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En la prestigiosa academia de danza de la Universidad de Seúl, dos estrellas brillaban con luz propia. Jeon Jungkook, un alfa carismático, destacaba por su técnica impecable y su presencia dominante en el escenario, como un sol que eclipsa todo a su alrededor. Su popularidad lo envolvía en un halo de admiración, atrayendo miradas y susurros dondequiera que fuera.

Park Jimin, en cambio, era un omega de una belleza etérea, cuya gracia y expresividad lo hacían brillar como la luna en una noche serena. Su danza era un delicado susurro de seda, un murmullo de emociones que capturaba el alma de los espectadores.

Aunque diferentes como el día y la noche, ambos eran considerados los mejores bailarines de la academia, y la comparación entre ellos era inevitable, como la marea que encuentra al viento en una danza interminable.

Jungkook siempre había visto a Jimin como una amenaza, alguien capaz de robarle el centro de atención. Jimin, por su parte, veía a Jungkook como un arrogante que creía ser superior a los demás. Sus enfrentamientos eran habituales en las clases, y sus compañeros ya estaban acostumbrados a la chispeante rivalidad que existía entre ellos desde que comenzaron su carrera en la danza.

-¿Por qué siempre tienes que ser tan dramático en tus movimientos? No eres un bailarín de ballet, Jimin. Recuerda que haces hip-hop.

Jimin, visiblemente molesto, replicó -Al menos yo no soy un robot en el escenario, Jeon. Tú siempre pareces estar bailando con una varilla metida en el culo.

Con una sonrisa sarcástica, Jungkook respondió -Bueno, al menos mi varilla me permite una técnica perfecta. Tú solo tienes tus emociones para guiarte.

Jimin se dio la vuelta y se alejó, pero no antes de decir -Puede que tú no tengas sentimientos, Jeon, pero yo tengo pasión. Y eso es lo que hace que mi baile sea auténtico.

Mientras Jimin se alejaba, Jungkook lo observaba con una mezcla de ira y admiración. No podía negar que Jimin era un bailarín excepcional, pero nunca lo admitiría en voz alta.Conforme la competencia entre ellos se intensifica, ambos deben confrontar sus propios sentimientos y pasiones. Jungkook empieza a cuestionar su obsesión por la perfección técnica, mientras Jimin lucha por mantener su autenticidad en un mundo que parece valorar más la técnica que la pasión. A medida que se acercan las audiciones para un espectáculo crucial, la tensión entre Jungkook y Jimin alcanza su punto máximo. ¿Podrán superar sus diferencias y encontrar un terreno común, o dejarán que la competencia los destruya?

Cuando el Sol y la Luna Danzan - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora