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enséñame, rbd

Enséñame a quererte un poco más
Y a sentir contigo el amor que tú me das






Termino de hacerme mi skincare y llamo a Brian mientras me siento en el tocador de mi cuarto para comenzar a arreglarme.

— Hola, rubia. — dijo sonriendo.

— Hola, rayito.

— ¿Cómo andas? ¿Cómo anda todo por allá?

— Genial, ya hicimos todo lo de la cena y ahorita ya me voy a empezar a arreglar. ¿Y tú? — hablé mientras comenzaba a hacer mi maquillaje.

— Mi mamá hizo la cena y en un rato llega mi hermana con mis sobrinos, nada del otro mundo. — dijo sonriendo mientras me observaba mientras me maquillaba. — Oye.

— Eu…

— Checa tu maleta.

— ¿Eh? — volteé a verlo al escucharlo.

— Si, checa tu maleta te dejé algo.

— Brian…

— Ándale ve. — insistió haciéndome rodar los ojos divertida y caminar hasta mi maleta para traerla frente a la cámara. — Abre el cierre de adelante.

Hice lo que me ordenó y al abrir el cierre vi una bolsa de regalo. La saqué y volteé a verlo.

— Dale, rubia, ábrelo.

Abrí la bolsa y dentro vi una playera del América por lo que fruncí el ceño confundida. La saqué de la bolsa y sonreí emboba al ver qué la playera tenía el dorsal 7 y en lugar de que pusiera “B.Rodríguez” decía “Rubia”. Además de que tenía el parche de campeones de la apertura 2023. Ni idea de cuando la había conseguido y ni idea de cuando la puso en mi maleta.

— Brian, eres increíble.

— Lo sé. — dijo haciéndome reír.

— Sé me olvidaba que tienes el ego por las nubes. — él también se rió al escuchar mi comentario. — Gracias, rayito. Y tu regalo, te lo daré en Uruguay. Así que tendrás que esperar un poco más por él.

— No te preocupes, no era necesario.

— Cállate, si yo te hubiera dicho eso, me hubieras mandado otro regalo más. Cómo si no te conociera. — dije acusándolo y él se rió sabiendo que era cierto.

— Bueno, si. Tienes razón. Gracias, rubia.

— ¿Con quién hablas? — le preguntó alguien a Brian.

— Es Sofi, ma. — respondió Brian y mi estómago dio un vuelco al darme cuenta que era su mamá. Su mamá dijo algo más que no pude entender. — Sof, mi mamá quiere saludarte.

— Eh? — dije dejando de maquillarme. — Ah… sí claro.

— No te va a pasar nada. — dijo riéndose por mi cara y por mis nervios, que obviamente notó.

Su mamá se asomó y sonreí al verla saludar con la mano.

— Hola… — dije un poco tímida. Jamás me pasaba eso, nunca era tímida con nadie. Pero el conocer a la mamá de Brian, me ponía tan nerviosa que apenas sabía qué decir.

— Hola, Sofi. Que gusto conocerte por fin. No sabes, mi hijo habla de ti todo el tiempo. — yo sonreí y el calor subió por mis mejillas ante su comentario.

— Mamáaaa… — se quejó Brian.

— Es un gusto igual, señora. Su hijo también habla maravillas de usted.

RUBIA | brian rodriguez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora