Ya que el dormitorio principal estaba hecho trizas, ahora estaba durmiendo en el cuarto para invitados. Acercándose a la ventana, Rio apartó las cortinas y observó el patio superior de Arzenal. Incluso con todo lo que había pasado, el cielo seguía siendo azul, el sol brillaba, y el mundo seguía girando. En la distancia, podía ver a Salia recogiendo flores cerca del centro de comando. Un grupo de niñas en edad escolar se detuvieron para saludarla y él sonrió al ver que ella les devolvía el saludo.

Cross Ange: El Caballero de HildaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora