El reloj marcaba las once de la noche cuando Mina entró al apartamento, su cuerpo y mente agotados después de un largo día. Todo en su vida parecía desmoronarse lentamente, pero nada comparado con la tensión que colgaba sobre su relación con Chaeyoung. Desde hacía semanas, las discusiones se habían vuelto constantes, y cada día parecía un paso más hacia el abismo.Mina dejó su bolso en el suelo y se dirigió a la cocina, donde encontró a Chaeyoung sentada en la mesa, con los brazos cruzados y una expresión endurecida. La atmósfera era espesa, cargada de todo lo que no se habían dicho, de todas las heridas no sanadas.
—¿Vas a seguir ignorándome? —la voz de Chaeyoung cortó el silencio, llena de frustración y una rabia contenida que Mina había sentido en sus palabras más veces de las que podía contar.
Mina se detuvo en seco, sintiendo un nudo formarse en su garganta. No era la primera vez que Chaeyoung la enfrentaba así, pero algo en esa noche se sentía diferente, más definitivo.
—No te estoy ignorando —respondió Mina, tratando de mantener la calma—. Solo estoy cansada, Chaeyoung. Ha sido un día largo y...
—Siempre tienes una excusa, Mina —la interrumpió Chaeyoung, poniéndose de pie de un salto—. Siempre estás cansada, siempre tienes algo más importante. ¿Qué está pasando con nosotras? Porque esto no puede seguir así.
Mina cerró los ojos por un momento, sintiendo cómo la presión de la situación comenzaba a ahogarla. Sabía que Chaeyoung tenía razón, pero también sabía que no tenía fuerzas para enfrentarse a esta discusión una vez más.
—No sé qué quieres que diga, Chaeyoung —respondió finalmente, su voz más dura de lo que pretendía—. Estoy tan perdida como tú. No sé cómo arreglar esto, y no tengo todas las respuestas.
—Eso es lo que me desespera —exclamó Chaeyoung, su voz elevándose—. No haces ningún esfuerzo por encontrar esas respuestas. Solo te alejas cada vez más y me dejas aquí, tratando de entender por qué todo se está desmoronando.
Mina sintió la rabia burbujeando bajo la superficie, pero también una tristeza profunda que la desgarraba por dentro. No quería pelear, no quería decir algo de lo que se arrepentiría más tarde, pero la insistencia de Chaeyoung la estaba llevando al límite.
—¿Crees que esto es fácil para mí? —dijo Mina, su voz temblando por la mezcla de emociones—. He estado aquí, intentando, día tras día, pero cada vez que trato de acercarme, tú me empujas más lejos con tus reproches. Me haces sentir que nunca es suficiente, que nunca seré suficiente para ti.
Chaeyoung se quedó en silencio, sorprendida por la intensidad de las palabras de Mina. Sabía que ambas estaban heridas, que ambas estaban lidiando con sus propios miedos, pero escuchar el dolor en la voz de Mina la sacudió profundamente.
—Mina, yo... —comenzó a decir, pero las palabras murieron en su garganta.
Mina respiró hondo, intentando calmarse antes de continuar.
—No quiero seguir hiriéndonos de esta manera —dijo finalmente, con voz cansada—. Quizás lo que necesitamos es espacio, tiempo para pensar en lo que realmente queremos.
El silencio que siguió a esas palabras fue como un puñetazo en el estómago para Chaeyoung. El pánico comenzó a apoderarse de ella, y sintió que la desesperación la ahogaba.
—¿Espacio? —repitió, su voz quebrándose—. ¿Estás diciendo que quieres terminar?
—No estoy diciendo eso —respondió Mina rápidamente, pero incluso ella sentía la incertidumbre en sus propias palabras—. Solo... no puedo seguir así. Necesito tiempo para pensar, para entender si esto es lo que realmente quiero, si todavía podemos salvar lo que tenemos.
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One Shots - Michaeng
FanficPequeñas o largas historias de nuestro ship favorito michaeng! ¡One shots!