Capitulo 40: "Belle"
La alarma de su celular no fue lo que la despertó aquella mañana, sino el incesante sonido de las notificaciones. Cuando Jenna abrió los ojos y se estiró para tomar el teléfono, vio con sorpresa que tenía 57 llamadas perdidas de Max. Su hombro y pie todavía dolían un poco, aunque menos que en los días anteriores. Tras tomarse unas pastillas para el dolor, se colocó una tobillera para estabilizar el pie y caminó hasta la cocina, marcando el número de Max.
—¿Dónde estabas? —preguntó Max en cuanto atendió, usando un tono de broma—. Pensé que te habías quedado dormida para siempre.
—Qué dramático eres, Max. Solo estaba descansando de mis *57* notificaciones —replicó Jenna, sarcástica, mientras servía un vaso de agua—. ¿Qué quieres tan temprano?
—Te tengo una sorpresa —respondió Max, en un tono de misterio—. Sal de una vez y lo verás.
Confundida, Jenna fue hacia la puerta principal y la abrió, pero no vio a nadie.
—¿Max? —preguntó, sin entender—. No veo nada...
Justo entonces, escuchó un pequeño ladrido y, al bajar la mirada, vio a un cachorro golden retriever, con sus orejas grandes y caídas, corriendo torpemente hacia ella. El cachorrito saltaba de emoción, moviendo la cola sin parar, mientras Max grababa la escena desde el pasillo y reía.
—¿Pero qué...? —dijo Jenna, con una mezcla de sorpresa y emoción—. ¿Es para mí?
Max sonrió desde detrás del teléfono.
—Siempre dices que te sientes sola en casa —dijo, acercándose y bajando la cámara—. Pensé que podrías usar algo de compañía.
Jenna se agachó mientras el cachorrito la rodeaba, intentando lamerle la cara. Sus pequeñas patas tambaleantes y su entusiasmo lograron hacer que Jenna soltara una risa genuina y pura.
—Es el cachorro más hermoso del mundo —murmuró, mientras lo acariciaba con cuidado.
El perrito no paraba de mover la cola, claramente emocionado de conocer a su nueva dueña. Jenna, entre risas, le dio a Max un abrazo rápido y se giró de nuevo hacia el cachorro, quien ya comenzaba a explorar todo a su alrededor.
—¿Ya pensaste un nombre? Es hembra —preguntó Max, divertido.
Jenna lo miró pensativa.
—No lo sé... Algo especial. Quizás algo como "Belle" —dijo, dándole una última caricia mientras el cachorro se le recostaba en las piernas, completamente confiado.
Jenna sonrió al verlo.
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Los trámites para llevar a Belle con ella a Inglaterra fueron agotadores, pero al final Jenna y su nueva compañera de cuatro patas estaban listas para volar. En el avión privado, Max y Jenna jugaban a las cartas en una disputa amistosa y de hermanos, mientras Belle dormía cómodamente en las piernas de Jenna, quien la acariciaba suavemente entre jugada y jugada.
—¡Estás haciendo trampa! —acusó Max en un momento, señalándola con una ceja alzada.
—¿Yo? ¿Trampa? —replicó Jenna, fingiendo estar ofendida—. ¿Cuántas veces tengo que ganarte para que entiendas que solo soy mejor?
Los dos se echaron a reír y terminaron jugando un par de rondas más hasta que, finalmente, el cansancio los alcanzó y ambos decidieron descansar un rato antes de llegar.
Al aterrizar en Inglaterra, fueron directo al hotel, donde se reunieron con varios de los otros pilotos que también estaban llegando. Carlos Sainz, quien la estaba reemplazando debido a su lesión, fue uno de los primeros en saludarla con una sonrisa. La amistad entre ellos siempre había sido especial; compartían un humor similar y siempre habían tenido una conexión genuina, además de una gran confianza en la pista.
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The greatest | A Lando Norris F1 fanfiction
FanfictionJenna Verstappen, hermanastra de Max Verstappen, comenzó su carrera en el automovilismo desde joven, influenciada por su padre Jos, ex piloto de Fórmula 1. Tras destacarse en el karting y ascender en las categorías juveniles, Jenna, a los 18 años, h...