El departamento era un refugio cálido, un espacio que ambos habían aprendido a compartir con naturalidad. Las visitas de Jungkook ya no eran esporádicas; se habían vuelto parte de una rutina que, sin darse cuenta, los envolvía cada vez más. Sentados en la universidad, pasando el tiempo entre clases con sus amigos, o terminando ensayos, siempre encontraban la manera de estar juntos. Esa conexión silenciosa crecía, tangible en cada mirada, en cada toque aparentemente casual, que escondía una corriente mucho más profunda.
Esa tarde, mientras descansaban en el sofá, sus cuerpos encajaban perfectamente. Jimin estaba recostado sobre Jungkook, su cabeza apoyada en el pecho del alfa, mientras él lo sujetaba de la cintura, como si de esa manera pudiera asegurar que siempre estaría cerca. Sus respiraciones estaban sincronizadas, sus aromas entremezclándose en el aire, creando una atmósfera que sólo pertenecía a ellos. La calidez de esos momentos compartidos era como un refugio, un espacio donde el mundo exterior dejaba de existir.
-Me gusta estar así contigo -murmuró Jimin, alzando la cabeza ligeramente para mirarlo a los ojos.
Jungkook sonrió, bajando la mirada hacia él, sus dedos trazando círculos suaves en la espalda de su compañero. No necesitaban decir más; el sentimiento entre ambos era claro. Cada vez que estaban juntos, el tiempo parecía detenerse.
Las cosas siempre se sentían tan naturales entre ellos. Sin embargo, había algo más, una tensión que ambos podían sentir pero que, hasta ese momento, nunca habían abordado abiertamente. Mientras estaban allí, sus miradas se volvieron más intensas, la cercanía entre ellos se volvió más palpable. Sin decir nada más, Jimin se inclinó hacia adelante, atrapando los labios de Jungkook en un beso suave pero profundo.
Era un baile que ambos conocían bien. Los besos siempre comenzaban tranquilos, dulces, pero rápidamente se volvían más intensos, llenos de necesidad. Las manos de Jungkook se apretaban un poco más en la cintura de Jimin, acercándolo aún más mientras el ritmo de sus respiraciones comenzaba a cambiar. Los labios de Jimin eran suaves, pero su deseo era evidente, una chispa que prendía en el ambiente. Sus manos se deslizaron por los hombros de Jungkook, hundiéndose en su cabello, atrayéndolo más hacia él.
La temperatura en la habitación parecía aumentar. Como tantas veces antes, los besos comenzaron a escalar. Las caricias se volvían más atrevidas, sus cuerpos respondiendo al deseo que parecía crecer con cada encuentro. Jimin movió ligeramente las caderas, generando una reacción inmediata en Jungkook, quien dejó escapar un suspiro profundo contra los labios del omega.
Pero, como siempre, justo en el momento en que todo estaba a punto de explotar, Jungkook se detuvo. Dejó de responder con la misma intensidad, sus labios alejándose poco a poco, aunque sus manos seguían en la cintura de Jimin, como si quisiera mantenerlo cerca, pero a la vez alejar lo que estaba a punto de suceder.
Jimin lo sintió de inmediato. Abrió los ojos, observando el gesto tan familiar en el alfa: la mirada baja, el pecho subiendo y bajando con esfuerzo, la tensión evidente en sus hombros mientras trataba de controlar su respiración. Frustración, decepción... todo se acumulaba en el pecho del omega.
-¿Otra vez? -susurró, con una mezcla de incredulidad y hastío en su voz.
Jungkook apretó los labios, evitando mirarlo directamente. Sabía lo que venía, pero no podía evitarlo. Lo hacía para protegerlos, o al menos eso intentaba convencerse a sí mismo.
-No es que no quiera... -empezó a decir con voz ronca, pero Jimin lo interrumpió, su tono más firme de lo habitual.
-Siempre haces lo mismo, Jungkook. Siempre te detienes en el último segundo. ¿Qué es lo que realmente te asusta? -Su voz era suave, pero cargada de frustración contenida, como si llevara semanas, tal vez meses, guardándose esas palabras.
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Cuando el Sol y la Luna Danzan - Kookmin
Fiksi PenggemarEn la academia de danza de la Universidad de Seúl, Jeon Jungkook y Park Jimin son los dos bailarines más destacados, pero con estilos y personalidades opuestas. Jungkook, un alfa dominante, es conocido por su técnica impecable, mientras que Jimin, u...