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ೀFlor y Mariposa

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Era una tarde tranquila en la casa de Hyunjin, con la televisión encendida de fondo mientras él y Miyeon discutían los detalles de la salida. Miyeon, siempre organizada, revisaba posibles lugares para que el grupo de amigos pasara un día juntos.

—Entonces, ¿qué opinas del parque junto al río? —preguntó Miyeon, con la mirada enfocada en su teléfono—. Podríamos hacer un picnic, relajarnos y caminar un poco.

Hyunjin, aunque presente en la conversación, tenía su mente ocupada en otra cosa, o más bien en alguien. La idea de pasar todo un día cerca de Yongbok, sabiendo lo que sentía por él, lo ponía ansioso, aunque intentara mantener una fachada calmada.

—Sí, suena bien —dijo, tratando de ocultar su nerviosismo.

Desde que le confesó sus sentimientos a Hanni y a Sullyoon, había sentido cierto alivio, pero eso no quitaba la incertidumbre de estar cerca de Yongbok sin que él lo supiera. Cada vez que estaban juntos, los detalles más simples, como la risa de Yongbok o la forma en que lo miraba, hacían que Hyunjin se sintiera más atrapado en sus propios sentimientos.

—Voy a escribirle a Yongbok ahora mismo —anunció Miyeon mientras tecleaba rápidamente en su teléfono—. Ya sabes cómo es, siempre acepta cualquier plan.

Hyunjin sonrió ante ese comentario. Yongbok era despreocupado y fácil de llevar, algo que hacía más complicado ocultar sus sentimientos. Al ver cómo respondía a todos con esa alegría tan natural, Hyunjin sentía que su propio corazón se aceleraba cada vez más.

Sacó su teléfono y escribió a Hanni.

—Le diré a Hanni, seguro que estará encantada —comentó, aunque su voz temblaba ligeramente.

Hanni había sido su mayor apoyo desde que le confesó lo que sentía por Yongbok. Siempre le recordaba que debía ser paciente, que no había prisa, pero Hyunjin no podía evitar sentir la presión de estar cerca de Yongbok sin decir nada.

—¡Listo! —dijo Miyeon, satisfecha—. Le envié el mensaje a Yongbok. Seguro dirá que sí.

Hyunjin asintió mientras trataba de tranquilizarse. El plan estaba tomando forma, y aunque era emocionante, también lo llenaba de nervios. No sería fácil pasar un día completo tratando de mantener sus emociones bajo control.

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El sol brillaba con fuerza cuando los amigos llegaron al parque junto al río. El lugar era amplio y hermoso, con el sonido suave del agua fluyendo a lo lejos. En el centro de la escena, una gran manta estaba extendida con comida y bebidas listas para disfrutar del picnic.

Hyunjin estaba sentado al borde de la manta, observando cómo Hanni y Miyeon charlaban mientras Sullyoon corría alrededor, recogiendo flores y persiguiendo mariposas. Yongbok, por su parte, estaba relajado, acostado boca arriba, mirando el cielo con una sonrisa en los labios.

—Este lugar es perfecto —comentó Yongbok, estirándose perezosamente—. Me alegra que me hayan invitado.

Hyunjin intentó sonreír, pero sus nervios lo traicionaban. Estar tan cerca de Yongbok, con su risa despreocupada y sus comentarios casuales, hacía que su corazón latiera más rápido de lo que le gustaría admitir.

—Sí, es... muy tranquilo —respondió Hyunjin con un tono bajo.

De repente, Sullyoon se acercó corriendo hacia ellos, con una flor en la mano y una gran sonrisa en el rostro.

—¡Mira, Hyunie-Oppa! ¡Una flor bonita, como tú! —dijo Sullyoon, dándole la flor a Hyunjin.

Hyunjin rió, un poco avergonzado por el cumplido inesperado, pero lo aceptó con cariño.

—Gracias, Bonita —respondió, usando uno de los apodos que tenía para la pequeña.

Sullyoon no se detuvo allí. Después de darle la flor a Hyunjin, giró hacia Yongbok, que aún estaba recostado, y lo señaló emocionada.

—Y tú eres como una mariposa —dijo, con la misma energía—. ¡Una mariposa que vuela por todas partes, siempre feliz!

Yongbok levantó una ceja, divertido por el apodo.

—¿Mariposa? —preguntó, riendo suavemente.

—¡Sí! —exclamó Sullyoon con certeza—. Hyunie es una flor y tú eres la mariposa que vuela alrededor de él.

Hyunjin y Yongbok se miraron, sorprendidos por la inocente lógica de Sullyoon, pero una sonrisa se formó en el rostro de ambos. Aunque el comentario era simple y sin malicia, había algo en esas palabras que los dejó pensando.

—Parece que tenemos nuevos apodos, ¿no? —bromeó Yongbok, guiñándole un ojo a Hyunjin.

—Supongo que sí... Flor y Mariposa —respondió Hyunjin, tratando de mantener la compostura mientras su corazón latía con fuerza.

A partir de ese momento, los apodos "Flor" y "Mariposa" quedaron marcados entre los dos, una broma ligera que ambos aceptaron, aunque para Hyunjin significaba mucho más. Mientras el día continuaba y el grupo disfrutaba del picnic, esos nombres empezaron a tener un significado especial, una conexión silenciosa entre ellos dos que solo ellos parecían entender.

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