cap; 12

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( real life, +18 )

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Catalina Sánchez








Yo y Mateo habíamos terminado de ordenar mi departamento después de que todos los invitados se fueran, eran aproximadamente las 2 de la madrugada.

Nos tiramos exhaustos a mi cama, yo suspiré y me acosté en su pecho. La mano de Mateo se aferró a mi cintura y me pegó aún más a él.

—Te dije que todo iba a salir bien, mami. —Dijo con voz relajada y se notaba algo cansado.

Yo sonreí y me apoyé en uno de mis codos para mirarlo desde arriba.

—Si, lo dijiste. —Dije mirándolo a los ojos. Miré sus labios con detalle, mi menté comenzó divagar, pensando en todo lo que Mateo podría hacerme con la boca y un par de movimientos de lengua.

Sacudí ligeramente la cabeza y volví a mirar sus ojos, Mateo me miraba con un brillo en los ojos, no supe reconocer si era deseo o amor. Traté de resistirme, juro que traté.

A la mierda.

Me acerqué a su boca, juntando nuestros labios en un beso lujurioso y deseoso. Me devolvió el beso en menos de 5 segundos, se notaba como trataba de resistirse a mi pero no, no podía. Menos conmigo besándolo de esa forma.

Estaba emborrachada por sus labios, me sentía como una adicta.

Nos besamos con deseo y con la temperatura subiendo, las manos de Mateo subieron a mi cintura apretando de una manera deliciosa y excitante. Mis manos se mantuvieron en su pecho, subiendo hasta los costados de su cuello y se mantuvieron allí.

Quería sentirlo lo más cerca posible, lo jalé más a mi si es que era posible. Me subí a horcajadas encima de Mateo, él se sentó en la cama tomando mis muslos y posicionándome pegada a él.

Mateo subió mi camiseta, yo me separé de sus labios y dejé que me terminara de sacar la camiseta. Quedé en sujetador.

Me tomó de las caderas, pegándome a él lo más posible. Miró mi torso descubierto, sobre todo mis tetas apretadas por el sujetador.

—Mierda... —Jadeó y subió sus manos al broche de mi sujetador, lo desabrochó con rapidez y lo bajó por mis hombros, al final, lo tiró al piso.

Había alcohol (poquito) y excitación llenando mi cuerpo, no me dio ni un poco de vergüenza cuando Mateo sacó mi sujetador.

—Tanto tiempo esperando esto... —Murmuró en tono ronco mirando mis pechos, sus manos fueron directo a ellos. Los tomó, apretándolos con suavidad. Un gemido salió al instante de mi boca. —Tan sensible...

Mateo besó mi cuello mientras sus manos apretaban y masajeaban mis pechos, solté un gemido cuando su pulgar y su índice apretaron mis pezones. Me arqueé hacía él involuntariamente.

𝗺𝗶 𝗺𝘂𝘀𝗮 ─ 𝘵𝘳𝘶𝘦𝘯𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora