En la academia de danza de la Universidad de Seúl, Jeon Jungkook y Park Jimin son los dos bailarines más destacados, pero con estilos y personalidades opuestas. Jungkook, un alfa dominante, es conocido por su técnica impecable, mientras que Jimin, u...
Apartados del bullicio de sus compañeros, que seguían grabando sus partes del vídeo promocional, Jungkook y Jimin se encontraron sentados juntos, en un silencio lleno de significado. La proximidad entre ellos era nueva y desconocida, pero no incómoda. Ambos podían sentir el ligero hormigueo en las partes de sus cuerpos que habían estado en contacto durante el baile. Cada latido de sus corazones parecía resonar en el aire, amplificando la tensión y la curiosidad que sentían.
El alfa fue el primero en romper el silencio, su voz suave pero firme. -Bailaste muy bien, Park,- dijo, sus ojos fijos en el omega.
Jimin le devolvió una sonrisa, mientras un leve rubor coloreaba sus mejillas. -Tú también, Jeon,- respondió, sorprendiéndose a sí mismo por la sinceridad de su halago. Era la primera vez que se reconocían mutuamente de esta manera, y aunque la tensión seguía presente, se sintió menos pesada, más ligera, casi como si se estuviera transformando en algo más.
Pero entonces, Jungkook, incapaz de resistir su naturaleza competitiva, añadió con un destello en sus ojos -Aunque creo que puedo hacerlo mejor durante el festival.-
Jimin rió suavemente, su risa como una melodía que hizo que el ambiente se volviera aún más agradable. -¿Oh, es eso? Pues vamos a ver quién lo hace mejor. Voy a practicar para asegurarme de que no me superes, Jeon.-
El alfa sonrió ampliamente, sus ojos brillando con diversión. -¡Estoy temblando de miedo!- bromeó, su tono ligero, pero la chispa de desafío en su mirada era real.
Lo que comenzó como una conversación juguetona se convirtió rápidamente en una competencia saludable. Ambos se reían con naturalidad, una sensación de comodidad que era nueva para ellos. Por primera vez, no había ninguna barrera entre ellos. La tensión seguía presente, pero era una tensión agradable, una que los hacía sentir vivos, como si estuvieran a punto de descubrir algo nuevo y emocionante en su relación.
El tiempo pasó rápido, y antes de que se dieran cuenta, la profesora Min los llamó, pidiéndoles que se quedaran un momento después de clase. Se acercaron a ella con una mezcla de curiosidad y nerviosismo, preguntándose qué les diría.
La profesora les sonrió ampliamente, su expresión orgullosa. -Quiero felicitarlos. Hoy me sorprendieron gratamente. La química entre ustedes era excepcional, y dieron un espectáculo increíble para el vídeo.-
Jimin y Jungkook se miraron de inmediato, una sonrisa sincera iluminando sus rostros. Se sintieron orgullosos y emocionados de haber hecho algo bien, algo que la profesora reconoció.
La profesora continuó, con una sugerencia que no esperaban -Me gustaría proponerles algo. Quiero que, para el festival, ambos tengan un baile juntos.-
La propuesta los tomó por sorpresa, pero les encantó la idea. El simple pensamiento de trabajar juntos en un proyecto tan especial hizo que sus corazones latieran más rápido. La profesora les explicó que sería un espectáculo importante y que podrían destacar frente a personas influyentes, incluyendo aquellos que podrían ofrecerles becas.
Jungkook y Jimin se miraron de nuevo, pero esta vez con una chispa de entusiasmo y determinación en sus ojos. -¡Sí, por supuesto!- dijeron al unísono, sus voces llenas de energía y anticipación.
La profesora, satisfecha con su respuesta, sonrió y añadió -Excelente. Les pediré que ensayen juntos y armen la coreografía. Tienen tres semana para crearla. Pueden elegir la música y el estilo que quieran, pero asegúrense de que sea algo especial.-
El alfa y el omega asintieron, con sus mentes ya llenas de ideas y posibilidades. Sabían que tenían solo una semana para crear algo que dejara una marca, y estaban más que listos para el desafío. La idea de pasar tanto tiempo juntos, de compartir la pasión por la danza y de explorar esta nueva conexión, los llenaba de una emoción que apenas podían contener.
Cuando salieron del salón, la sensación de expectativa en el aire era palpable. Caminaban lado a lado, intercambiando miradas y sonrisas, conscientes de que lo que estaban a punto de crear juntos podría ser algo verdaderamente inolvidable. La tensión, que antes había sido una barrera, ahora se sentía como un puente que los unía, y ambos estaban ansiosos por ver a dónde los llevaría.
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