Los cálidos rayos de sol entraban por las persianas, dentro de la cama se podía ver un pequeño bulto, lentamente comenzó a moverse hasta que una mano infantil salió de entre las sabanas, de forma irritada la pequeña mano golpeó al despertador que no dejaba de sonar, este guardó silencio al instante. Finalmente la figura se levantó y se pudo ver a un niño de 12 años. Con el pelo completamente desalineado se levantó de la cama y buscó sus anteojos los cuales estaban en una mesa de noche al lado de la cama, se los colocó y se dirigió al baño a cepillar sus dientes. El niño todavía medio dormido, se acercó al espejo del baño. Al encender la luz, con sus ojos entrecerrados por la brillantez se miró en el espejo. El cabello desordenado hacía que pareciera que había pasado por una tormenta mientras dormía. Con un suspiro resignado, tomó su cepillo de dientes y comenzó a cepillarse.
Mientras lo hacía, su mente vagaba entre los pensamientos del día que le esperaba. Sabía que hoy no sería un día cualquiera. Era el primer día del nuevo semestre, y aunque no quería admitirlo, había una mezcla de nervios y emoción en su interior. Era su último año en la escuela media antes de pasar a la educación secundaria, un cambio que venía cargado de incertidumbre especialmente para alguien como él.
Se enjuagó la boca, dejó el cepillo en su lugar, y se tomó un segundo para observarse de nuevo en el espejo. Se ajustó los lentes y se pasó la mano por el cabello en un intento de domarlo, aunque con poco éxito.
Rafael: Bueno... supongo que esto es lo mejor que puedo hacer.
Rafael bajó las escaleras despacio, escuchando las voces de su familia desde la cocina. El bullicio de la mañana era el mismo de siempre: platos tintineando, risas y conversaciones rápidas entre sus hermanos mayores que ya estaban a punto de salir de casa.
Cuando entró en la cocina, vio a su madre sirviendo café para su padre, mientras sus hermanos se repartían las últimas tostadas y empacaban sus mochilas apresuradamente. Nadie parecía notar su entrada, un patrón que se repetía casi todas las mañanas. Al ser el menor de cinco hijos, a veces se sentía invisible en medio de la agitada vida familiar.
Madre: (Algo distraída) Buenos días, Rafita. El desayuno está en la mesa, ahí hay pan tostado y huevos.
Rafael: (Sentándose en su lugar) Gracias, mamá.
Su madre, siempre ocupada y preocupada, le dedicó una sonrisa rápida antes de volver a la tarea de preparar el almuerzo para su padre. Él observó cómo sus hermanos mayores bromeaban entre ellos mientras terminaban de comer. Aunque había cariño en el ambiente, el día a día parecía consumir a todos. La vida no era fácil con tantos hijos y problemas económicos rondando la casa, lo que hacía que los momentos de afecto fueran fugaces, casi mecánicos.
María: (Mientras se abrochaba la chaqueta) Oye, ¿estás listo para tu primer día? No te pongas nervioso, solo haz lo que te diga el profe y ya está.
Luis: (Encogiéndose de hombros) Sí, lo haré.
Por un momento Rafael miró a sus hermanos, una parte de él deseaba tener su edad para ser incluido más seguido en los temas.
María era la mayor, siempre la más responsable y protectora, con el cabello largo y oscuro siempre atado en una coleta estaba un grado por encima de Jack. Jorge era el segundo mayor, compartía el mismo color de cabello que Rafael, era el rebelde, aunque tiene buen corazón, a menudo se mete en problemas, sobre todo por su actitud despreocupada, fue él quien alentó el amor por la tecnología de Rafael y compartía grado con Jack. Carolina era la de en medio, era la más creativa e independiente de los hermanos, compartía grado con Miko y su cabello era de color cobrizo. Finalmente estaba Luis, el más cercano en edad a Rafael y quien había a terminado la educación secundaria, a diferencia de sus demás hermanos él y Rafael eran los únicos hijos biológicos del matrimonio actual. El padre de todos vivió la perdida de su primera esposa y el divorcio de la segunda. Afortunadamente logró conocer a quien sería el amor de su vida y madre definitiva de todos sus hijos, aún si no todos compartían su sangre.
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Transformers Prime: Hasta que Todos Seamos Uno
FanfictionAlguna vez te has preguntado: ¿Qué pasaría si la serie de Prime tuviera personajes nuevos? ¿Si los Decepticons fuesen aún más despiadados? ¿Si Starscream no fuese tan volátil? ¿Y si el equipo Prime fuese más unido? O ¿Que tal si MECH y Silas fuesen...