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Capitulo 24: "Remontada"

El amanecer en Suzuka llegó con un cielo nublado y un aire cargado de tensión. Jenna Verstappen se despertó temprano, como siempre lo hacía en los días de carrera. La luz suave que entraba por la ventana del hotel apenas iluminaba su habitación, pero no necesitaba más. Su alarma no había sonado todavía, pero la ansiedad la había despertado antes de tiempo. Sabía que tenía un día largo por delante y que necesitaba estar completamente enfocada.

Se levantó de la cama y, después de estirarse un poco, se dirigió al baño. El agua caliente de la ducha la ayudó a despejarse, mientras repasaba mentalmente lo que tenía que hacer en las próximas horas. Sabía que sería una carrera complicada, empezando desde atrás debido a la penalización, pero no podía permitirse ninguna distracción. Cuando salió de la ducha, se vistió con ropa deportiva cómoda y bajó al gimnasio del hotel.

Su rutina de ejercicios era sagrada. Comenzó con algunos estiramientos, luego corrió en la cinta durante veinte minutos, concentrándose en su respiración. Después, hizo un poco de entrenamiento de fuerza, nada demasiado extenuante, solo lo suficiente para activar los músculos y mantener su mente enfocada. Mientras entrenaba, pensaba en la estrategia para la carrera, repasando las vueltas mentalmente, imaginando cómo superaría cada obstáculo que se le presentara.

Terminó su rutina con una breve sesión de yoga, tratando de calmar su mente. Sabía que la clave para tener un buen desempeño era encontrar un equilibrio entre la agresividad en la pista y la calma interior. Respiró profundamente, sintiendo cómo la tensión se disipaba lentamente.

Cuando llegó al paddock, el ambiente ya estaba cargado de energía. Los motores rugían en los garajes, y los miembros del equipo se movían con rapidez, ultimando detalles. Jenna saludó a algunos mecánicos de Ferrari con un asentimiento antes de dirigirse hacia la sala de reuniones para hablar con su ingeniero. Pero antes de llegar, se encontró con algunos de los pilotos que ya estaban conversando en grupo.

-¿Lista para el espectáculo, Verstappen? -le preguntó George Russell, con una sonrisa amigable mientras se ajustaba los guantes.

-Siempre lo estoy, Russell -respondió Jenna, devolviéndole la sonrisa mientras lo miraba de arriba abajo.

Se saludaron de forma breve antes de que Jenna continuara caminando, su mirada se cruzó por un segundo con la de Esteban Ocon, que estaba hablando con su equipo. Los ojos de Jenna se endurecieron, y una chispa de ira volvió a encenderse en su pecho al recordar el choque durante la clasificación. Ocon también la vio, ninguno dijo nada, pero el malestar estaba presente.

Después de las tensas conversaciones y las miradas cruzadas, la pelirroja se encontraba en el garaje de Ferrari, preparando mentalmente su estrategia para la carrera. El sonido de los motores llenaba el aire, y el bullicio del paddock era casi ensordecedor, pero en su mente, todo estaba en silencio. Estaba concentrada en su tarea, visualizando cada curva, cada adelantamiento, cuando sintió una presencia familiar detrás de ella.

-¿Tienes un minuto? -dijo la voz de Max Verstappen, rompiendo el silencio.

Jenna se giró y vio a su hermano, con una expresión seria en el rostro. No era común verlo así antes de una carrera, lo que le indicó que algo importante estaba en su mente. Jenna asintió, haciéndole un gesto para que se apartaran un poco del bullicio del garaje.

Ambos se movieron hacia una esquina más tranquila, lejos de las miradas curiosas de los mecánicos y demás miembros del equipo. El silencio entre ellos era pesado, cargado de lo que había pasado recientemente.

-Escucha, Jenna -comenzó Max, mirando al suelo por un momento antes de levantar la vista hacia ella-. Quería hablar contigo antes de la carrera. Sobre lo que pasó en el auto la otra vez... siento mucho lo que te dije.

The greatest | A Lando Norris F1 fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora