Finalmente, llegué a la puerta de casa. Me detuve antes de entrar, respirando profundamente. Sabía que tenía que enfrentarme a la realidad de lo que había hecho y encontrar una manera de lidiar con mi situación. No podía seguir escondiéndome detrás de mis emociones desbordadas y mis decisiones impulsivas.
¿Está bien o está mal? Esa es la pregunta que me atormenta. La excitación que siento a veces me hace cuestionar si es una forma de adaptación o simplemente una traición a mi antiguo yo. La realidad es que estos sentimientos me provocan una inquietud constante, una sensación de estar atrapado entre dos mundos que no encajan. Me siento como si hubiera perdido todo lo que una vez definió mi masculinidad y, con ella, mi sentido de control y confianza.
Decidí ducharme, me sentía sucio tras lo sucedido. A pesar de que no hubo interacción sexual sentía que algo estaba mal en mí. Mientras me desvestía pude notar como había liberado fluidos vaginales en mi ropa interior.
Me asusté y solo limité a dejar mi ropa en la canasta de ropa sucia. Entré a la ducha esperando librarme no solo del beso, sino de los pensamientos intrusivos.
Me decidí a enfrentar mi confusión y a buscar una manera de manejar mi nueva realidad. Sabía que no podía continuar así, actuando sin pensar y dejándome llevar por las emociones. Tenía que encontrar información del jarrón que rompimos Vicky y yo. Si ella no haría algo, tendré que ser el adulto aquí.
Después de la ducha, me vestí con ropa cómoda y me senté en el sofá de la sala, tratando de pensar en un plan. La imagen del jarrón roto y la liberación de ese humo blanco seguía presente en mi mente. ¿Qué demonios era ese objeto? Necesitaba investigar más sobre el jarrón y cómo podría afectarnos a ambos.
Encendí la computadora y comencé a buscar información sobre artefactos antiguos y jarrones mágicos. La búsqueda resultó ser más complicada de lo que había anticipado. No encontré mucha información concreta, pero sí un par de pistas que parecían interesantes. Algunos artículos hablaban sobre artefactos que podían alterar la realidad o intercambiar cuerpos, aunque eran en su mayoría leyendas y cuentos antiguos.
Sin embargo, encontré un pequeño foro de discusión sobre artefactos mágicos que parecía tener una sección dedicada a casos similares al nuestro. Decidí unirme a la conversación y plantear nuestra situación, tratando de obtener alguna orientación o consejo. La idea de compartir mi problema con desconocidos en un foro no era lo ideal, pero no tenía muchas opciones.
Mientras escribía mi mensaje en el foro, el sonido de la puerta principal me hizo dar un grito agudo. Miré el reloj; ya era tarde. Mi primer pensamiento fue que alguien podría haber llegado a casa, pero no esperaba visitas en ese momento.
Fui a la puerta y la abrí con cautela. Para mi sorpresa, allí estaba Vicky, en mi cuerpo. Su rostro mostraba una expresión de preocupación y un poco de cansancio.
—Adrián —dijo Vicky con voz temblorosa—, necesitamos hablar.
El sonido de su voz, tan familiar y tan ajeno al mismo tiempo me hizo sentir un nudo en el estómago. Mi corazón se aceleró, recordándome lo importante que era resolver esto juntos. La situación era complicada y, por primera vez, sentí que estábamos verdaderamente en el mismo equipo.
—Claro, pasa —dije, abriéndole la puerta para que entrara. La invité a sentarse en el sofá mientras yo volvía a tomar mi lugar frente a ella.
Vicky se sentó a mi lado, y pude ver la preocupación en sus ojos, que ahora eran los míos. No podía evitar sentir una extraña sensación al ver mi propio cuerpo reflejando emociones que normalmente no mostraba. Antes de que pudiera decir algo, ella comenzó a hablar.
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Devuélveme mi vida
ChickLit"Devuélveme mi vida" cuenta la historia de Adrián, un joven de 24 años, y su prima Vicky, de 14 años, quienes, tras romper un antiguo jarrón en una tarde lluviosa, intercambian cuerpos de manera mágica. Atrapados en los cuerpos del otro, deben naveg...