◦•●◉𖤓| Capítulo 11 |𖤓◉●•◦

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Jimin caminaba lentamente por los pasillos de la universidad, su mente aún estaba llena de pensamientos confusos sobre lo que había sucedido hace unos minutos entre Yoongi y Jungkook. No podía evitar darle vueltas a las palabras de su amigo, que resonaban en su cabeza como un eco persistente.

"Las personas no cambian de la noche a la mañana..."

¿Por qué Yoongi estaba tan convencido de que Jungkook no había cambiado? ¿Acaso él estaba siendo ingenuo al creer que el alfa estaba siendo sincero en su aparente amabilidad reciente? Jimin sabía que Yoongi solo quería protegerlo, pero había algo en la forma en que Jungkook lo miraba ahora, algo que hacía que su corazón latiera más rápido.

Mientras avanzaba, el rubio sintió un ligero cosquilleo en su nariz, una sensación familiar que reconoció al instante: las feromonas de enojo de Yoongi. No eran tan intensas como las de un alfa, pero el ambiente se sentía un poco pesado, cargado de una energía tensa. Jimin se dirigió hacia el lugar donde sabía que sus amigos estarían, siguiendo el rastro del olor de su amigo.

Al llegar, encontró a Yoongi sentado en un banco, con los brazos cruzados y la mirada fija en el suelo, mientras Hoseok y Jin estaban a su lado, con expresiones serias. Jimin dudó por un momento, pero sabía que tenía que hablar con ellos, especialmente con Yoongi.

-Hyung... -comenzó Jimin con suavidad, sentándose a su lado-. Quiero disculparme por lo que pasó. Tienes razón en desconfiar de Jungkook. Es raro que ahora sea tan amable después de todo lo que ha pasado entre nosotros...

Yoongi levantó la vista hacia él, su expresión suavizándose un poco. -No tienes que disculparte, Jiminie. No es que no quiera que te acerques a Jungkook... solo quiero protegerte. Somos amigos, ¿verdad? Y nos cuidamos mutuamente.

Jimin asintió, sintiendo un nudo en la garganta. Siempre había sentido un profundo lazo de amistad con Yoongi, una conexión que iba más allá de cualquier otra cosa. No había nada romántico entre ellos, pero eso no significaba que no se quisieran y cuidaran el uno al otro.

-Lo sé, hyung -respondió Jimin con sinceridad-. Solo que... todo esto es tan confuso. No sé qué pensar. Jungkook y yo siempre hemos discutido, nos hemos evitado... y de repente, siento que hay algo más. Algo que no entiendo.

Hoseok, que había estado en silencio hasta ese momento, intervino con una sonrisa tranquilizadora. -Creo que todos nos dejamos llevar un poco... Yo, por lo menos, me emocioné con la idea de que tú y Jungkook pudieran llevarse bien. Me imaginé cosas...

Jin asintió, apoyando una mano en el hombro de Jimin. -Yo también. Lo siento, Jiminie. No quería hacerte sentir más confundido de lo que ya estás.

Jimin les dirigió una mirada agradecida a sus amigos. Sentía un gran alivio al saber que todos entendían su situación y que, a pesar de todo, estaban de su lado.

-Gracias, chicos -dijo, con una sonrisa débil pero sincera-. Estoy realmente confundido. No sé lo que está pasando entre Jungkook y yo. Antes, solo sentía rabia hacia él... pero ahora, hay algo más. Algo que no puedo ignorar.

Yoongi lo miró con ternura y algo de preocupación. -Es normal sentirse confundido, Jiminie. Pero necesitas aclarar tus sentimientos primero, antes de actuar. No quiero que te lastimen, ¿entiendes?

Jimin asintió, tomando las palabras de su amigo con seriedad. -Sí, lo entiendo.

-Y también debes averiguar cómo se siente Jungkook -continuó Yoongi-. No puedes seguir así, sin saber si él siente lo mismo o si solo está jugando contigo. No dejes que te manipule, ¿vale?

Jimin sabía que Yoongi tenía razón. Necesitaba respuestas, tanto para su propia paz mental como para saber si había alguna posibilidad real entre él y Jungkook.

-Lo haré, hyung -prometió, con determinación-. Voy a hablar con él, a intentar entender qué está pasando.

Yoongi asintió, dándole una palmada en la espalda. -Eso es todo lo que te pido. Y recuerda, no importa lo que pase, siempre estaremos aquí para ti.

Jin y Hoseok también asintieron, sonriéndole con apoyo y cariño.

-Gracias, chicos -dijo Jimin, sintiendo una calidez en su pecho que alivió un poco el peso de la confusión en su corazón.

Mientras se quedaban en silencio, disfrutando de la compañía mutua, Jimin decidió que, pase lo que pase, enfrentaría sus sentimientos con honestidad y cuidado. Porque, al final del día, eso es lo que se debía a sí mismo y a los demás.

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Cuando el Sol y la Luna Danzan - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora