𝓨𝓸𝓾𝓻 𝓕𝓸𝓻𝓶𝓾𝓵𝓪 𝓞𝓯 𝓛𝓸𝓿𝓮 •𝓛𝓲𝔁𝓳𝓲𝓷/𝓗𝔂𝓾𝓷𝓵𝓲𝔁 •

ೀHermanos

˚ ༘ ೀ⋆｡˚

Hyunjin aún no se había recuperado del torbellino de emociones que lo había atrapado en la habitación de Yongbok cuando escuchó el sonido de la puerta principal abriéndose. Las risas que resonaron en la entrada anunciaban la llegada de Minho, el hermano mayor de Yongbok. De repente, el ambiente cálido e íntimo de la casa se llenó de una energía más vibrante, y Hyunjin sintió cómo sus nervios se tensaban aún más.

-¡Ya llegamos! -exclamó Minho desde el pasillo, y al instante apareció en la puerta del comedor, con una sonrisa traviesa y los ojos centelleantes-. Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? ¿Una sesión privada de estudio?

Yongbok, que había estado recogiendo los libros de matemáticas del comedor, rodó los ojos con un gesto cansado pero afectuoso.

-Minho, no seas tonto. Hyunjin y yo estamos repasando para su examen. No todos somos genios en matemáticas como tú.

-Tienes razón, en matemáticas no soy tan bueno -bromeó Minho, guiñando un ojo-. Pero cuando quieras ayuda en ciencias, ya sabes a quién llamar.

Minho soltó una carcajada y se acercó a la mesa, ignorando la réplica de su hermano. Era fácil ver por qué Minho siempre llamaba la atención cuando estaba cerca. Tenía una confianza natural, y su personalidad extrovertida contrastaba con la calma de Yongbok. Hyunjin siempre se había sentido un poco intimidado por él, pero en ese momento, la presencia de Minho solo añadía más incomodidad a la ya complicada situación.

-Ah, Hyunjin, qué bueno verte por aquí -dijo Minho, dándole una palmada en el hombro que casi lo hizo tambalearse-. Pensé que ya no querías juntarte con los Lee. Hace mucho que no vienes.

Hyunjin sonrió débilmente, tratando de mantener la compostura. -He estado ocupado con las clases y... bueno, con las matemáticas.

Minho se rió de nuevo y miró a Yongbok, que parecía estar intentando disimular su propia incomodidad.

-Bueno, siempre es bueno tener a mi hermano menor para ayudarte, ¿eh? Aunque, si lo prefieres, puedo darte un par de trucos para que te luzcas en el examen sin tener que estudiar tanto.

-Ya, Minho, basta -dijo Yongbok, lanzándole una mirada de advertencia-. No lo estreses más de lo que ya está.

Minho levantó las manos en señal de paz. -Está bien, está bien, me calmaré. De todas formas, solo venía a decirte que la cena estará lista en una hora. Va a ser épica, así que prepárate, Hyunjin.

Antes de que Hyunjin pudiera responder, escucharon pasos pequeños corriendo por el pasillo. Una vocecita dulce resonó desde la puerta del comedor.

-¡Oppa! ¡Hola! -Sullyoon apareció en la puerta, con una gran sonrisa y abrazando una muñeca de Hello Kitty. La pequeña de seis años corrió hacia Yongbok, pero al ver a Hyunjin, su carita se iluminó aún más-. ¡Hyunie-Oppa!

Hyunjin se inclinó hacia ella, devolviéndole la sonrisa. -Hola, Bonita. ¿Cómo estás?

Sullyoon, con su energía infantil, se acercó rápidamente a Hyunjin y le mostró su muñeca de Hello Kitty con orgullo. -¡Mira! Es Chococat, mi favorito. ¿Te gusta?

Hyunjin rió suavemente y asintió. -Es muy lindo, Sully. Siempre te ha gustado Chococat, ¿verdad?

Sullyoon asintió vigorosamente, sus ojos brillando de emoción. -¡Sí! Y tengo muchas cosas más de Chococat en mi cuarto. ¿Quieres verlas?

La idea de visitar la habitación de Sullyoon era tentadora en ese momento, si eso significaba escapar de la incomodidad que sentía con Minho y la tensión con Yongbok. Pero antes de que pudiera responder, Minho intervino, divertido.

-Cuidado, Hyunjin, si entras al reino de Sully, es posible que no vuelvas. Tiene más cosas de Hello Kitty de las que puedes imaginar.

Sullyoon frunció el ceño y le sacó la lengua a su hermano mayor. -¡No es cierto! No te burles, Minho-oppa.

Yongbok rió ante la pequeña disputa, acariciando suavemente el cabello de su hermana. -No molestes a Sully, Minho. Si Hyunjin quiere ver sus cosas, puede hacerlo. Pero primero tenemos que terminar de estudiar.

Sullyoon infló las mejillas, claramente decepcionada. -Está bien... pero después quiero jugar con Hyunie-oppa.

Hyunjin asintió, sintiéndose un poco más relajado al interactuar con la pequeña Sullyoon. Al menos con ella, no había presión ni confusión. Todo era simple y directo. "Ojalá fuera tan fácil con Yongbok", pensó.

Después de un rato, Minho se marchó hacia la cocina, dejando a los tres en el comedor. Sullyoon, no queriendo perderse nada, se quedó en la mesa, jugando con su muñeca mientras Hyunjin y Yongbok intentaban volver al estudio. Pero, para Hyunjin, era imposible concentrarse. La presencia de Yongbok, la interacción con Minho, y el cariño infantil de Sullyoon lo hacían sentirse aún más abrumado. Todo lo que quería era escapar de sus propios pensamientos.

Yongbok, que parecía haber notado la distracción de Hyunjin, le dio un ligero codazo.

-¿Te sientes bien? -preguntó en voz baja, tratando de no llamar la atención de Sullyoon.

Hyunjin asintió rápidamente, aunque sabía que era una mentira. "No, no estoy bien. Nada está bien", pensó, pero no podía decirlo en voz alta.

Antes de que Yongbok pudiera insistir más, Sullyoon levantó la vista de su muñeca, interrumpiendo la conversación.

-Hyunie-Oppa, ¿por qué estás triste?

La pregunta lo tomó por sorpresa. Hyunjin parpadeó varias veces, sin saber cómo responder. Yongbok también parecía desconcertado, mirando a su hermana con una ceja levantada.

-No estoy triste, Bonita -dijo Hyunjin, tratando de sonar convincente.

Pero Sullyoon lo observó fijamente, como si no le creyera del todo. "Los niños pueden ser tan perceptivos a veces", pensó Hyunjin.

-Está bien -dijo finalmente Sullyoon, aunque no parecía completamente convencida-. Pero si estás triste, puedes venir a jugar conmigo y Chococat. Siempre me hace sentir mejor.

Hyunjin sonrió, conmovido por la dulzura de Sullyoon. "Ojalá fuera tan fácil", pensó.

-Gracias, Sully. Lo recordaré.

Yongbok suspiró, recogiendo los últimos libros y poniéndose de pie.

-Bueno, creo que hemos estudiado suficiente por hoy. Además, Minho nos va a molestar si no bajamos pronto para la cena.

Hyunjin asintió, sintiéndose aliviado de que la sesión de estudio hubiera terminado. Mientras se levantaba para seguir a Yongbok y Sullyoon hacia la cocina, no podía evitar sentirse atrapado entre sus propios sentimientos y la realidad que lo rodeaba. El caos dentro de él no dejaba de crecer, y aunque quería aferrarse a los momentos tranquilos como los que había vivido con Sully, sabía que no podía seguir escapando de lo que sentía por Yongbok.

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