◦•●◉☽| Capítulo 4 |☾◉●•◦

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Jimin estaba en el salón de danza, conversando con Hoseok mientras esperaban que comenzara la clase. El sol de la tarde se filtraba por las ventanas, proyectando sombras largas sobre el suelo de madera pulida. Jimin intentaba mantener la conversación ligera, hablando de cualquier cosa que le permitiera distraerse. Sin embargo, su mente estaba en otra parte. Y entonces, justo cuando menos lo esperaba, vio a Jungkook entrar al salón. Sus ojos se encontraron inevitablemente, como si fueran imanes que no pudieran evitar atraerse. El corazón de Jimin se aceleró, y rápidamente desvió la mirada, recordando la conversación que había tenido con sus amigos sobre Jeon y sus posibles sentimientos hacia él. ¿Era eso posible? ¿Podía Jungkook realmente sentir algo por él?

La clase comenzó, y Jimin hizo todo lo posible por evitar cruzarse con el alfa. Sus movimientos eran precisos, casi mecánicos, mientras intentaba concentrarse en la lección. Pero no importaba cuánto lo intentara, no podía ignorar la presencia de Jungkook en el salón. Podía sentir sus ojos sobre él, observándolo, analizando cada uno de sus movimientos. Era como si el alfa tuviera un radar solo para él.

Por su parte, Jungkook estaba inquieto. No podía evitar notar lo extraño que Jimin actuaba. No había habido ni una sola palabra entre ellos, ni siquiera una provocación o una mirada desafiante, lo cual era inusual. Jimin siempre encontraba alguna excusa para lanzarle alguna pulla o comentario mordaz, pero hoy... hoy estaba diferente. Jungkook intentó convencerse a sí mismo de que no debía preocuparse por el omega, de que no importaba. Pero la verdad era que le importaba, más de lo que estaba dispuesto a admitir. Recordó la noche en el bar, cómo todo parecía haber cambiado en un instante. Al principio, pensó que era solo una alucinación producto del alcohol, pero ahora sabía que todo había sido real; las palabras, las sensaciones, esa chispa innegable entre ellos. Se sentía abrumado por las emociones que comenzaban a surgir, emociones que nunca había sentido tan intensamente hacia nadie.

La clase terminó, y Jimin se apresuró a salir del salón. Necesitaba aire, necesitaba alejarse de Jungkook antes de que su corazón lo delatara. Pero no fue tan rápido como para evitar que el alfa lo alcanzara.

-Jimin, espera -llamó Jungkook, su voz resonando en el pasillo vacío.

El omega se detuvo, girando lentamente para enfrentar a Jungkook. Su rostro estaba lleno de una mezcla de nerviosismo y curiosidad, su cuerpo tenso como un resorte listo para dispararse en cualquier momento.

-¿Qué quieres, Jeon? -preguntó, intentando que su voz sonara firme, aunque sus manos temblaban ligeramente.

Jungkook se acercó, sus pasos eran cautelosos, como si se acercara a un animal asustado. Su voz bajó inconscientemente, volviéndose más suave, como si tratara de no asustar al omega.

-Quiero saber por qué actúas así -dijo Jungkook, sus ojos fijos en los de Jimin-. ¿Qué pasa entre nosotros?

Jimin sintió que su corazón latía con fuerza en su pecho. No quería tener esta conversación, no quería enfrentarse a lo que había sucedido en el bar. -No sé de qué hablas, Jeon. Todo está normal -respondió apresuradamente, desviando la mirada.

Jungkook dio un paso más cerca, su proximidad hacía que Jimin se sintiera aún más acorralado. -No, Jimin. No es normal. Me has estado evitando toda la clase. Normalmente, aprovechas cualquier oportunidad para molestarme -dijo Jungkook, con una sonrisa apenas perceptible en sus labios.

Jimin se encogió de hombros, tratando de parecer indiferente. No podía permitirse caer bajo los encantos de Jungkook, no podía soportar la idea de que el alfa se estuviera burlando de él por lo sucedido en el bar. Moriría de vergüenza si Jungkook recordaba todo. -¿Y por qué te importa tanto si te ignoro o no? -respondió, con una voz que sonaba más desafiante de lo que sentía.

Jungkook se quedó en silencio, sin saber cómo responder. No estaba seguro de por qué le importaba tanto, pero sabía que lo hacía. Jimin aprovechó la pausa para darse la vuelta y alejarse rápidamente, dejando a Jungkook en el pasillo con una sensación de confusión y frustración.

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Después de la clase, Jungkook se dirigió a la cafetería, esperando encontrar algo de paz con sus amigos. Pero estaba de mal humor, y su aroma lo delataba. El dulce aroma de café que solía emanar de él, normalmente cálido y reconfortante, ahora era pesado y opresivo, envolviendo el ambiente en una nube densa y cargada.

Namjoon y Taehyung, sus amigos, notaron el cambio de inmediato. Taehyung frunció el ceño y se acercó a Jungkook con preocupación.

-¿Qué pasa, Jungkook? ¿Por qué estás así? -preguntó Namjoon, su voz suave pero llena de curiosidad.

Jungkook negó con la cabeza, no queriendo hablar de ello. -Nada, no es nada. Solo estoy cansado -respondió, su voz más cortante de lo que pretendía.

Pero Taehyung no se dejó engañar. Se acercó un poco más, inhalando profundamente para captar mejor el aroma de Jungkook. -Jeon, tu aroma es muy fuerte -dijo Taehyung, arrugando su nariz mientras sus ojos buscaban los del pelinegro.

La molestia de Jungkook creció, sintiéndose expuesto. No quería admitir en voz alta que el omega le importaba tanto, que era la causa de su malestar. -No es nada, Tae. Solo déjalo -respondió bruscamente, su voz cargada de frustración.

Namjoon y Taehyung se miraron entre sí, compartiendo una mirada de preocupación. Sabían que algo estaba pasando con su amigo. Últimamente, Jungkook había estado liberando feromonas de enojo más de lo habitual. Sabían que el alfa no estaba siendo honesto con ellos, pero decidieron dejarlo estar, al menos por ahora. Había algo que Jungkook tenía que resolver por sí mismo, y ellos estarían allí para apoyarlo cuando estuviera listo para hablar.

 Había algo que Jungkook tenía que resolver por sí mismo, y ellos estarían allí para apoyarlo cuando estuviera listo para hablar

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Cuando el Sol y la Luna Danzan - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora