𝓨𝓸𝓾𝓻 𝓕𝓸𝓻𝓶𝓾𝓵𝓪 𝓞𝓯 𝓛𝓸𝓿𝓮 •𝓛𝓲𝔁𝓳𝓲𝓷 •

ೀSospechas

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La tarde en casa de Yongbok transcurría con una calma engañosa. Afuera, el cielo comenzaba a teñirse de tonos anaranjados mientras el sol bajaba lentamente, pero dentro de la casa, Hyunjin luchaba por mantener su compostura. Estaba sentado junto a Yongbok, intentando concentrarse en los problemas de álgebra que su tutor le explicaba con paciencia. Pero cada vez que escuchaba la voz de Yongbok, sentía que su mente se desconectaba. El suave tono de su voz, la cercanía de su cuerpo, e incluso la forma en que se inclinaba hacia adelante para revisar su cuaderno, todo parecía distraerlo más de lo que cualquier ecuación complicada podría hacerlo.

-Hyunjin, ¿entiendes este paso? -preguntó Yongbok, señalando una fórmula en el papel.

Hyunjin pestañeó, sacudiendo la cabeza para salir de su trance. Forzó una sonrisa, tratando de ocultar el rubor que comenzaba a subir por su cuello.

-Sí... más o menos -respondió, aunque en realidad no tenía idea de lo que acababa de explicar Yongbok.

Yongbok lo miró con una ligera sonrisa, como si sospechara que Hyunjin no estaba siendo completamente honesto. A pesar de ello, no dijo nada más, y simplemente volvió a explicar el problema, esta vez de forma más lenta. Hyunjin intentó centrarse, pero cada palabra de Yongbok parecía un eco lejano en medio del torbellino de pensamientos y emociones que lo envolvían.

Mientras tanto, Sullyoon, que había estado jugando tranquilamente con su muñeco de Chococat en el suelo, se había acercado poco a poco a los dos. Hyunjin notó de reojo que la pequeña lo observaba, sus ojos brillantes fijos en él. Aunque Sullyoon solía ser curiosa y juguetona, esta vez había algo distinto en su mirada, como si estuviera tratando de entender algo que aún no podía expresar.

Después de unos minutos, Sullyoon finalmente se puso de pie y caminó hacia Hyunjin, tirando suavemente de la manga de su camisa.

-Hyunie-Oppa -dijo en voz baja, como si quisiera que solo él la escuchara.

Hyunjin se inclinó hacia ella con una sonrisa, intentando relajarse un poco.

-¿Qué pasa, Sully?

Sullyoon lo miró fijamente durante unos segundos, con una expresión curiosa. Pero en lugar de responder de inmediato, la niña sonrió de forma traviesa y sacudió la cabeza.

-Nada -respondió, con una inocencia que parecía esconder algo más.

Hyunjin parpadeó, un poco desconcertado. Sullyoon normalmente era más directa, así que su respuesta vaga lo dejó un tanto inquieto..

A medida que pasaba el tiempo, Sullyoon continuaba jugando cerca de ellos, pero Hyunjin notaba que sus ojos seguían posándose en él y en su hermano de forma intermitente. La niña no estaba solo entretenida con sus juguetes; estaba observando, como si intentara descifrar algo entre él y Yongbok. Cada vez que Hyunjin y Yongbok intercambiaban miradas o hablaban, sentía la pequeña pero intensa presencia de Sullyoon, y aquello lo ponía más nervioso.

Finalmente, Hyunjin no pudo soportarlo más. Tras intentar concentrarse sin éxito, miró a Sullyoon, que estaba tumbada en el suelo jugando, pero con sus grandes ojos todavía puestos en él.

-Sully, ¿estás bien? -preguntó Hyunjin suavemente, agachándose a su altura.

Sullyoon levantó la cabeza y lo miró, parpadeando inocentemente. Hubo un momento de silencio en el que Hyunjin pudo jurar que la niña estaba a punto de decir algo importante, pero en lugar de eso, simplemente sonrió.

-Sí, Hyunie-Oppa. Estoy bien -respondió con una dulzura que lo dejó más confundido que tranquilo.

Hyunjin frunció el ceño ligeramente, intentando leer lo que había detrás de esa sonrisa infantil, pero Sullyoon ya había vuelto a concentrarse en su juego como si nada hubiera pasado. Decidió dejarlo pasar, aunque una parte de él seguía sintiendo que Sullyoon había captado algo que él mismo intentaba negar.

Mientras intentaba retomar su concentración, Yongbok lo observó desde la mesa.

-¿Todo bien? -preguntó, notando que Hyunjin parecía inquieto.

-Sí, sí -respondió rápidamente Hyunjin, intentando sonar despreocupado-. Solo... Sully está un poco rara hoy.

-¿Rara? -Yongbok sonrió, miró a su hermana y luego volvió a fijarse en Hyunjin-. Es Sully. Siempre está rara.

Hyunjin soltó una risa nerviosa, pero en su interior sentía que había algo más detrás de esa rareza. Sullyoon no era tonta, y aunque fuera pequeña, Hyunjin tenía la sensación de que había notado algo que él intentaba ocultar, incluso de sí mismo.

A lo largo de la tarde, mientras Yongbok continuaba explicando y Sullyoon seguía jugueteando cerca de ellos, Hyunjin sintió el peso de las miradas de la pequeña niña. Y Yongbok parecía completamente ajeno a todo lo que pasaba.

Finalmente, la tarde llegó a su fin, y Sullyoon, tras haber agotado toda su energía, fue a su habitación a cambiarse para dormir. Hyunjin, por su parte, se sentía agotado de una manera completamente diferente. Los problemas de matemáticas habían pasado a un segundo plano frente a la constante lucha interna que había estado librando todo el día.

Cuando se levantó para marcharse, Yongbok lo acompañó hasta la puerta, como siempre. Hyunjin intentó no mirarlo directamente, sabiendo que cualquier contacto visual prolongado podría hacer que su corazón se acelerara aún más.

-Gracias por venir hoy. Y por estar con Sully. De verdad, ella te adora -dijo Yongbok, con esa sonrisa cálida que siempre lograba desarmarlo.

-No hay problema. Ella es genial -respondió Hyunjin, frotándose el cuello mientras intentaba mantener la calma.

Por un momento, ambos se quedaron en silencio. Yongbok parecía relajado, pero Hyunjin sentía una tensión creciente en el aire, como si algo estuviera a punto de romperse. Quería decir algo, pero las palabras se le atoraban en la garganta.

-Nos vemos mañana -dijo finalmente, rompiendo el silencio antes de que se volviera insoportable.

Yongbok asintió con una sonrisa, despidiéndose tranquilamente.

-Nos vemos, Hyunjin.

Cuando Hyunjin salió de la casa, el aire fresco de la tarde lo envolvió, pero no consiguió disipar la sensación de inquietud que lo acompañaba. Mientras caminaba hacia su casa, pensó en todo lo que había sucedido ese día: las miradas de Sullyoon, la cercanía de Yongbok, sus propios sentimientos que se agitaban bajo la superficie, amenazando con salir a la luz.

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