Rompiendo el silencio

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Chaeyoung y Mina llevaban casi dos años juntas, viviendo su relación en silencio en un pequeño apartamento en Seúl. Ambas estudiaban en la universidad, compartiendo momentos de felicidad y pequeñas discusiones, como cualquier pareja normal. Sin embargo, había un tema que siempre quedaba en el aire, un interrogante que Chaeyoung no había podido evitar por más tiempo.

Una tarde, después de volver de la universidad, Chaeyoung se decidió a preguntar mientras se acomodaban en el sofá del salón.

—Mina, ¿por qué nunca he conocido a tus papás? —preguntó con voz suave pero firme.

Mina, que estaba tomando un sorbo de té, se detuvo por un instante. Podía sentir la mirada inquisitiva de Chaeyoung sobre ella, y aunque sabía que eventualmente tendría que enfrentar esta pregunta, no estaba preparada para hacerlo en ese momento.

—No es tan sencillo... —respondió Mina, tratando de esquivar el tema mientras miraba hacia la ventana.

Chaeyoung frunció el ceño, sintiendo que algo andaba mal. Mina siempre había sido reservada sobre su familia, pero esta vez, la evasión la hizo sentirse insegura.

—¿Qué quieres decir con eso? Hemos estado juntas por casi dos años, Mina. ¿Por qué no puedo conocerlos? —insistió Chaeyoung, su tono mostrando una mezcla de confusión y preocupación.

Mina suspiró y finalmente se giró para mirarla.

—Mañana iremos a visitarlos —dijo, evitando explicar más.

Chaeyoung se sorprendió por la respuesta inesperada, pero aceptó sin más preguntas. Sabía que presionar a Mina solo empeoraría las cosas, así que decidió esperar.

Al día siguiente, durante el trayecto hacia la casa de los padres de Mina, el ambiente en el coche era pesado. Mina estaba inusualmente callada, y Chaeyoung, aunque nerviosa, intentaba convencerse de que todo iría bien.

Sin embargo, a mitad del camino, Mina rompió el silencio.

—Chaeyoung... hay algo que necesito decirte. Mis papás... no saben que estamos juntas. Para ellos, solo somos amigas.

Chaeyoung sintió un nudo en el estómago. No había esperado eso, y aunque había supuesto que la relación podría ser un tema delicado, escuchar esas palabras le dolió más de lo que imaginaba.

—¿Cómo que no lo saben? —respondió Chaeyoung, tratando de mantener la calma—. ¿Por qué no se los dijiste?

Mina miró hacia el volante, incapaz de sostener la mirada de Chaeyoung.

—No sabía cómo. Mis papás... tienen expectativas. Y pensé que si se los decía, podría arruinarlo todo.

El dolor en el corazón de Chaeyoung se transformó en frustración.

—Entonces, ¿vas a presentarme como una amiga? —preguntó con voz quebrada.

Mina asintió en silencio. Chaeyoung quería discutir, pero sabía que no era el lugar ni el momento. Decidió aceptar la situación por el bien de Mina, aunque su corazón le decía que algo estaba terriblemente mal.

Al llegar a la casa, los padres de Mina las recibieron con calidez. Chaeyoung hizo su mejor esfuerzo por parecer despreocupada, aunque por dentro sentía que cada palabra y cada sonrisa eran una mentira. Durante la cena, todo parecía ir bien, hasta que la puerta se abrió y apareció Bambam, el exnovio de Mina.

Bambam llegó a la casa con una sonrisa radiante, como si su sola presencia iluminara el ambiente. Los padres de Mina lo recibieron con entusiasmo, claramente complacidos de verlo de nuevo. Chaeyoung, quien observaba desde un rincón, sintió una incomodidad creciente cuando notó la familiaridad entre Bambam y los padres de Mina. Sin embargo, lo que realmente comenzó a molestarla fue la forma en que Bambam se dirigió a Mina.

One Shots - Michaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora