Como comandante de Arzenal, quedaban muy pocas cosas que inspiraban sentimientos intensos de revulsión en Jasmine. Los años de haber peleado en nombre de los humanos que la habían desechado y aquellos que la trataban como basura, tener que enviar a niñas jóvenes hacia sus muertes siendo despedazadas por las garras de esos monstruos, ya no valía la pena dejarse afectar por ello. Pero una cosa que nunca aprendió a adormecer fue tener que inducir a una nueva Norma recién capturada en cómo eran las cosas en Arzenal.
La mayoría de las Normas enviadas a la instalación de Arzenal eran identificadas inmediatamente tras su nacimiento. Al menos eso les ahorraba el trauma y la pérdida de ser arrancadas de sus familias. Pero ocasionalmente recibían una o dos cuyas identidades hasta ese momento habían permanecido ocultas. La última que habían recibido no hacía más de dos meses, una pequeña niña pelirroja, provino de Enderant. Acorde con la profesora a la que fue asignada, todavía lloraba hasta quedarse dormida cada noche, y seguía sin conectarse con ninguna de las otras niñas Normas. Ahora, estaban a punto de recibir a otra.
Esta última era una niña de once años originaria de Rosenblum. Jasmine tuvo que admitir que fue bastante impresionante que hubiera sido capaz de ocultar su estatus durante todo ese tiempo. Aunque Blitz la había contactado sobre la posibilidad de sacarla de allí, Jasmine declinó. Las preparaciones para Libertus todavía procedían y, aunque los humanos rara vez ponían un pie en Arzenal aparte de la inspección anual, no podía arriesgarse a levantar sospechas por desapariciones que no pudieran explicar. Sólo podían esperar a que Embryo fuese derrotado y entonces, con suerte, podrían reunirlas con sus familias.
Encima de ella, el transporte finalmente llegó, y empezó a sobrevolar Arzenal antes de recibir permiso del centro de comando para aterrizar. Los motores de mana de la nave titilaron mientras descendía sobre la pista de lanzamiento extendida. La puerta de carga trasera se abrió, y una mujer guardia salió arrastrando a una niña de cabello castaño consigo. Tenía ambas muñecas atadas con grilletes y sus ojos verdes estaban muy abiertos del miedo. Qué criatura tan temible, pensó Jasmine mientras se acercaba. Qué bueno que los humanos tomaron la precaución de restringirla.
– Comandante Jasmine. – dijo la guardia. – Hemos venido a entregarle esta niña a usted.
– Entendido. – dijo ella con un saludo militar. – Yo me haré cargo a partir de ahora.
La guardia no le devolvió el gesto, pero Jasmine no esperaba que lo hiciera. En lugar de eso, empujó bruscamente a la niña, casi haciendo que se cayera de cara sobre la pista de aterrizaje antes de darse la vuelta y regresar a su transporte. Una vez que se fue, Jasmine miró a la recién llegada. Firme pero justa, esa era la forma de manejar a mocosas como esta.
– Soy la Comandante Jasmine. – anunció. – A partir de hoy, tú deberás hacer todo lo que te diga. ¿Entendiste?
La niña tragó saliva, pero asintió. Bueno, por lo menos era lo bastante inteligente para no contestarle. Eso le facilitaría un poco esta parte del trabajo.
– Bien. Ahora, acompáñame.
Con la recién llegada siguiéndola, Jasmine la guio todo el camino hacia el elevador, que las llevó hasta la cubierta de mando. Una vez allí, la Comandante escoltó a la pequeña niña hacia el "cuarto de orientación" donde dos guardias las estaban esperando. Una sola mirada a la decoración de la habitación, y la niña se quedó congelada, con toda su cara perdiendo cualquier atisbo de color.
– Relájate. – suspiró Jasmine. – La mayor parte de esto es sólo para presumir. Sólo lo utilizamos si es necesario. Sólo relájate y saldremos de esto rápido.
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Cross Ange: El Caballero de Hilda
FanfictionAU del anime Cross Ange a partir del episodio 9. ¿Qué habría sucedido si hubiese un movimiento de resistencia pro-Normas entre los usuarios de Mana? ¿Qué papel habrían jugado, y cómo alteraría su presencia la historia? ¿Y qué tal si uno de sus agent...