One Shots | Michaeng

No mas rumores

Mina se encontraba acurrucada bajo sus sábanas, el aire fresco de la habitación la mantenía tranquila mientras su mente divagaba entre los recuerdos del día. En otra habitación cercana, Chaeyoung estaba tirada en su cama, con los auriculares puestos, tarareando una canción mientras repasaba las publicaciones de su cuenta de Instagram. El ambiente en el dormitorio compartido de Twice era tranquilo, sin ninguna señal de que algo pudiera perturbar la paz.

De repente, un grito rompió la calma.

–¡Mina! ¡Chaeyoung! ¡Vengan rápido! –Jihyo gritaba desde la sala con un tono de urgencia.

Ambas se incorporaron de golpe en sus camas, completamente desconcertadas. Mina se frotó los ojos y frunció el ceño mientras se deslizaba fuera de las sábanas. ¿Qué podría haber pasado para que Jihyo estuviera tan alarmada?

–¿Qué estará pasando ahora? –se preguntó Chaeyoung en voz baja, cerrando la app que estaba viendo y levantándose de un salto.

Las dos salieron de sus habitaciones casi al mismo tiempo y se encontraron en el pasillo. Chaeyoung le dedicó una mirada cómplice a Mina.

–¿Apuestas a que es algo trivial? –bromeó, pero Mina no estaba tan segura. La seriedad en la voz de Jihyo no daba lugar a dudas. Algo importante había sucedido.

Al llegar a la sala, encontraron a las demás miembros ya reunidas. Jihyo estaba en el centro, mirando su teléfono con el ceño fruncido. Nayeon estaba sentada en el sofá, cruzada de brazos, mientras Sana y Dahyun cuchicheaban entre ellas, claramente curiosas.

–¿Qué pasa? –preguntó Mina, mirando a Jihyo con una expresión preocupada.

Jihyo suspiró, bajando lentamente el teléfono y observando a todas con un gesto serio.

–Tenemos un pequeño... gran problema –dijo, antes de mirar directamente a Mina y Chaeyoung–. Todo tiene que ver con el último vlog que subimos al canal de Twice.

–¿El vlog? –repitió Chaeyoung, confundida–. No me pareció que hubiera ningún problema con ese video.

–Eso creíamos –respondió Jihyo–. Pero parece que algo se nos pasó, algo que ni nosotras ni los editores notaron. Fue gracias a los fans, que tienen ojos en todas partes.

La confusión en la sala creció. Sana fue la primera en romper el silencio.

–¿Qué es lo que se nos pasó?

Jihyo vaciló un momento antes de continuar, sus ojos iban de Mina a Chaeyoung como si buscara la manera más suave de darles la noticia.

–Hay una parte del video en la que, de fondo... se las ve a ustedes dos besándose.

Las palabras de Jihyo cayeron como una bomba en la sala. Todas las chicas quedaron congeladas, procesando lo que acababan de escuchar. Mina, especialmente, abrió los ojos de par en par y retrocedió un paso.

–¿Qué? –Mina apenas podía formar palabras, su rostro era una mezcla de sorpresa e incredulidad–. ¡Eso no puede ser! ¡No recuerdo haber besado a Chaeyoung, y menos con las cámaras grabando!

Chaeyoung, en contraste, parecía mucho más relajada, incluso entretenida por la situación. Se llevó una mano al mentón, fingiendo pensar, hasta que finalmente sonrió.

–Fue durante uno de esos momentos en los que estábamos bromeando –dijo, mirándola con una expresión traviesa–. Yo te robé un beso. ¿No lo recuerdas? Fue tan rápido que seguramente lo olvidaste.

Mina lo recordó entonces, un momento fugaz, algo que había pasado sin que ella se diera cuenta de la importancia, como un simple juego. Pero nunca había imaginado que las cámaras lo hubieran captado.