Mina siempre había sido una persona reservada, conocida por su elegancia y calma. Pero detrás de su exterior sereno, luchaba con una batalla silenciosa: la ansiedad. A lo largo de su carrera con Twice, había tenido episodios donde esa ansiedad la consumía, al punto de no poder respirar, sintiendo que el mundo a su alrededor se desmoronaba. Las luces brillantes del escenario, las cámaras constantes y las expectativas abrumadoras de ser perfecta solo empeoraban las cosas. Hubo momentos en los que sintió que no podría seguir, que su mente simplemente no soportaría más el peso de todo.
Fue en esos tiempos oscuros que Chaeyoung se convirtió en su refugio. Las dos siempre habían tenido una relación cercana dentro del grupo, pero cuando Mina comenzó a mostrar signos más graves de su ansiedad, Chaeyoung fue la primera en notarlo. Ella no solo ofreció palabras de aliento, sino que estuvo presente en cada momento, asegurándose de que Mina supiera que no estaba sola. En las noches donde Mina se despertaba en pánico, Chaeyoung era la que la abrazaba hasta que se calmaba. En los días donde el solo hecho de salir de la cama parecía imposible, Chaeyoung era quien la motivaba a levantarse y enfrentar el día.
Con el tiempo, esa relación de apoyo mutuo se transformó en algo más. Mina, que siempre había guardado sus sentimientos con cautela, comenzó a abrir su corazón a Chaeyoung, sintiendo una calidez y seguridad que nunca había experimentado antes. Lo mismo sucedió con Chaeyoung, quien empezó a sentir algo más profundo por Mina. No pasó mucho tiempo antes de que su relación dejara de ser solo amistad y se convirtiera en una historia de amor dulce y sincera.
Entre risas compartidas, pequeños gestos de cariño y largas conversaciones en la oscuridad de la noche, su relación floreció. Para Mina, Chaeyoung era su mundo. La persona que la comprendía sin necesidad de palabras, que sabía cuándo necesitaba espacio y cuándo necesitaba un abrazo. A ojos de todas, ambas brillaban juntas, y su relación se veía como un refugio, tanto para Mina como para Chaeyoung.
Pero justo cuando Mina empezaba a ver un futuro más claro, cuando su ansiedad parecía estar bajo control y sus días eran más luminosos gracias a Chaeyoung, todo comenzó a cambiar. De un día para otro, Chaeyoung empezó a comportarse de manera extraña. Estaba tensa, distante, como si algo la estuviera consumiendo por dentro. Al principio, Mina lo atribuyó al estrés de los ensayos o a la carga de trabajo, pero con el tiempo, no pudo ignorar que algo más estaba pasando.
Y entonces, un día, Chaeyoung le pidió que hablaran. A pesar de la tensión en el ambiente, Mina no sospechaba lo que estaba por venir. Se sentaron juntas en uno de los bancos del jardín, el lugar donde habían tenido tantas conversaciones íntimas, y mientras los minutos pasaban en silencio, Mina intentó sonreír, agradecida por todo lo que Chaeyoung había hecho por ella.
—Gracias por estar siempre conmigo, Chaeng —susurró, mirándola con cariño—. No sé qué habría hecho sin ti.
Pero lo que vino después fue lo peor que Mina jamás habría imaginado.
Chaeyoung apartó la mirada, incapaz de sostener el contacto visual con Mina. El aire se sentía pesado, y el silencio que siguió a las palabras de Mina era insoportable. Finalmente, Chaeyoung respiró hondo, como si lo que estuviera a punto de decir le pesara más de lo que podía soportar.
—Mina... —comenzó, con la voz rota—. Yo... quiero terminar.
Mina se quedó congelada, su cerebro incapaz de procesar lo que acababa de escuchar. Había creído que era un malentendido, que quizá Chaeyoung no estaba diciendo lo que realmente pensaba.
—¿Qué? —preguntó, su voz apenas audible—. ¿Por qué? No entiendo...
El corazón de Mina latía tan rápido que pensó que se desmayaría. Sus pensamientos se arremolinaban, tratando de encontrar algún sentido a las palabras de Chaeyoung. No hacía mucho tiempo, estaban más unidas que nunca. Incluso como grupo, Twice estaba en una excelente etapa. ¿Por qué ahora? ¿Qué había cambiado?
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One Shots - Michaeng
FanfictionPequeñas o largas historias de nuestro ship favorito michaeng! ¡One shots!