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Capitulo 29: "No digas eso..."

El sol brillaba intensamente sobre el podio de Silverstone, mientras el himno argentino resonaba con fuerza por los altavoces. Jenna, completamente emocionada, alzaba la mirada hacia el cielo. Estaba extasiada, llena de una alegría inigualable tras la dura carrera y la merecida victoria. Los fans coreaban su nombre, ondeando banderas y aplaudiendo con una pasión contagiosa. El himno era un recordatorio de su país, de sus raíces, y la llenaba de orgullo.

Cuando el himno terminó, llegó el momento que todos esperaban: la celebración con champagne. Jenna sonreía mientras observaba a Lewis y Charles, quienes también se preparaban para el momento festivo. Pero algo no encajaba. La música que siempre precedía a la celebración no sonó. En su lugar, un incómodo murmullo comenzó a llenar el aire. La multitud parecía inquieta, y los rostros de los fans en las gradas ya no eran los mismos. Jenna pudo ver cómo algunos susurraban entre ellos, con expresiones de tristeza. Su mirada recorrió el podio, buscando respuestas, pero lo único que encontró fue a Max, quien estaba parado en una esquina con los ojos rojos, tratando de mantener la compostura.

Confundida, girando su cabeza hacia los lados- ¿Qué está pasando?

Lewis y Charles también compartían la confusión. Los tres se miraron brevemente, sin entender qué estaba ocurriendo. Justo en ese momento, Fred Vasseur, el jefe de Ferrari, que estaba a un lado del podio, llamó a Jenna con un gesto urgente. Ella, aún con una sonrisa, bajó del podio, feliz y orgullosa de su victoria, sin sospechar lo que venía.

Sonriente, mientras se acerca a Fred- ¿Qué sucede? ¿Por qué la gente se ve tan rara?

Fred no contestó de inmediato. Su expresión era grave, y en sus ojos se reflejaba una preocupación profunda. Se acercó a Jenna, quien lo miraba todavía con alegría, y le habló al oído, apenas susurrando.

El impacto fue inmediato. Los ojos de Jenna se abrieron de par en par, y su rostro, antes radiante de felicidad, se transformó en una máscara de puro shock. No podía procesar lo que acababa de escuchar. Su boca se abrió ligeramente, pero no salieron palabras. Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos mientras intentaba comprender la magnitud de la noticia. Era como si el mundo entero se detuviera, como si el tiempo hubiera dejado de fluir.

- Jenna... tu madre... fallecio.

Titubeando, en voz baja, casi inaudible- No... no puede ser... no... ¿qué?

Las cámaras capturaban cada segundo del devastador momento. Lo que debía ser la celebración más grande de su carrera se estaba desmoronando frente a todos. En su mano, aún sostenía la botella de champagne, pero ya no tenía fuerzas para sujetarla. Con un movimiento lento y torpe, la botella cayó de su mano y se estrelló contra el suelo, rompiéndose en mil pedazos. El sonido del cristal haciéndose añicos parecía reflejar cómo su corazón también se rompía en ese mismo instante.

Desesperada, con la voz quebrada- ¡No... no digas eso, no...!

Las lágrimas que había estado conteniendo comenzaron a caer, rodando por sus mejillas. La multitud, que hasta hace unos minutos celebraba con alegría, ahora observaba en silencio, sin saber qué hacer. Lewis y Charles, al ver la reacción de Jenna, también bajaron del podio, claramente confundidos y preocupados.

Lewis Preocupado, acercándose- Jenna, ¿qué sucede?

Pero Jenna no podía hablar. Estaba paralizada por el dolor. Fred intentó consolarla, pero Jenna lo apartó suavemente, incapaz de aceptar lo que acababa de escuchar. En su mente, las imágenes de su madre pasaban rápidamente: su risa, sus consejos, sus abrazos... y ahora ya no estaba.

- ¿Por qué... por qué no me lo dijo antes de celebrar? ¿Por qué no contestaba mis llamadas?

Fred intentaba mantener la calma, pero no encontraba palabras para consolarla en ese momento. Max, que había estado observando desde la distancia, finalmente se acercó, sus ojos aún rojos por haber llorado antes. Sabía lo que Jenna estaba sintiendo, pero también sabía que no había nada que pudiera decir para aliviar su dolor.

Con la voz suave, tratando de mantener la calma- Jenna... lo siento. Intenté llamarte antes, pero no quería decirte esto antes de la carrera.

Jenna levantó la mirada hacia su hermano, sus ojos llenos de dolor y rabia al mismo tiempo.

- ¡Tú lo sabías! ¿Por qué no me lo dijiste? ¡¿Por qué dejaste que viniera hasta al podio?!

- No quería que te destruyera... pensé que era lo mejor.

Jenna no podía soportarlo más. La tristeza y el enojo se mezclaban dentro de ella, creando una tormenta incontrolable. Sin decir una palabra más, se giró bruscamente y comenzó a caminar, alejándose del podio, de su hermano, y de todos los presentes. Las cámaras la siguieron mientras intentaba salir del circuito, pero todo lo que podía escuchar eran sus propios sollozos y el eco de la última vez que había hablado con su madre.

Mientras caminaba, tratando de huir del dolor y la atención de los medios, Lando Norris apareció en su camino, completamente ajeno a lo que había sucedido.

- ¿Qué pasa, Verstappen? ¿Te quedaste sin champagne o qué?

Jenna levantó la mirada, con los ojos llenos de lágrimas y furia. Lando notó de inmediato que algo estaba mal, pero antes de que pudiera decir algo más, Jenna pasó de largo, empujándolo con brusquedad.

- Vete al diablo, Lando...

Lando se quedó parado, completamente desconcertado por lo que acababa de suceder, mientras Jenna se alejaba corriendo, intentando escapar del dolor que la consumía.

Las cámaras la siguieron hasta que desapareció en la distancia, dejando atrás su victoria y el podio. La noticia de la muerte de su madre ya comenzaba a circular, y mientras el mundo entero miraba con tristeza, Jenna sabía que nada volvería a ser igual.



















The greatest | A Lando Norris F1 fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora