Unos días más tarde, las amigas de la princesa Twilight, y Spike, llegarían al Imperio de Cristal. Corriendo, sin perder el tiempo, se dirigieron al palacio de cristal donde serían recibidos por los príncipes de cristal.
— Vinimos lo antes posible. — Dijeron apuradas y preocupadas por su amiga — La nieve de los Windigos provocó algunos problemas en algunos tramos de vías.
— Lo importante es que estáis aquí. — Las tranquilizó Shining Armor.
— Ella está en el cuarto que le asignamos para sus visitas. — Comentó Cadence — Le alegrará saber de vuestra llegada, por fin conseguimos que saliera de la biblioteca anoche, y que comiera algo.
— Jamás la vi tan preocupada. — Confesó el príncipe preocupado por su hermana — Ha pasado toda la semana tratando de encontrar algo con lo que, por lo menos, poder dar pelea al cencerro.
El grupo de cinco yeguas y el dragón se apresuró a ir donde su necesitada amiga. Cuando entraron en la habitación, su amiga alicornio, se encontraba llorando sin consuelo. Enseguida la rodearon con un fuerte abrazo grupal para consolar a la alicornio lavanda.
— ¡Spike! ¡Chicas! — La princesa no podía contener sus lágrimas, ahora de felicidad — Me alegro de que estéis aquí... pero de poco o nada sirve... resulta que sí había algo de mucho valor en aquel libro que Flurry Heart quemó cuando la cristalización. Según Sombra había un hechizo, pero ya no tenemos nada... ni siquiera un plan. — Volvió a romper en llanto — Y lo peor es que, enterarme de que esto es el resultado de un plan de Discord... ¿Qué tanto fuimos capaces de hacer sin ser parte de su juego? ¿Realmente valió la pena? No soy una digna gobernanta...
— Calma, Twilight. — La reconfortaba Rarity mientras peinaba su melena — Conseguimos muchísimo juntas.
— Sí, —afirmó Pinkie Pie — como las múltiples veces que derrotamos a Sombra.
— O todas las veces que salvamos el reino. — Afianzaba Rainbow Dash.
— O la cantidad de amigos que hicimos por el camino. — Dijo Fluttershy.
— Y, ni hablar de todos los problemas resueltos. — Sentenció AppleJack.
— Tenéis razón, chicas... — Twilight se limpiaba las lágrimas — Me di por vencida demasiado rápido, os necesitaba para darme cuenta de mi error...
— Es muy lindo y todo, pero seguimos sin un plan... —Dijo Spike sin afán de arruinar el bello momento.
— Por eso no te preocupes, joven lagartija. — Dijo Sombra entrando de golpe en la sala — Porque, yo, sí lo tengo.
Las yeguas, y el dragón, se lo quedaron viendo a él, y a Braeburn. No solo, por la inesperada entrada, sino también porque ambos vestían ropa de gala. Notaron sus miradas de extrañeza, y el intento de no reír de Spike.
— No había nada más que ponernos. — Dijo Braeburn un poco sonrojado — Pero es más cómodo de lo que parece... Salvo cuando da el tirón ahí atrás...
— ¿Tú tienes un plan? — Preguntó Twilight. Aunque añadió algo molesta — Para ser el mellizo de Cadence, eres algo maleducado espiando conversaciones ajenas. — Sorprendería a sus amigas con la confesión.
— Primero, no te estábamos espiando, las paredes de cristal son muy finas y llevas toda la noche lamentándote, así no hay quien se ponga romántico; — dijo Sombra acompañado de un gesto de afirmación de su novio — segundo, no me he dado por vencido. He tratado de hacer memoria, y he recordado que en el libro se mencionaba que no había nada capaz de rivalizar con el cencerro, salvo hacerse con él.
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Sombras sobre el manzanar
RomanceBraeburn cuidaba de sus manzanos en Appleloosa cuando de repente encuentra a un misterioso corcel famélico y herido bajo uno de sus árboles. Tras un tiempo, el corcel, parece desarrollar cierto aprecio por su salvador, quien lo trata como un igual p...