𝓨𝓸𝓾𝓻 𝓕𝓸𝓻𝓶𝓾𝓵𝓪 𝓞𝓯 𝓛𝓸𝓿𝓮 •𝓛𝓲𝔁𝓳𝓲𝓷 •

ೀHermano

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Yongbok estaba sentado en su escritorio, revisando algunas partituras cuando escuchó los pasos familiares de Minho acercándose. No le prestó mucha atención, suponiendo que su hermano mayor venía a molestarlo. Sin embargo, Minho no se detuvo en la puerta como de costumbre. En lugar de eso, se acercó directamente al escritorio y, antes de que Yongbok pudiera reaccionar, tomó una de las hojas de música que tenía dispersas.

-¿Qué tenemos aquí? -preguntó Minho, esbozando una sonrisa traviesa.

Yongbok se levantó de golpe, intentando recuperar la hoja que Minho sostenía, pero su hermano fue más rápido, alejándose unos pasos mientras leía las notas con interés. A medida que sus ojos recorrían la partitura, la sonrisa burlona desapareció de su rostro, reemplazada por una expresión más seria.

-Es buena, Bok -dijo, con un tono sorprendentemente sincero-. ¿Es nueva?

Yongbok suspiró, sabiendo perfectamente de qué canción hablaba Minho. Esa era la canción que había escrito para Hyunjin, la misma que había estado postergando tocarle durante semanas. Cada vez que se encontraba con él, las palabras y las notas se agolpaban en su pecho, pero algo lo frenaba a la hora de mostrársela.

-Sí, es nueva -respondió, encogiéndose de hombros-. Pero aún no está lista.

Minho lo miró, claramente no convencido. Bajó la hoja, observando a Yongbok con un brillo curioso en sus ojos.

-No me engañes, Bok -dijo mientras se acercaba-. Esta canción está lista desde hace tiempo. Sé que es para Hyunjin.

El rostro de Yongbok se tiñó de un leve rubor. No podía sorprenderse de que su hermano hubiera deducido todo tan rápido. Además, después de la conversación que había tenido con Miyeon, Yongbok se sentía mucho más consciente de sus sentimientos hacia él.

Sabía que Hyunjin sentía algo. Sabía que ambos estaban jugando el mismo juego de dudas y miedos. Pero aún así, no había encontrado el valor para mostrarle la canción que expresaba todo lo que no podía decir con palabras.

-Supongo que sí está lista -admitió finalmente, tomando la hoja con cuidado-. Pero no estoy seguro de cuándo mostrarla.

Minho lo observó por un momento, y luego soltó un largo suspiro, dejando caer los hombros.

-¿Qué es lo que te detiene? -preguntó con su tono serio-. Sabes lo que sientes por él, y por lo que me imagino, Hyunjin probablemente también lo sabe.

Yongbok asintió lentamente. Miyeon había sido clara: Hyunjin también estaba sintiendo algo, aunque probablemente tuviera el mismo miedo que él. Esa conversación lo había tranquilizado un poco, pero aún no era suficiente para disipar por completo el nerviosismo que lo embargaba cada vez que pensaba en mostrarle algo tan personal.

-Sí, lo sé -respondió con un suspiro-. Es solo que... nunca he sentido algo así antes, y esta canción... es como si lo dijera todo, pero también me expone demasiado.

Minho sonrió con suavidad, cruzándose de brazos.

-Ese es el punto de las canciones, ¿no? Expresar lo que no puedes decir con palabras. Si ya le has dicho que tienes una canción especial para él, debes cumplir con lo que dijiste.

Yongbok soltó una risa baja. Minho siempre encontraba la forma de simplificar lo que a él le parecía tan complicado. Lo cierto es que, desde la conversación con Miyeon, sabía que Hyunjin estaba esperando. Lo había notado en las pequeñas miradas que intercambiaban, en los momentos en los que Hyunjin intentaba pasar más tiempo con él, en las sonrisas nerviosas que ambos compartían.

-Tienes razón -murmuró finalmente, dejando la partitura sobre el escritorio-. Se la mostraré mañana.

Minho levantó una ceja, visiblemente sorprendido por la respuesta rápida de su hermano menor.

-¿Así de fácil? -bromeó-. Pensé que te haría falta otro empujón más.

Yongbok sonrió, sacudiendo la cabeza. Se sentía más seguro ahora. Minho tenía razón, y Miyeon también lo había dejado claro: Hyunjin sentía algo, y probablemente estaba tan asustado como él.

-He tenido suficiente empuje últimamente -respondió Yongbok con una sonrisa tímida-. Creo que es hora de dejar de darle vueltas.

Minho asintió, satisfecho, y luego se dirigió hacia la puerta.

-Sabes que me debes una, ¿verdad? -dijo con una sonrisa burlona-. Cuando a Hyunjin le guste la canción, no olvides quién te ayudó.

Yongbok se echó a reír mientras su hermano desaparecía por la puerta, dejando la habitación en silencio. Se quedó mirando la partitura durante unos momentos, respirando hondo. Ya no era cuestión de si Hyunjin entendería o no. Ahora sabía que estaba listo para mostrarle esa parte de sí mismo.

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