Capítulo 35: Héroe es aquel que hace lo correcto

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En la noche, Shining Armor despertaría y se dirigiría al comedor, de donde procedían algunas voces y un par de llantos. Nadie estaba seguro de en qué estado había despertado, ¿Seguiría irritado? ¿La enajenación habría disminuido? Sus soldados lo miraban aun con miedo. Él, sin embargo, con confusión, hasta que recordó lo que había sucedido esa mañana.

— Chicos, yo... — Trató de decir — Lo lamento... lamento haberme comportado como un imbécil. He dicho y hecho cosas que no tenían cabida o lugar... y he sido un cretino con nuestros anfitriones, incluso después de haberle dado mi perdón a uno de ellos... — Dijo apenado — No espero ser perdonado, ni entendido. Pues ni siquiera yo entiendo de dónde salió tanto coraje...

— De un evento traumático reprimido, blanquito. — Dijo Sombra serio — Y yo que pensaba que era tu mayor trauma...

— P-pero... — Seguía desconcertado.

— Sobreviviste al último, ¿Me equivoco? — Su voz era áspera denotando que seguía enfadado por cómo había tratado a su novio, pero a su vez sabía cómo se sentía.

— Es lo único que recuerdo... — Comentó antes de derrumbarse — Era solo un recluta novicio, y el único superviviente de mi regimiento... Es por eso que, aunque con menor intensidad, mantengo mis órdenes. — Se reafirmó — ¡Flash! Mañana a primera hora, Flurry y tú, subiréis al primer tren en dirección al Imperio de Cristal. El resto, armaduras puestas en todo momento, se acabaron las vacaciones, escoltaremos al equipo de investigación en todo momento. Si las princesas han llamado a un sicario, lo que estamos enfrentando, va más allá que solo un tipo corrupto.

— Pero... ¿Por qué? — Dijo Braeburn — Sour Apple, a pesar de su nombre, siempre fue un poni aceptable, de buenas intenciones y respetuoso con todos. — Habló por primera vez en defensa de este — Todo esto vino de la nada un año o dos después de la fundación de Appleloosa. ¿Cómo puede merecer esto de la necesidad de un sicario? Es un poni terrestre. ¡No tiene magia!

— Sí tiene. — Lo contradijo Sombra, sorprendiéndolo — A un nivel similar a un aprendiz de magia promedio.

— ¿También lo notaste? — Dijo Twilight — Pero eso sigue sin explicar a qué temen las princesas...

— Debe tener un amuleto o algo... — Diría Sunburst.

— Pero... ¿Por qué preocuparse de alguien con su nivel? — Preguntó Starlight.

— Porque las princesas pueden morir. — Dijo Sombra mandando temblores al espinazo de los presentes — En mi enfrentamiento con las princesas, estuve a nada de matar a Celestia mediante estrategia. Mala suerte la mía, que fue la primera vez que Nightmare Moon, su consciencia, despertaba en el interior de Luna. — Nadie dijo nada, no se esperaban tal revelación. De repente, las princesas ya no se sentían tan a salvo.

Decidieron acostarse. Era tarde y había cosas importantes para el día siguiente. Aunque, las palabras del ex rey, calaron demasiado a dentro de la mente de todos. El único en conciliar el sueño fue Sombra, quien pareció no sentir remordimientos por lo que había dicho.

En la mañana, Sombra se había ido. Dejó una nota, dándole la razón a Braeburn, necesitaba presas más grandes y no podía permitirse hacerle daño, por lo que pasaría unos días en el bosque y volvería una vez saciado.

En la estación, los príncipes de cristal, abrazaban a su pequeña antes de entregarla al guardia real que se despedía de la princesa de la amistad lamentando que su convivencia hubiera sido tan corta. Él estaba a punto de subir al vagón cuando de repente:

— ¡Flash! — Lo llamó la voz de su princesa para sorprenderlo con un tierno beso en los labios, el primer beso como pareja, y el primero de ambos — Prometo que, si salimos de esta, pediré tu traslado a Canterlot, y podremos seguir con lo nuestro una vez ascienda al trono de Equestria.

Sombras sobre el manzanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora