◦•●◉☽| Capítulo 22 |☾◉●•◦

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El sol se deslizaba perezosamente detrás de las nubes, iluminando la mañana con una luz suave que apenas calentaba el frío del invierno. Jimin caminaba por el campus con el corazón en un puño, sus pensamientos girando en torno a los últimos días. Su encuentro con Jungkook lo había dejado confundido y avergonzado, especialmente por el celo repentino que los había tomado por sorpresa, y por el casi beso que aún sentía ardiendo en sus labios.

Mientras se acercaba al punto de encuentro, su mente volvía una y otra vez al momento en que sus labios casi se habían tocado. La intensidad de esa cercanía, la forma en que sus cuerpos parecían gravitar el uno hacia el otro, lo habían dejado temblando. Y ahora, enfrentarse a Jungkook después de todo lo ocurrido lo hacía sentir vulnerable, expuesto de una manera que no podía controlar.

Cuando finalmente vio a Jungkook esperando cerca de la entrada del estudio de danza, su estómago se revolvió con una mezcla de nervios y anticipación. El alfa estaba apoyado contra la pared, mirando su teléfono, pero al levantar la vista y encontrar los ojos de Jimin, le dedicó una sonrisa suave, pero tímida, que hizo que el omega se sonrojara de inmediato.

-Hola, Jimin -saludó, su voz más baja de lo habitual, cargada con la misma tensión que ambos sentían.

-Hola, Jungkook -respondió el contrario, tratando de mantener la calma mientras su corazón latía desbocado. No podía evitar recordar lo cerca que había estado de perder el control la última vez que estuvieron juntos, y esa vergüenza lo quemaba desde adentro.

Se quedaron en silencio por un momento, ambos sintiendo la incomodidad de la situación. Jimin se mordió el labio, queriendo decir algo, cualquier cosa, para aliviar la tensión, pero las palabras se le escapaban.

Jungkook se aclaró la garganta, intentando romper el silencio que se había vuelto casi insoportable. -¿Te parece si ensayamos? -sugirió, aunque en el fondo sabía que no era por eso que habían decidido verse.

Jimin sacudió la cabeza, necesitando hablar primero, aclarar lo que ambos estaban sintiendo. - ¿Podemos hablar antes? -Su voz salió más suave de lo que pretendía, pero estaba demasiado nervioso para importar.

El alfa asintió, su expresión suavizándose con una mezcla de comprensión y curiosidad. -Claro, hablemos.

Se sentaron en el suelo del estudio, sus cuerpos tan cerca que sus hombros se rozaron ligeramente. Jimin sintió un escalofrío recorrer su cuerpo por el simple contacto, una sensación que le recordó lo delicada que era la situación. Se tomó un momento antes de hablar, reuniendo el valor necesario para enfrentar sus propios sentimientos.

-Jungkook... -comenzó, sin saber exactamente cómo formular lo que quería decir-. Quiero saber... ¿qué piensas de mí?

Jungkook lo miró con sorpresa. Había esperado que hablaran sobre el celo, pero la pregunta de Jimin lo tomó desprevenido. Sin embargo, no dudó en responder, su voz suave pero sincera.

-Jimin, eres... increíble -empezó Jungkook, su mirada se suavizó mientras sus ojos recorrían el rostro del rubio -. Eres un Omega extraordinario. Eres fuerte, seguro de ti mismo, y tienes una pasión que me deja sin aliento. Cada vez que bailas, es como si estuvieras contando una historia, expresándote de una manera que muy pocas personas pueden. -Hizo una pausa, notando cómo Jimin bajaba la mirada, claramente avergonzado por los cumplidos, pero siguió hablando-. Eres hermoso, Jimin. No solo físicamente, aunque es difícil no notarlo, sino también en cómo cuidas a las personas que amas, en cómo sonríes... en cómo eres simplemente tú.

El omega sintió que su rostro ardía por el rubor, sus manos temblando ligeramente en su regazo. No había esperado que Jungkook fuera tan directo, ni que hablara con tanto afecto. Finalmente, levantó una mano, interrumpiendo los elogios con una voz vacilante.

-Para, por favor... -susurró, con una pequeña risa nerviosa, sentía una mezlca de felicidad y vergüenza-. Me vas a hacer sonrojar más.

Jungkook se detuvo, dándose cuenta de que se había dejado llevar, pero no pudo evitar sonreír un poco avergonzado. -Lo siento, es solo que... -tomó una respiración profunda, sus ojos encontrándose con los del omega -. Me gustas, Jimin. No sé cómo explicarlo del todo, pero sé que me gustas... mucho.

Las palabras cayeron como un peso sobre el corazón del rubio, su sorpresa fue evidente mientras lo miraba con los ojos muy abiertos. No había anticipado que Jungkook se confesara de esa manera; ni siquiera había imaginado que Jungkook pudiera hacerlo. Se encontró perdido por un momento, buscando las palabras correctas.

-Jungkook... -dijo, su voz apenas un susurro-. Yo... siento lo mismo. Me gustas también, pero todo esto es tan confuso. Todo pasó tan rápido... no sé qué pensar.

Jungkook asintió lentamente, entendiendo la confusión de Jimin. -Lo sé, es lo mismo para mí. Todo es nuevo y un poco abrumador, pero esa conexión que sentimos... no la puedo ignorar. Hay algo entre nosotros que es... inexplicable.

Jimin sonrió débilmente, sintiendo una mezcla de alivio y emoción al escuchar que no estaba solo en sus sentimientos. -Sí, también lo siento. Es como si... algo nos uniera, pero no sé qué es.

Mientras hablaban, sus manos, que habían estado descansando en sus propios regazos, comenzaron a acercarse lentamente, como si fueran atraídas por una fuerza invisible. Sus dedos meñiques se rozaron suavemente, enviando una chispa de electricidad a través de sus cuerpos. Ninguno de los dos se movió, dejando que ese pequeño contacto hablara por ellos, una conexión silenciosa pero poderosa.

Se miraron a los ojos, ambos sabiendo que lo que estaban sintiendo no era algo que se pudiera entender fácilmente. Había tantas preguntas sin respuesta, pero en ese momento, todo lo que importaba era que ambos estaban allí, juntos, compartiendo sus sentimientos más profundos.

-Jungkook... -empezó Jimin, su voz temblorosa-. ¿Qué hacemos ahora?

El alfa respiró hondo, manteniendo su mirada fija en la del omega -Vamos a tomarlo con calma, ¿de acuerdo? No quiero apresurarnos. Hay mucho que no entendemos aún, pero... quiero explorar esto contigo. Quiero conocerte mejor, entender qué es esta conexión que sentimos.

Jimin asintió, sintiendo que sus nervios se desvanecían un poco al escuchar esas palabras. -Sí, estoy de acuerdo. Vamos a ir despacio.

Las horas pasaron en un abrir y cerrar de ojos mientras seguían conversando, riendo y compartiendo sus pensamientos. Ninguno de los dos mencionó ensayar, y cuando se dieron cuenta, ya era tarde. Ambos rieron suavemente por la ironía, dándose cuenta de que lo que más importaba ese día no era el baile, sino la conexión que estaban formando. Entre risas y susurros, construyeron un nuevo puente entre ellos, uno hecho de confianza y emociones compartidas.

 Entre risas y susurros, construyeron un nuevo puente entre ellos, uno hecho de confianza y emociones compartidas

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Cuando el Sol y la Luna Danzan - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora