The greatest | A Lando Norris F1 fanfiction

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Capitulo 37:"Nos vemos"

Jenna llegó al paddock con una sonrisa amable en el rostro, saludando a todos los mecánicos y personal del equipo que encontraba en el camino. Su retorno no había sido fácil, pero había decidido que enfrentaría la situación con la mayor normalidad posible. Los pilotos estaban reunidos en la zona común, esperando para la reunión antes de ir a entrenar y a dar entrevistas y contenidos. Ella pudo sentir la tensión en el ambiente, cómo todos evitaban mirarla con demasiada lástima o compasión, lo que hacía que cada saludo pareciera un poco más forzado de lo usual.

Mientras charlaba con algunos pilotos sobre lo mucho que habían extrañado las carreras, vio a Lando Norris acercándose al grupo. Su presencia provocó que el estómago de Jenna diera un vuelco. No podía evitar recordar el beso que compartieron justo antes de que ella se marchara, un momento que había revivido mil veces en su cabeza durante las semanas pasadas. Lando saludó a los demás, y cuando llegó el turno de saludarla, la incomodidad se hizo evidente.

—Hey, Jenna... —dijo Lando, haciendo una pausa antes de acercarse a ella con la intención de darle un abrazo.

Jenna, por impulso, extendió la mano para darle un apretón. Lando se detuvo, algo sorprendido, y luego tomó su mano con torpeza. Ella, sintiéndose inmediatamente ridícula, intentó arreglar la situación y le dio un beso en la mejilla, pero en ese instante él ya estaba retrocediendo. La confusión hizo que ambos se pusieran rojos como tomates.

—Eh... bueno... ¡qué bueno verte! —dijo Lando, riéndose nerviosamente.

—Sí, sí, lo mismo —respondió Jenna, sintiendo el calor subirle a las mejillas mientras todos los demás observaban la escena con cierta diversión.

Pierre Gasly, que estaba sentado cerca, no pudo evitar soltar una risa.

—¿Qué fue eso, chicos? ¿Un saludo en cámara lenta? —bromeó, sacando una carcajada de George Russell y Oscar Piastri.

—Ya, ya, déjenlos —intervino Daniel Ricciardo con una sonrisa maliciosa—. Están tratando de inventar una nueva forma de saludo. Yo lo llamaría "el desabrazo".

Cuando la risa de los demás comenzó a desvanecerse, Charles cambió de tema para romper la incomodidad general.

—Bueno, ya que estamos todos aquí, ¿qué tal si cada uno cuenta un poco sobre sus vacaciones? —propuso Charles—. Yo fui a Córcega, me la pasé haciendo senderismo y comiendo mucho, fue genial.

—Yo fui a Australia —contó Oscar—. Pasé mucho tiempo con la familia, y me fui a surfear casi todos los días. Extrañaba las olas.

—Suena bien —dijo George—. Yo estuve en Grecia, me quedé en una villa preciosa con mi novia. Lo de siempre, sol, playa, comida increíble.

Jenna escuchaba a los demás con interés, pero sentía que la estaban mirando con expectativa, como esperando a que hablara. Finalmente, Daniel giró la conversación hacia ella.

—¿Y tú, Jenna? ¿Qué estuviste haciendo? —preguntó con una sonrisa curiosa.

—Bueno... —comenzó Jenna, encogiéndose de hombros—. Fui a Italia a pasar tiempo con un amigo. Nos dedicamos a hacer turismo medio raro, museos, fiestas en bares... cosas por el estilo. Fue... diferente.

—¿Turismo medio raro? Eso suena como código para "nos metimos en problemas", ¿no? —interrumpió Pierre, alzando una ceja.

—Tal vez... un poquito —admitió Jenna con una sonrisa traviesa—. En una de las fiestas terminamos bailando con un grupo de italianos y rusos, repartiendo shots y comiendo nachos con cheddar. Fue un desastre, pero nos divertimos. Y mi amigo se quedó dormido roncando en el sofá al día siguiente.