𝗺𝗶 𝗺𝘂𝘀𝗮 ─ 𝘵𝘳𝘶𝘦𝘯𝘰

cap; 1O

( real life )

Catalina Sánchez

Ha pasado un mes desde que Mateo me pidió ser su novia, sacamos una canción que unió a su álbum: "Mamichula" que se hizo rápidamente viral.

Seguía siendo la lluvia del Trueno y era lo mejor de la vida, sentía que cada día amaba más a Mateo y que él me amaba cada vez más a mi.

En este momento, era de noche, estábamos viendo una película pero mi pierna se movía de un lado al otro haciendo que todo el sofá se moviera y eso no pasó desapercibido por Mateo.

Colocó una mano en mi muslo, deteniendo mis inconscientes y nerviosos movimientos, detuvo la película y me miró.

—¿Qué onda, bebé? —Dijo tomando mi mentón y haciendo que lo mirara. Mire sus ojos, mordí mi labio inferior con nervios. —¿Es por el disco?

Asentí repetidas veces, el nudo en mi garganta se formó enseguida. La ansiedad me hacía llorar, mis ojos se cristalizaron en pocos segundos. Mateo me miró con ternura, me tomó de la cintura y con facilidad me levantó, sentándome en su regazo.

Yo me acurruqué en su pecho, sollozando suavemente. El disco salía en dos días y mi mente estaba totalmente agobiada.

—No llorés, mi amor —Dijo manteniendo su agarre en mi cintura y su otra mano subió a mi pelo, donde lo acarició buscando calmarme. —Che, mira. La gente te adora, las canciones son buenas, van a adorar el disco.

Levanté la mirada, mirando los ojos cafés que me daban ganas de fallecer en sus brazos del amor que sentía.

Sollocé con los nervios de punta. —Pero... ¿Y si no-... —Me silencio con un beso antes de que pudiera terminar. Se separó pero nuestras narices aún se rozaban.

—No digas eso, vos sos suficiente y ese disco va a ser un éxito. Te lo aseguro, mi amor. Ahora deja de llorar... —Murmuró secando mis lágrimas con sus manos que habían subido a mis mejillas. Vi como su boca estaba entreabierta como para decir algo más pero se notaba inseguro si decirlo o no.

—A ver, con qué me vas a salir esta vez. —Dije con menos ansiedad que antes y con el llanto ya cesando.

—No llores porque me dan unas ganas de romperte. Prefiero que llores de placer que de estrés...—Dijo mirándome a los ojos, vi como una sonrisa se le formó y yo como persona madura y adulta que soy, me sonroje a más no poder.

—No, cállate Mateo. —Dije y me tapé el rostro, en el mes de relación que habíamos tenido no habíamos tenido ningún momento íntimo, siempre éramos interrumpidos por algo o alguien.

Mateo me quitó las manos de la cara, me besó con firmeza. Yo solo le seguí el beso, cada vez era más intenso. Mordió mi labio inferior, solté un jadeo.