El Valor en Lo Pequeño

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Bumblebee se encontraba conduciendo lejos de Jasper, su destino: Griffin Rock, con la incorporación de Sideswipe y la estabilización de Jazz y Jetfire Optimus había dado luz verde para su visita a los Rescue bots. El explorador estaba reflexionando sobre los eventos recientes: MECH, el regreso de Megatron, las tropas Cons fortaleciéndote, su reciente comienzo de relación con Arcee, los informes del agente Fowler sobre la corta paciencia de los altos mandos humanos... Barricade.

Mientras Bumblebee avanzaba por la carretera, el nombre de Barricade retumbaba en su mente. A pesar de todo lo que estaba pasando con los Decepticons y la creciente tensión con los humanos, era el misterioso pasado que compartía con Barricade lo que le pesaba más. Sabía que Arcee también había notado el cambio en su actitud, especialmente desde que se cruzaron nuevamente con el Decepticon.

Bumblebee: (Pensando) Barricade... Pensé que lo había dejado atrás.

Los recuerdos de su último encuentro con Barricade lo asaltaban. Había algo dentro suyo, algo oscuro que despertaba una furia enorme. Nunca antes había sentido tanta ira hacia un enemigo, y eso lo inquietaba profundamente. Arcee había notado su cambio, pero él había evitado hablar de ello, ocultando sus verdaderos sentimientos incluso de ella.

Bumblebee aceleró un poco más, intentando dejar atrás esos pensamientos, pero no podía. El peso del pasado lo atrapaba. Las imágenes de Barricade, su rostro retorcido en una mueca de desprecio, seguían apareciendo en su mente.

Bumblebee: (Pensando) Si Arcee, si todos supieran lo que pasó... lo que hice... ¿podrían mirarme de la misma forma?

La verdad era que Barricade no era solo otro Decepticon. Había algo personal, algo que ambos compartían desde los días más oscuros de la guerra en Cybertron. Un secreto que Bumblebee había guardado celosamente, incluso de sus más cercanos compañeros. Pero con cada aparición de Barricade, ese secreto parecía más difícil de ocultar.

Bumblebee: (Pensando) Fue mi culpa, de no ser por mí, él todavía seguiría aquí.

Su spark se encogió por un instante, la culpa, el arrepentimiento, el dolor, la traición. Todos esos sentimientos lo consumían por dentro, no podía olvidar lo que había hecho, no quería hacerlo, si lo hacia seria como una falta de respeto hacia su mejor amigo.

Bumblebee continuaba acelerando por el oscuro y solitario camino, intentando mantener su enfoque en la misión, pero los recuerdos seguían acosándolo. La imagen de Barricade volvía una y otra vez a su mente, como una herida abierta que nunca había sanado del todo.

En su mente, las imágenes eran nítidas: el caos de la batalla, los cielos llenos de fuego y humo, el eco de los disparos, y en medio de todo, su mejor amigo... desapareciendo. Todo había ocurrido tan rápido, pero para Bumblebee, ese momento había quedado congelado en el tiempo. Barricade estaba allí, entre las sombras, burlón y despiadado, como siempre. Y Bumblebee... había fallado. Esa culpa lo había seguido desde entonces, una carga que había escondido de todos.

Arcee y los demás no podían saberlo, no podían entender lo que Barricade representaba. El Decepticon no era solo un enemigo cualquiera; era un recordatorio viviente de uno de los mayores errores de Bumblebee. Un error que le costó perder a alguien muy cercano, alguien que había confiado en él. Su mayor fracaso.

Bumblebee: (Pensando) ¿Por qué tuvo que volver ahora? todo iba relativamente bien hasta que llegamos a este planeta.

Su spark se estremeció al recordar el último momento que compartió con su amigo, antes de que todo cambiara. Barricade lo había derrotado no solo físicamente, sino mentalmente. Aquel día en Cybertron fue más que una simple batalla; fue el día en que Bumblebee comprendió lo que era el verdadero fracaso, lo que era perder algo irremplazable.

Transformers Prime: Hasta que Todos Seamos UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora