◦•●◉☽| Capítulo 24 |☾◉●•◦

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El aire fresco de la mañana golpeaba suavemente el rostro de Jimin mientras se dirigía al estudio, sus pensamientos girando en torno a lo que estaba por venir. Era el día de mostrar la coreografía a la profesora, y aunque ambos habían trabajado duro, sabía que siempre había algo que mejorar. A su lado, el Alfa caminaba con una seguridad tranquila, pero compartía la misma tensión en los hombros que él. Jimin podía sentirlo.

Llegaron al estudio, y tras unos minutos, la profesora los llamó para que comenzaran. La coreografía fluyó sin mayores contratiempos, aunque ambos sabían que había detalles que podían ser más pulidos, más sentidos. La tensión y la química estaban ahí, pero faltaba algo.

Al final, la profesora los observó en silencio antes de hablar. -Están haciendo un buen trabajo, pero necesitan más emoción. No me lo están creyendo aún. Pulan esos detalles, quiero verles de nuevo en dos semanas con una versión finalizada.

Ambos asintieron, agradeciendo el comentario. Sabían que tenían que esforzarse más, y el desafío los motivaba. Mientras recogían sus cosas, Jimin no pudo evitar una sonrisa pequeña, encontrando los ojos de Jungkook.

-"Más emoción", ¿eh? -dijo el rubio, levantando una ceja con una sonrisa traviesa-. Tal vez debería tirarte al piso en la próxima práctica.

-¿Ah sí? -respondió el Alfa, inclinándose un poco hacia él, su voz baja pero juguetona-. No tendrías oportunidad si yo lo hiciera primero.

-Eres un presuntuoso -se quejó Jimin, dándole un leve golpe en el brazo, mientras se mordía juguetonamente el labio.

El resto del grupo, aunque discretos, no pudo evitar notar la cercanía y la ligereza que ahora compartían. Los murmullos no tardaron en comenzar. Jimin lo sintió, esos susurros que viajaban entre sus compañeros de clase. Sabía que habían notado el cambio entre ellos, y aunque en otra ocasión habría sentido nervios, esta vez le daba igual. Estaba bien con la forma en que las cosas iban.

Los siguientes días, la relación entre ellos floreció de forma natural. Los pequeños gestos de afecto se volvían comunes; una mano que rozaba la suya al pasar por su lado, miradas que decían más de lo que las palabras podían expresar. Pasaban más tiempo juntos, ya fuera practicando la coreografía o simplemente compartiendo algún momento en silencio, disfrutando de la presencia del otro.

Una tarde, después de una larga práctica, se quedaron a descansar en una cafetería cercana al campus. Jimin, con una taza de café caliente en las manos, miraba por la ventana, las gotas de lluvia resbalando por el vidrio. Rompió el silencio de manera suave, sin levantar la vista.

-Conseguí un trabajo de medio tiempo en una panadería.

El Alfa lo observó, ligeramente sorprendido. -¿En serio? No sabía que estabas buscando trabajo.

El rubio asintió lentamente, sin apartar la mirada del exterior. -Mis padres me ayudan, pero no me gusta depender demasiado de ellos. Intento hacer lo que puedo por mi cuenta. No quiero ser una carga, ya tienen suficiente con lo suyo que manejar.

La confesión fue simple, sin carga emocional aparente, pero revelaba más de lo que Jungkook había esperado. Hasta ese momento, no había pensado mucho en la situación financiera de su compañero, y ahora se daba cuenta de lo poco que sabía sobre ese aspecto de su vida.

-Eso suena... responsable de tu parte -murmuró el pelinegro, con un toque de admiración. Luego, con suavidad, añadió-. No sabía eso de ti.

-No es algo de lo que hable mucho -admitió Jimin, encogiéndose ligeramente de hombros. Luego lo miró con una sonrisa pequeña, como si intentara restar importancia al asunto-. Mis padres me apoyan mucho, siempre lo han hecho, pero siento que tengo que hacer mi parte.

Cuando el Sol y la Luna Danzan - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora