cap; O9

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Mateo Palacios

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Mateo Palacios





Había pasado un mes desde que estrenamos nuestra canción, y un mes tratándonos como pareja. Era lo mejor del mundo.

Bizarrap nos llamó, era para un dueto que aceptamos y decidimos entre los tres que haríamos dos canciones; una mía y la otra de Cata.

Ya teníamos lista una de las canciones "Mamichula" que compusimos juntos con Biza, esa iba a ser mía. Nos faltaba "Dangerous" que esa iba a ser de Cata, de su próximo disco.

Esa tarde la invité a salir por fin, después de un mes, le iba a decir todo lo que sentía.

Me coloqué un traje, estaba con los nervios de punta mientras conducía a su casa.

Al llegar a su casa, me bajé del auto, saqué las margaritas que estaban en el asiento de atrás. Me aproximé a la puerta algo tembloroso, respiré una vez que estuve frente la puerta, levanté la mano y di unos toques en la puerta.

Escuché los tacones resonando en dirección a la puerta y abrió la puerta. Coloqué el ramo delante de mi rostro, aun que no podía verla sabía la extensa sonrisa que tenía en el rostro, me asomé por detrás del ramo y la miré con una sonrisa.

—Para vos, mami —Dije extendiéndole el ramo, ella tomó con delicadeza el ramo. Tenía una extensa sonrisa que amaba verla, me miró con sus ojos negros y su típico brillo extenso, tenía un destello más grande de agradecimiento

—Están hermosas... Gracias. —Se acercó a mi y me plantó un suave beso en los labios, quedé con un tonta sonrisa en los labios. —Las pongo en agua y nos vamos, pasa. —Dijo adentrándose a la cocina, yo entré cerré la puerta y me fui detrás de ella. Veía como tomaba un florero y lo llenaba hasta la mitad con agua, miraba cada acción que hacía con atención. Como si fuera su mejor hazaña.

Terminó de colocar las flores, le saqué una foto sin que se diera cuenta. Me acerqué por detrás hacía ella, abrazándola por la cintura y apoyé mi mentón en su hombro.

Ella se volteó para mirarme. —¿Vamos?

Yo sonreí y tomé su mano. —Vamos. —Afirmé. La llevé hasta la puerta, dejándola salir primero y luego cerré la puerta de la casa yendo a su lado, le abrí la puerta del auto para que se subiera antes. Ella entró al auto y cerré la puerta, me subí al lado del piloto y arranqué en el auto.

Tomé su mano mientras manejaba, necesitaba tocarla. De reojo vi como estaba vestido con un vestido color crema, sus pestaña enchinadas y pintadas, tenía un delineado perfecto. Sus labios tenían ese gloss que me volvía loco.

—Te ves bonita, mami —Dije volteándola a ver por un segundo y volví mi mirada a la carretera.

Ella se sonrojó ligeramente. —Tu también te ves guapo.

𝗺𝗶 𝗺𝘂𝘀𝗮 ─ 𝘵𝘳𝘶𝘦𝘯𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora