Parte 8 Reacciones confusas

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Habían pasado tres meses desde aquel accidente en el cual mi prima de 14 años y yo Adrián un hombre de 25 años habíamos intercambiado nuestros cuerpos y vidas.

También habían pasado tres meses desde que, cegado por la venganza, acepte tener relaciones sexuales ocupando un cuerpo que no era el mío, peor aún el cuerpo de mi propia prima.

Aún recuerdo el susto de muerte que me lleve cuando aquel tipo eyaculo dentro de mí, y peor aún, pues no había podido conseguir ningún método anticonceptivo.

Ante el riesgo de quedar embarazado y por consiguiente atrapado en el cuerpo de mi prima, en el mejor de los casos otros nueve meses, no tuve otra opción que pedir ayuda a la verdadera Vicky.

Aún recuerdo, aquel día y aquella conversación:

-Llevo dos días buscándote, te llame por teléfono e incluso te busque en mi antigua casa ¿Dónde estabas y que hacías con mi cuerpo Vicky? - Decía con un sentimiento de frustración e impotencia, al ver a Vicky en mi antigua forma tan tranquila mientras que a mí en su cuerpo me devoraban los nervios.

-Pues digamos que arreglando un poco este cuerpo y vida de mierda que llevabas y haciéndola un poco más soportable... bueno ya estoy aquí ¿Qué se te ofrece nenita? - Me dijo Vicky haciendo que me sintiera aún más humillado

-Pues veras no es fácil para mi decirte esto, pero...- No sabía cómo empezar a contarle que había ocupado su cuerpo para tener sexo con el chico de la secundaria que siempre había sido su amor platónico.

- ¿Y bien, me vas a contar o no? - Preguntaba ella desde mi cuerpo, con una expresión de curiosidad en su cara

-Pues veras, ocurrió un accidente...-

- ¿Ya te llego tu primer periodo? -

- No, no es eso, es un poco más grave...-

-Habla ya Adrián maldita sea, me estas asustando- Me dijo de manera enérgica mientras yo inhalaba aire para contarle de la manera más rápida y breve posible

- ¡Bueno ya! tuve sexo estando en tu cuerpo, con el niño que te gusta Christopher hace dos días en el baño de la escuela, y antes de que me grites tengo que decirte que eso no es lo peor, pues no usamos protección y tengo miedo de que quedes embarazada... de yo quedar embarazado- Conte de la manera más rápida que pude, mientras esperaba la peor reacción de Vicky, aunque en el fondo sentía que me quitaba un peso de encima con aquella confesión.

Pude ver como Vicky en mi cuerpo apretaba el puño, y fruncía el ceño. Aunque mi antiguo cuerpo de hombre no era el más fuerte o robusto, sabía que con mi nueva condición como una niña débil de 14 años no podría hacer nada para defenderme si a Vicky le ganaba la testosterona y decidía agredirme.

Asustado solo pude ver como Vicky camino hacia su mesita de noche a lado de su cama y saco un calendario y unas pastillas.

—Tienes suerte de que sea muy regular —decía mientras señalaba el calendario—. Afortunadamente para ti, "primita", los días antes de mi período son más infértiles, así que dudo que hayas quedado embarazada —decía con una tranquilidad que incluso me asustó.

—¿Y estas pastillas? —pregunté confundido.

—No me sorprende que no las conozcas. Después de todo, cuando cambiamos de cuerpo, tu olor a hombre virgen fue lo primero que noté —dijo ella con una intención hiriente—. Se llaman pastillas del día siguiente y te recomiendo que las lleves contigo siempre si quieres evitarte otro susto de estos —decía con una expresión en mi antigua cara, que francamente consideré burlona.

—Bueno, te dejo. Tengo una cita para hacer tarea con una amiga —dijo ella, mientras me dejaba sorprendido, pues yo no tenía ninguna amiga en la universidad.

Devuélveme mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora