Parte 12 Descubriendo Nuevos Sentimientos

94 3 0
                                    

Me levanté, estirando el cuerpo de Adrián mientras me preparaba para el día en la universidad. La rutina matutina se sentía casi normal, pero el pensamiento de ser un hombre de 24 años en el cuerpo de mi primo seguía siendo una constante en mi mente.

Al llegar a la universidad, la rutina diaria de las clases y las actividades no parecía tan distinta a la vida que llevaba como Vicky, aunque los matices eran otros. Estaba manejando bien las responsabilidades académicas, pero había algo que no podía ignorar: mis sentimientos hacia Natalia.

Natalia, una amiga de Adrián que conocí cuando era niña, era una figura que solía observar desde una distancia respetuosa. Sin embargo, en el cuerpo de Adrián, desde aquel incidente, comenzaba a ver a Natalia con una nueva perspectiva. Cada vez que la veía, sentía una serie de reacciones hormonales inesperadas que me dejaban confundida.

Hoy, durante el almuerzo en la cafetería del campus, Natalia se acercó a mí. La conversación comenzó de manera casual, hablando sobre las clases y el día a día. Me di cuenta de que, a medida que hablábamos, mis sentimientos hacia ella se intensificaban. La forma en que me miraba, su risa, e incluso las pequeñas cosas que decía me hacían sentir un torbellino de emociones.

—¿Cómo ha ido tu día, Adrián? —preguntó Natalia con una sonrisa coqueta.

—Bastante bien, gracias. Solo unas clases largas y mucho trabajo por hacer —respondí, tratando de mantener la conversación ligera.

—¿Tienes algo planeado para esta tarde? —continuó, con un brillo en sus ojos que me hizo sentir una extraña mezcla de nervios y excitación.

—No mucho, solo tengo que terminar unos informes —dije, sintiendo un poco de vergüenza al darme cuenta de que estaba disfrutando de nuestra conversación más de lo que debería.

Natalia me habló sobre sus planes y las cosas que había estado haciendo. Mientras la escuchaba, me encontré absorto en cada palabra, sintiendo una atracción que no podía ignorar. Sus gestos y la forma en que se expresaba me provocaban una conexión emocional que no había anticipado.

Finalmente, la conversación terminó y Natalia se despidió con un cálido "Hasta luego". Me quedé allí, observándola alejarse, con el corazón latiendo más rápido de lo que había experimentado en mucho tiempo. A medida que me dirigía a mi auto, no podía dejar de pensar en lo que había sucedido.

Mientras conducía de regreso a casa, mi mente estaba llena de pensamientos y preguntas. La atracción que sentía por Natalia me estaba llevando a cuestionar mis sentimientos y mi identidad. ¿Era posible que me estuviera enamorando de ella? ¿Cómo podía explicarlo, considerando que estaba en el cuerpo de mi primo?

El pensamiento de hablar con Adrián sobre el deseo de no volver a mi cuerpo original se volvía más complicado. Tenía que enfrentar la realidad de que mis sentimientos por Natalia podían estar influyendo en mi deseo de permanecer en el cuerpo de Adrián. La idea de confesarle a Adrián que no quería volver a mi cuerpo y que me sentía atraída por una mujer en su vida era aterradora, pero también sentía que era algo que necesitaba descubrir.

Mientras llegaba a casa, me sentí atrapada entre la culpa y el deseo. La culpa por estar sintiendo cosas que no debía en el cuerpo de mi primo, y el deseo de explorar esos sentimientos con Natalia. ¿Era solo una fase de confusión, o había algo más profundo que no había considerado?

Me he dado cuenta de que, cuando me voy a dormir, la sensación no desaparece. La libido alta no me deja en paz, y a veces me encuentro despierta en la cama, luchando contra esos impulsos. Me he dado cuenta de que la masturbación se ha vuelto casi una necesidad para calmar esos deseos, algo que no había experimentado de esta forma antes.

Sin embargo, no todo es malo. Hay una especie de poder que viene con esta alta libido. Cuando estoy con Natalia, por ejemplo, la forma en que me siento es increíble. El deseo intenso puede hacer que esos momentos sean extremadamente satisfactorios, como si todo el mundo estuviera en alta definición y yo estuviera completamente presente. Me encanta esa parte, y no puedo negar que me da un tipo de confianza que nunca había sentido antes.

Así que, sí, el aumento de la libido es un doble filo. Tiene sus ventajas y desventajas. Me siento más alerta y excitada que nunca, pero también tengo que manejar el hecho de que esos deseos pueden ser difíciles de controlar en situaciones inapropiadas. Es como vivir con un superpoder que, a veces, se siente más como una maldición. Pero, al menos por ahora, estoy tratando de encontrar un equilibrio y aprender cómo manejar esta nueva parte de mi vida como hombre.

Esa noche, mientras me acostaba, mis pensamientos seguían girando en torno a Natalia. Sabía que debía tomar una decisión pronto, no solo por mí, sino también por Adrián. No podía seguir viviendo en esta incertidumbre, pero, al mismo tiempo, la idea de dejar atrás este nuevo mundo que había descubierto en el cuerpo de Adrián me aterrorizaba.

El dilema seguía sin resolverse. ¿Cómo podía reconciliar estos sentimientos con mi identidad? Y, más importante aún, ¿Cómo se lo diría a Adrián?

Devuélveme mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora