ೀPrimera vez

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La tarde estaba teñida con los tonos dorados del ocaso, la luz del sol entrando suavemente por la ventana de la habitación. Hyunjin y Yongbok estaban sentados en el suelo, frente a frente, en el pequeño espacio entre la cama y la pared, donde habían pasado horas en silencio, rodeados por el eco de su respiración y los pensamientos que ambos mantenían escondidos.

No era la primera vez que compartían momentos como este, pero algo en el ambiente se sentía distinto, cargado de una tensión silenciosa, como si ambos estuvieran esperando algo que ninguno se atrevía a iniciar. Desde que habían estado a punto de besarse en aquella ocasión frustrada por Minho, ambos habían evitado hablar sobre ello, aunque las miradas se hacían más prolongadas y los roces, más significativos.

Yongbok miraba a Hyunjin desde el otro lado, con sus ojos oscuros llenos de pensamientos no dichos. Él lo sabía. Sabía lo que sentía Hyunjin, y, en el fondo, sabía que también sentía algo parecido. Pero el miedo a cruzar esa delgada línea entre la amistad y algo más lo había mantenido en un estado de indecisión. Hasta ahora.

Hyunjin, por su parte, sentía el peso de la distancia entre ellos como una barrera invisible. Sabía que Yongbok lo miraba de manera diferente, y podía sentir cómo sus propios sentimientos, los que había intentado ocultar durante tanto tiempo, emergían más fuertes con cada minuto que pasaban juntos. Pero aún había temor. Temor de arruinar todo lo que tenían, temor de que, si se atrevía a dar el paso, las cosas cambiarían irremediablemente.

El silencio se hacía cada vez más denso, como si el espacio entre ellos estuviera cargado de electricidad. Ninguno de los dos se atrevía a hablar, pero ambos sabían que algo estaba a punto de suceder.

-Yongbok -murmuró Hyunjin, su voz apenas audible, como si al decir su nombre temiera romper el hechizo que los envolvía.

Yongbok lo miró, su mirada intensa y profunda, como si intentara leer en el rostro de Hyunjin lo que él mismo no se atrevía a decir. El nombre de Hyunjin estaba en su mente, pero no lo dijo. En cambio, dejó que el silencio hablara por él, una invitación tácita a dar el siguiente paso.

El corazón de Hyunjin latía con fuerza, cada segundo cargado de una mezcla de ansiedad y expectativa. Sabía lo que quería hacer, pero no encontraba el valor para hacerlo. Sus ojos bajaron lentamente hacia los labios de Yongbok, y luego, como si fuera inevitable, volvió a mirarlo a los ojos. La decisión estaba tomada, aunque sus manos temblaran.

Sin pensarlo más, Hyunjin se inclinó hacia adelante, acortando la distancia entre ellos. Cada centímetro que recorría era como un salto al vacío, y la única red de seguridad era la certeza de que Yongbok no se apartaría. Cuando sus rostros quedaron a escasos milímetros, ambos cerraron los ojos al mismo tiempo, dejándose llevar por el impulso de lo que sentían.

Los labios de Hyunjin rozaron los de Yongbok con una suavidad que parecía irreal, un toque apenas perceptible que hizo que ambos contuvieran el aliento. Era como si el mundo entero se hubiera detenido en ese momento, y lo único que existía era el calor de sus labios encontrándose, un gesto tímido pero cargado de todo lo que habían callado durante tanto tiempo.

Y entonces, el beso se profundizó.

Yongbok, que había mantenido el control hasta ese instante, no pudo contenerse más. Sus manos, que hasta entonces habían estado quietas a los costados, subieron lentamente, una de ellas tomando la nuca de Hyunjin, atrayéndolo hacia él con más firmeza. El beso, que al principio había sido tímido y delicado, se volvió más urgente, más lleno de todo lo que ambos habían estado reprimiendo.

Hyunjin respondió de inmediato, sus manos aferrándose a los hombros de Yongbok como si temiera que el momento se desvaneciera si lo soltaba. El calor que se expandía en su pecho era abrumador, y la sensación de los labios de Yongbok sobre los suyos era todo lo que había soñado, pero mil veces más intenso. No podía creer que estuviera sucediendo de verdad, después de todo el tiempo que había pasado deseándolo en secreto.

El beso duró lo que pareció una eternidad y, al mismo tiempo, un instante fugaz. Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban con dificultad, sus frentes aún pegadas, sus miradas conectadas en una especie de pacto silencioso. No hacía falta decir nada. Lo que había pasado entre ellos lo decía todo.

-Hyunjin... -susurró Yongbok, apenas separándose un poco para poder mirarlo a los ojos.

Hyunjin lo miró, aún recuperándose del torbellino de emociones que lo sacudía por dentro. Las palabras no salían, pero no eran necesarias. Ambos sabían que algo fundamental había cambiado entre ellos, y no había marcha atrás.

-¿Estás bien? -preguntó Yongbok, su voz suave pero llena de una preocupación genuina.

Hyunjin asintió, una leve sonrisa curvando sus labios. -Nunca me había sentido mejor.

Yongbok soltó una risa suave, relajando el ambiente tenso que los rodeaba. Se pasó una mano por el cabello, como si intentara ordenar sus pensamientos. -Supongo que esto era inevitable, ¿no?

Hyunjin lo miró con intensidad, su sonrisa volviéndose más firme. -Quizá. Pero... me alegro de que haya pasado.

Yongbok lo observó por un momento más, luego se inclinó hacia adelante, dejando un suave beso en la frente de Hyunjin. No había prisa. Ahora que habían dado ese primer paso, el resto vendría cuando tuviera que venir. Por primera vez en mucho tiempo, Yongbok sentía que las piezas estaban encajando.

Hyunjin suspiró, apoyándose contra el hombro de Yongbok, con la sensación de que, al fin, las cosas comenzaban a tener sentido. No sabían qué les depararía el futuro, pero estaban juntos en esto, y eso era lo único que importaba en ese momento.

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𝓨𝓸𝓾𝓻 𝓕𝓸𝓻𝓶𝓾𝓵𝓪 𝓞𝓯 𝓛𝓸𝓿𝓮  •𝓛𝓲𝔁𝓳𝓲𝓷/𝓗𝔂𝓾𝓷𝓵𝓲𝔁 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora