ೀSutilmente

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El sol se filtraba a través de las cortinas en la habitación de estudio, creando un ambiente cálido y acogedor. Hyunjin estaba sentado en el mismo lugar de siempre, con su cuaderno de matemáticas abierto frente a él. Esta vez, sin embargo, sentía una extraña calma. Los nervios de los días anteriores aún lo acompañaban, pero había algo diferente en el aire esa tarde. Quizá porque ahora sabía que esos pequeños acercamientos con Yongbok no habían sido meras coincidencias. Algo entre ellos había cambiado, aunque ninguno se atrevía a hablarlo en voz alta.

Yongbok entró en la habitación con una sonrisa en el rostro, una que hizo que Hyunjin sintiera un pequeño cosquilleo en el estómago. Desde el último encuentro, había estado dándole vueltas a cada palabra, a cada gesto, intentando descifrar si Yongbok había sentido lo mismo que él. ¿Lo había sentido? Esa era la pregunta que lo atormentaba.

-Hoy vamos a repasar un poco de geometría -anunció Yongbok mientras se sentaba a su lado-. Te aseguro que esta vez será fácil, Flor.

Hyunjin sonrió al escuchar el apodo. Cada vez que Yongbok lo usaba, sentía que era más que solo una palabra. Era un pequeño recordatorio de los momentos que habían compartido, de la tensión que flotaba en el aire cuando estaban juntos.

-Seguro que sí, Mariposa -respondió Hyunjin, devolviendo el apodo con una ligera sonrisa.

El ambiente estaba relajado, pero ambos sabían que había algo más que las simples matemáticas entre ellos. Mientras Yongbok comenzaba a explicar la lección, Hyunjin no podía evitar dejar que su mente divagara. Observaba cómo los labios de Yongbok se movían al hablar, cómo sus ojos se enfocaban en el cuaderno, y cómo su cabello caía suavemente sobre su frente.

A medida que avanzaba la tarde, los pequeños roces entre ellos comenzaron de nuevo. Primero fue una mano que se deslizaba accidentalmente sobre la otra mientras compartían el cuaderno. Luego, sus rodillas se tocaron bajo la mesa. Ninguno de los dos hacía comentarios al respecto, pero el ambiente se sentía cada vez más cargado.

-¿Lo estás entendiendo? -preguntó Yongbok de repente, rompiendo el silencio. Hyunjin lo miró, sorprendido de que la pregunta no lo hubiese sacado de su ensueño.

-Sí... bueno, más o menos -admitió Hyunjin, rascándose la nuca. La verdad era que no había prestado mucha atención a la explicación. Estaba demasiado distraído por la proximidad de Yongbok, por la forma en que su presencia parecía llenar toda la habitación.

Yongbok rio suavemente, una risa que a Hyunjin le parecía imposible de ignorar.

-Pensé que habíamos superado esta parte -dijo Yongbok, inclinándose un poco más para señalar una figura geométrica en el cuaderno de Hyunjin.

El acercamiento de Yongbok fue sutil, pero para Hyunjin se sintió como un pequeño paso más hacia esa línea que ambos parecían estar evitando. Sabía que si no hacía algo, si no hablaba o tomaba el control de la situación, iba a seguir quedándose atrapado en este círculo de tensión no resuelta.

-Bok -murmuró, sin saber realmente lo que iba a decir, pero sintiendo la necesidad de romper la barrera que seguía entre ellos.

Yongbok se detuvo y lo miró, levantando una ceja en señal de curiosidad.

-¿Sí?

El corazón de Hyunjin comenzó a latir con fuerza. ¿Podía decirlo? ¿Podía admitir lo que sentía, aunque fuera de una forma vaga? Las palabras se agolpaban en su garganta, pero cuando estaba a punto de hablar, la puerta de la habitación se abrió de golpe.

-¡Hyunie-Oppa! -gritó Sullyoon mientras corría hacia él con una gran sonrisa en el rostro, interrumpiendo el momento.

Hyunjin se quedó congelado, con la respiración entrecortada. La pequeña Sullyoon lo abrazó con fuerza, su energía desbordante llenando la habitación. El silencio tenso que había estado entre Hyunjin y Yongbok se rompió por completo, y ambos se echaron a reír de forma nerviosa.

-Sully, ¿qué haces aquí? -preguntó Yongbok, claramente agradecido por la interrupción.

-¡Quiero que Hyunie-Oppa me ayude a dibujar a Chococat! -anunció la pequeña, levantando un cuaderno con dibujos en sus pequeñas manos.

Hyunjin la miró con cariño, agradecido en parte por el respiro que le había dado de la situación tensa con Yongbok. La pequeña Sullyoon siempre sabía cómo iluminar cualquier habitación.

-Claro que sí, Bonita -dijo Hyunjin, tomando el cuaderno y dedicándole una sonrisa. Era imposible resistirse a Sullyoon cuando ponía esa carita de ilusión.

Yongbok los observó desde su asiento, una leve sonrisa en su rostro mientras miraba la interacción entre Hyunjin y su hermana menor. Parecía aliviado, pero había algo más en su mirada. Quizás una mezcla de nostalgia y algo más profundo, algo que Hyunjin no podía descifrar del todo.

Después de un rato, Sullyoon se cansó de dibujar y corrió de nuevo a su cuarto. La habitación se llenó de un silencio cómodo, aunque aún cargado de esa misma tensión no resuelta. Hyunjin y Yongbok se quedaron en sus lugares, cada uno perdido en sus propios pensamientos.

-¿Por qué siempre que estamos cerca alguien nos interrumpe? -preguntó Hyunjin de repente, sin poder evitar la pequeña risa que escapó de sus labios.

Yongbok lo miró y, después de un segundo de sorpresa, soltó una carcajada.

-Quizás es el universo tratando de decirnos algo -respondió, aunque su tono estaba lleno de ironía.

Hyunjin suspiró, pero no pudo evitar sonreír. Sabía que esa tarde había estado llena de momentos sutiles, pequeños acercamientos que parecían empujarlos hacia algo más, algo que aún no se atrevían a nombrar. Pero mientras estuviera junto a Yongbok, esos momentos seguirían ocurriendo.

Y en el fondo, aunque le asustaba, Hyunjin sabía que no cambiaría esa sensación por nada. Era increíble, justo de la manera en que era.

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𝓨𝓸𝓾𝓻 𝓕𝓸𝓻𝓶𝓾𝓵𝓪 𝓞𝓯 𝓛𝓸𝓿𝓮  •𝓛𝓲𝔁𝓳𝓲𝓷 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora