Día 17: Enseñar/Aprender

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El verano había llegado, y con él, todas las actividades que los chicos —entiéndase Seiya y Shun— disfrutaban hacer afuera. Caminar, jugar con algún balón, mojarse con el sistema de riego de los jardines de la Mansión, comer helado mientras disfrutaban del aire fresco y del sol, y muchas más.

Excepto que en esta ocasión sólo era Seiya. Shun aún no terminaba de recuperarse de su lesión de tobillo, aún lucía la negra bota ortopédica, y aunque podía apoyar el pie para caminar, le habían indicado que no abusara de su movilidad y permaneciera en reposo lo más posible con el tobillo elevado. Eso eliminaba la mayoría de las actividades, excepto la de comer helado, pero salir al jardín enlodado suponía una tarea titánica después, cuando tuviera que limpiar cada rincón de la bota inmovilizadora.

Seiya tenía dos opciones, disfrutar del verano solo o buscar un sustituto.

La respuesta era obvia, y el candidato también.

Hyoga aborrecía el calor y prefería quedarse en interiores en temporadas como esa, además, si Shun se quedaba adentro, él le haría compañía. Ikki tampoco era del tipo vivaracho que disfrutara de correr frenéticamente por el jardín en shorts mientras el sistema de riego lo empapaba, y al igual que Hyoga, si Shun estaba condenado a permanecer adentro, le haría compañía.

Philtatos, hoy es día de regar el pasto, ¿salimos a mojarnos? —preguntó Seiya, asomándose por la puerta de la habitación de Shiryu.

El Dragón esbozó una sonrisa. —Gracias, pero tengo que terminar esto.

—Tomar una materia durante el verano fue de las peores decisiones que has tomado —reprochó Pegaso con un puchero.

—Sí, bueno. Hay materias que no puedo tomar en el hospital, ¿sabes? —aclaró con una sonrisa—. Ve, te alcanzo después.

Seiya arrugó la nariz y salió desganado hacia el jardín. No era divertido correr por ahí él solo, tenía que pensar en otra cosa que hacer.

Entonces lo supo. Hacía mucho que no practicaba tiro con arco; Aioros le había enseñado lo básico algunos años atrás, y aunque el Caballero Dorado le había dicho en repetidas ocasiones que era un arquero nato, no debía descuidar sus habilidades y dejar de practicar.

Así pues, tomó su arco y flechas y una diana vieja que encontró en el ático, se acomodó en el jardín y comenzó a disparar.

Hizo algunos tiros que daban pena, pero una vez que desempolvó sus habilidades comenzó a tirar flechas al centro de la diana a diestra y siniestra.

Después de algunos tiros casi perfectos, Shiryu llegó al jardín. Quedó absolutamente anonadado por la exactitud de su novio al momento de tirar la flecha, sin mencionar que lucía bastante atractivo. Anteriormente lo había visto disparar flechas, pero sólo en medio de algún combate decisivo, por lo que nunca había podido apreciarlo con detenimiento. Siempre pensó que la puntería que Seiya había demostrado en esas ocasiones se debía a la adrenalina del momento o algún otro tipo de suerte —como el poder del protagonista o algo por el estilo—; no obstante, jamás imaginó que verdaderamente tuviera un entrenamiento como tal en la materia, o la disciplina para practicarlo.

—¡Shiryu! No te había visto. —El Dragón fue obligado a salir del momento íntimo de apreciación que estaba teniendo. —¿Te quieres unir?

Shiryu tardó en reaccionar. —No sé hacerlo...

—¡Te enseño! ¿Quieres?

Shiryu meditó unos momentos su respuesta, finalmente se acercó. —¿Qué hago?

Seiya sonrió alegremente. —Párate aquí. —Pegaso le señaló con el pie donde debía colocarse mientras le entregaba el arco. —Eres diestro no. —Shiryu asintió—. Genial, sujeta el arco con tu mano izquierda.

Shiryu extendió la mano para tomar el arco un poco nervioso, sus nervios aumentaron cuando escucho la risita de Seiya.

—Así no. —Pegaso se acercó y acomodó los dedos de Shiryu correctamente en el arco—. Relaja tu mano, no pongas mucha tensión o tu tiro saldrá chueco. Deja que el arco descanse en el espacio entre tu pulgar y dedo índice.

La delicadeza con la que Seiya tocaba sus dedos lo hizo estremecerse. Tragó saliva con dificultad, las caricias de Seiya estaban teniendo el efecto contrario.

—Extiende bien tu brazo. Tu mano y hombros deben estar relajados, toda la presión debe estar en tu brazo nada más. —Mientras hablaba, Seiya posó sus manos sobre los hombros de Shiryu, se encontraban ligeramente encogidos. Ejerció un poco de presión. —¡Relájate! No voy a golpearte ni nada —agregó entre risas—. Respira hondo y saca el aire lentamente —le murmuró al oído. El aliento y tenue tono de su novio lo infundieron de una tranquilidad increíble. Tenerlo tan cerca se sentía genial.

Seiya se separó un momento de él para ir por una flecha y se la entregó.

—Tómala de la parte de atrás, pero no de las plumas.

—¿De este cachito nada más? —preguntó Shiryu.

—Sip. Entre el dedo índice y medio. —Shiryu asintió, respirando lentamente para no perder la cabeza. Aquello era terriblemente complicado. —Pega la punta al arco y jala cuerda con los mismos dedos con los que estas sosteniendo la flecha.

Shiryu se rindió y perdió la postura. —¿Eh?

Seiya rió. Había algo de divertido en ver a Shiryu lleno de confusión. —Vuelve a extender tu brazo.

El Dragón obedeció, y antes de que pudiera asimilar la situación, sintió a Seiya atrás de él. Su mano estaba sobre su hombro izquierdo, alentándole a relajarse, mientras su mano derecha se colocaba sobre la de Shiryu. El contacto sorprendió al pelinegro, quien falló en ocultar el rubor que aparecía en sus mejillas.

—Pegamos la flecha al arco y tiramos la cuerda... —susurró. Shiryu se sentía en las nubes—. ¿Sientes la tensión? —Dragón apenas y emitió un sonido. —Relaja tu mano izquierda, apunta y... ¡suelta!

La tranquilidad se rompió inmediatamente con la rapidez de la flecha, que aterrizó casi en el centro.

—¡Woo-hoo! ¡Nada mal, Shiryu-chan!

Shiryu soltó un suspiro ruidoso. —Lo haces ver más fácil de lo que es.

Seiya sonrió orgulloso. —¡Es un don!

Shiryu rió. Su novio no sólo era divertido, también talentoso.

—¿Lo hacemos de nuevo? —sugirió el Dragón, ansioso de sentir a Seiya tan cerca nuevamente.

—¡Claro!

30 días ShiseiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora