Ninguno de ellos sabía por cuánto tiempo habían estado volando. Tras la llegada de sus invitados inesperados, Ange y los demás fueron reunidos y llevados a la fuerza al frente del hotel. Tras una breve espera siendo apuntados por las pistolas de las dos mujeres, un segundo Bergantín llegó con lo que parecía un contenedor de carga de acero colgando de su cuello. En cuanto el primer Bergantín cogió a Villkiss y el Glaive de Hilda, sus captores los empujaron a todos dentro del contenedor, antes de cerrar la puerta, y sintieron cómo era levantado del suelo, mientras el DRAGON que lo cargaba se los llevaba hacia el cielo.
Ahora, los cinco estaban empacados dentro de esa pequeña caja de acero, siendo llevados a quién sabría dónde. Y en medio de su vuelo, una ráfaga repentina de turbulencia sacudió la caja, y con ella a los pasajeros adentro.
– ¡¿Quieren tener más cuidado?! – gritó Tusk. – ¡Tenemos chicas y a un herido aquí dentro!
– Me pregunto a dónde nos están llevando. – dijo Hilda.
– Probablemente quieren ejecutarnos. – señaló Ange. Descubrir que este mundo estaba habitado fue bastante shock por sí solo, pero nadie se esperaba que fuese el hogar de los DRAGONS. Atrás de Ange, cuya masa ocupaba la mayor parte del interior, Vivian gimoteaba con decepción.
– No lo creo. – replicó Rio desde abajo del sombrero que Hilda le dio. – Si quisieran matarnos, lo habrían hecho ya.
– Tal vez quieran torturarnos. – sugirió Hilda.
– Es posible, pero si fuera así, nos habrían llevado como estábamos. – señaló Tusk. – En vez de eso, nos permitieron cambiarnos y ponernos nuestra ropa.
– Estoy de acuerdo. – añadió Rio. – Mi teoría es que quieren algo de nosotros. Lo mejor que podemos hacer es tratar de seguirles el juego y no soltar nada que sea demasiado valioso. Mientras podamos convencerlos de que valemos más estando vivos que muertos, podemos reunir información y con algo de suerte escapar.
Moviéndose hacia Ange, Tusk se arrodilló y agarró los hombros de la rubia.
– Ange, escúchame. – le dijo. – Pase lo que pase, te prometo que te mantendré a salvo.
Arriba de ellos, Vivian se sonrojó y ocultó su rostro entre sus garras, mientras que, de su lado de la caja, Ange vio a Rio echar su mano libre hacia el hombro de Hilda.
– Sí, lo sé. – dijo ella. – Ahora, concentrémonos en lo que haremos cuando aterricemos. Sin importar nada, no podemos dejar que nos separen.
– ¿Huh? – preguntó Tusk. – Oh, sí, buena idea.
– ¿Qué diablos te pasa? – preguntó Hilda.
– No me digas que todavía estás caliente y con deseos. – preguntó Ange. – ¿En serio? ¿No entiendes que este no es el momento ni lugar?
– No, te lo juro. – prometió Tusk. – No se trata de eso.
– Me suena a que ustedes dos se estaban divirtiendo mucho. – Rio soltó una risita. – Comprendo tu dolor. Nuestros amigos eligieron el peor momento para aparecerse.
– ¡Ugh, hombres! – gruñó Hilda. – Todos ustedes sólo piensan en eso.
Vivian chirrió y asintió estando de acuerdo, cuando de repente la caja empezó a inclinarse, indicando que el Bergantín que los llegaba estaba descendiendo.
– ¡Hey, cuidado con las manos! – gritó Ange.
– ¡Lo siento! – dijo Tusk. – ¡Te juro que fue un accidente!
– ¡Sí, apuesto a que lo fue!
– ¡¿Quieren callarse los dos?! – gritó Hilda tratando de mantener a Rio fuera de su camino para que su brazo no fuera a empeorar. Finalmente, el contenedor fue dejado en el suelo con un golpe seco. La puerta se abrió, y el resplandor de la luz matutina los cegó mientras intentaban desenredarse de la pila que habían formado.
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Cross Ange: El Caballero de Hilda
FanfictionAU del anime Cross Ange a partir del episodio 9. ¿Qué habría sucedido si hubiese un movimiento de resistencia pro-Normas entre los usuarios de Mana? ¿Qué papel habrían jugado, y cómo alteraría su presencia la historia? ¿Y qué tal si uno de sus agent...