Mina caminaba a casa a paso lento, disfrutando del aire fresco que ofrecía la tarde. Su trabajo como gerente en una galería de arte podía ser agotador, pero también era una fuente constante de inspiración. No había nada más gratificante que regresar a casa después de un día largo y ver la sonrisa de Chaeyoung al cruzar la puerta. Desde que habían decidido mudarse juntas, cada día se sentía como una nueva aventura.
Mientras pensaba en lo que podrían hacer esa noche —quizás cenar en su restaurante favorito o simplemente ver una película juntas—, Mina notó algo fuera de lo común al acercarse al gran puente que cruzaba cada día. A lo lejos, reconoció la figura familiar de Chaeyoung, pero la postura y el aura que la rodeaban no eran las de costumbre. Chaeyoung estaba inclinada hacia el borde, con la cabeza baja, y aunque la distancia dificultaba ver su expresión, Mina notó que su cuerpo temblaba. Un escalofrío recorrió la espalda de Mina cuando, al acercarse un poco más, comenzó a escuchar las maldiciones que salían de los labios de su novia, acompañadas de lo que parecían ser sollozos.
El corazón de Mina se detuvo, sus piernas se paralizaron por un instante, y una sensación de terror la invadió. ¿Qué estaba haciendo Chaeyoung en el borde de un puente? ¿Por qué estaba llorando de esa manera? La idea más oscura y aterradora cruzó su mente, una que no podía ignorar. ¿Podría Chaeyoung estar pensando en hacer algo terrible? ¿En dejarla?
No, no podía permitir que algo así sucediera. Mina no soportaría perder a Chaeyoung, no de esa manera, no sin hacer todo lo posible por detenerla. Sin darle tiempo a su mente para considerar otra cosa, Mina echó a correr con todas sus fuerzas. Cada paso que daba era pesado, su corazón palpitaba con una mezcla de miedo y desesperación. Todo a su alrededor se volvió borroso; solo importaba llegar a Chaeyoung antes de que fuera demasiado tarde.
—¡Chaeyoung!— gritó Mina con una voz que apenas reconocía como propia, llena de desesperación y miedo. Pero el viento y la distancia absorbieron su grito, y Chaeyoung no se movió ni un centímetro. La imagen de su novia en ese estado, tan cerca del borde, fue suficiente para que Mina sintiera que el mundo se desmoronaba a su alrededor.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Mina se lanzó hacia Chaeyoung, envolviéndola en un abrazo que las tiró a ambas al suelo lejos de la baranda. El impacto fue fuerte, y rodaron un par de veces antes de quedar detenidas en el pavimento. Mina, aún presa del pánico, se aferró a Chaeyoung como si su vida dependiera de ello, temiendo que si la soltaba, su peor pesadilla se haría realidad.
Chaeyoung, desconcertada por la repentina caída, intentó recomponerse. —¿Mina?— Su voz estaba quebrada, llena de sorpresa y confusión. Aún tenía lágrimas en los ojos, pero el susto del impacto las había detenido momentáneamente.
Mina no le dio tiempo para procesar lo que acababa de ocurrir. Con las lágrimas corriendo por su rostro, la sujetó con fuerza y gritó: —¡Ni siquiera pienses en abandonarme así! ¡No puedes dejarme sola, Chaeyoung! ¡No lo soportaría!— Su voz era un grito desesperado, cada palabra cargada con el dolor de imaginarse sola, sin la persona que más amaba.
Chaeyoung, aún tratando de entender lo que estaba sucediendo, sintió que su corazón se rompía en pedazos al ver la desesperación en los ojos de Mina. —Mina, no... no iba a...— comenzó a decir, pero las palabras se le atoraron en la garganta al darse cuenta de lo que Mina había creído.
—Pensé que... que ibas a saltar—, sollozó Mina, sus manos temblando mientras agarraba la chaqueta de Chaeyoung con fuerza, como si al soltarla, pudiera perderla para siempre. —No podía... no podía perderte—
La culpa invadió a Chaeyoung al ver cuán destrozada estaba Mina. ¿Cómo había permitido que las cosas llegaran a este punto? Acarició el cabello de Mina con ternura, tratando de consolarla mientras sus propios ojos se llenaban de lágrimas nuevamente. —No, amor, no. Jamás haría algo así— susurró, sus labios temblando mientras hablaba. —Solo... solo tuve un día terrible, Mina. Todo salió mal, y vine aquí para desahogarme, pero nunca, nunca haría algo así. No sin ti—
Mina, aún temblando por la mezcla de miedo y alivio, finalmente levantó la mirada, sus ojos encontrándose con los de Chaeyoung. —¿Qué pasó? ¿Por qué estabas tan... tan al borde?— Su voz era un susurro, como si temiera que al levantarla, la verdad pudiera ser aún peor.
Chaeyoung soltó un suspiro, el peso del día cayendo sobre sus hombros. Se sentó en el suelo, tirando suavemente de Mina para que la acompañara. —Quería que todo fuera perfecto... para ti— comenzó, su voz suave pero llena de emoción. —He estado planeando esto desde hace meses. Hoy quería encontrar el anillo perfecto para pedirte matrimonio, pero nada salió bien. Fui a todas las joyerías que conocía, pero ningún anillo era lo suficientemente bueno para ti. Me sentí tan frustrada y decepcionada conmigo misma que vine aquí a desahogarme, pero nunca imaginé que podrías pensar...—
Las palabras se quedaron en el aire mientras Chaeyoung miraba a Mina, su mirada llena de culpa y amor. —Perdóname, Mina. No quería asustarte. Estaba tan atrapada en mi propia frustración que no pensé en cómo podría parecer todo esto desde afuera. Lo único que quería era hacerte feliz—
Mina sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Chaeyoung. Todo el miedo que había sentido se transformó en una ola de amor y alivio. —Chaeyoung... no me importa el anillo, ni cómo me lo pidas. Lo único que me importa es que estés aquí conmigo, que no te vayas—. Sus palabras eran sinceras, y al decirlas, sintió cómo la angustia se disipaba, reemplazada por la certeza de que no importaba lo que sucediera, siempre se tendrían la una a la otra.
Chaeyoung esbozó una pequeña sonrisa, sus lágrimas aún presentes, pero con un brillo nuevo en sus ojos. —Quería que todo fuera perfecto porque tú eres perfecta para mí. Pero he sido tan tonta al no darme cuenta de que lo único que importa es que estemos juntas. Lo siento tanto, Mina—
Mina negó con la cabeza, acercándose a Chaeyoung para tomar su rostro entre sus manos. —No tienes que disculparte. Solo prométeme que, si alguna vez te sientes así de frustrada o triste, me lo dirás. No importa qué tan mal haya sido tu día, siempre quiero estar aquí para ti, para que no te sientas sola—
—Lo prometo—, dijo Chaeyoung, su voz cargada de sinceridad. Tomó la mano de Mina y la besó suavemente, como si con ese simple gesto pudiera expresar todo lo que sentía. —Y también prometo encontrar ese anillo, pero no importa cuánto tiempo me lleve. Porque te amo, Mina, más de lo que las palabras pueden expresar—
Mina sonrió a través de las lágrimas, una sensación cálida extendiéndose por su pecho. —Y yo te amo a ti, Chaeyoung. No necesito un anillo para saberlo, pero si quieres buscarlo, estaré contigo en cada paso—
Se quedaron así, en el frío suelo del puente, abrazadas bajo el cielo que se oscurecía, mientras el sol se ponía lentamente en el horizonte. La brisa del atardecer acariciaba sus rostros, y por un momento, todo el mundo pareció desaparecer, dejando solo a las dos, juntas, seguras en el amor que compartían.
Mina finalmente se levantó, extendiendo una mano a Chaeyoung para ayudarla a ponerse de pie. —Vamos a casa—, dijo suavemente, sus dedos entrelazados con los de su novia. —Creo que ambas necesitamos descansar después de este día—
Chaeyoung asintió, sintiendo cómo una nueva energía la llenaba al estar junto a Mina. —Sí, vamos—. Pero antes de que pudieran dar un paso, Chaeyoung se detuvo y, con una sonrisa traviesa, dijo: —Aunque, si no te importa esperar un poco más, podríamos pasar por una tienda de joyería que vi de camino aquí. Quizás hoy no haya sido tan malo después de todo—
Mina rió suavemente, el sonido como una melodía que calmaba el alma de Chaeyoung. —Claro—, respondió, su voz llena de amor y ternura. —No importa cuánto tiempo nos tome encontrar el anillo perfecto, siempre que estemos juntas—
Con esa promesa en sus corazones, ambas se encaminaron hacia la noche, de la mano, listas para enfrentar cualquier desafío que la vida pudiera ponerles por delante. Porque sabían que mientras estuvieran juntas
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One Shots - Michaeng
Fiksi PenggemarPequeñas o largas historias de nuestro ship favorito michaeng! ¡One shots!