Capítulo 12: Un árbol llamado Bloomberg

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Una vez todos los invitados estuvieron establecidos, salieron a la parte trasera del edificio. Allí había un amplio espacio para permitir el movimiento de carretas, celebrar comidas familiares muy numerosas, organizar verbenas... Fue entonces que se dividieron las tareas: Apple Bloom, la abuela Granny Smith y Sugar Belle, quedaron que montarían la mesa grande para seleccionar las manzanas por clase y calidad; Braeburn y AppleJack, atizarían los árboles para que cayeran los frutos; y Big Mac y Black, cargarían los cestos y la carreta dado su gran tamaño y fuerza. Alguien se posó sobre el lomo de Black.

— Holi, novato. Veo que ya conoces a la familia. — Saludaría una voz familiar desde su espalda.

— Buenos días, Apple Cider. — Respondió — Creí que estarías durmiendo o con dolor de garganta tras la noche de ayer. Este, ruborizado, clavaría su casco entre las costillas de Black.

— Te dije que no hablaría de eso... todavía... — Dijo con molestia el pegaso — De igual forma podría decir lo mismo de ti. Os fuisteis tarde, y fuiste tú el que se la pasaba cantando y bailando cada vez que el aparato de música daba fallos. No sabía que te conocías las canciones. — Decía mientras se bajaba del lomo del enorme corcel.

— ¿¡Bromeas!? — Decía con una sonrisa pícara — Las has puesto tantas veces, y hemos pasado tanto tiempo en el local que las podría cantar todas en orden, sin descanso y sin fallar una sola nota.

— Vaya, Apple Cider. — Dijo AppleJack abrazándolo con cariño — ¿Dónde corrales te habías metido? Ya casi empezamos sin ti.

— ¡Primo Cider! ¡Primo Cider! — Apple Bloom llamó su atención — ¡Mira! Tal y como te dije por carta, conseguí mi cutie mark al mismo tiempo que mis amigas. — La pequeña potranca le mostraba su flanco con orgullo.

— Eso es fantástico, peque. — Celebraron alegremente. La escena conmovía el corazón de los presentes, pero también llenaba de celos a Sombra pues, muy en el fondo, a él le hubiera gustado que alguien lo hubiera tratado así en su niñez — En cuanto a mi tardanza... — Se abalanzó sobre el unicornio azabache para abrazarlo — Te debo una muy grande, "Big Black"~ Tenías razón en con tu consejo, anoche tuve la mejor cita en mucho tiempo~ — Black se sonrojó y aceptó el abrazo, pero si tuviera que ser sincero... no recordaba realmente el consejo que le dio, aunque sí recordaba habérselo dado.

— ¡Venga grupo de holgazanes! — Gritó la yegua anciana algo desesperada, aunque visiblemente contenta — ¡Hay muchas manzanas que recoger! Dejad la cháchara para después.

Todos rieron ante aquello, a excepción de Sombra, que estaba más impresionado por la energía que demostraba la anciana a pesar de su avanzada edad, pero, más pronto que tarde, se sintió envejecer al recordar que la anciana era un bebé en comparación a sus varios siglos de antigüedad.

Todos los adultos jóvenes, a excepción de la pareja de Big Mac, se dirigieron al manzanar. El grácil pegaso, colocaba los canastos bajo los árboles; Braeburn y AppleJack golpeaban los manzanos; y, Big Mac y Black, se turnaban en quién llevaba la carreta cargada al improvisado "puesto de procesado".

Llevaban la mitad del manzanar Este cuando los dos primos, AppleJack y Braeburn empezaron a trotar hacia lo que parecía un claro. Lo impresionante fue cómo eran capaces de sacudir los manzanos a la par que parecían correr hacia la nada. Los "ponis de carga" llenaron la carreta y se acercaron a la zona despejada.

En el centro del círculo de árboles y matorrales, se erigía un imponente manzano que los ponis admiraban. Fue entonces que AppleJack rompería el silencio.

— Hola, Bloomberg~ — Habló tiernamente al árbol antes de darle un abrazo, lo cual extrañó al azabache — Ha pasado tanto tiempo... Te has hecho muy grande... — Sombra se dio cuenta que la yegua iba a empezar a llorar. Él, desde luego, no lo comprendía, pero aun así se acercó a ella y le prestó un pañuelo que llevaba en el chaleco, gesto que confundió al poni elemental, pero que solo le agradeció — Es que, me trae tantos recuerdos... traer un joven manzano nacido en Ponyville hasta aquí, mi primer gran viaje con mis amigas, — Sniff — el primer gran conflicto resuelto fuera de casa...

Sombra percibió un olor peculiar, se trataba del matorral que había a los pies del árbol. Era un olor bastante dulzón que le resultaba familiar, pero no sabía por qué. Sus dudas fueron resueltas cuando el granjero habló.

— Blacky no lo tiene tan presente, — Diría frotando su nariz en el cuello del mencionado tiernamente — pero, Bloomberg, también es un manzano muy especial para nosotros... — Le sonreiría — Se podría decir que él nos presentó pues, sobre este matorral de aquí, fue que encontré aun casi moribundo unicornio de color azabache que pronto se convertiría en un amigo y, ahora, es mi razón para ser feliz~ — De lo más profundo de su ser, una terrible arcada trataría de abrirse paso debido a esas palabras tan ñoñas, aun no se acostumbraba, pero consiguió disimularla lo suficiente para no ser notada.

"Espera," Pensó Sombra "si me encontró aquí, eso quiere decir que tiene que estar por aquí, ¿verdad?" El rugido de las tripas del grupo completo, las suyas incluidas, lo devolvió a la tierra.

— Vaya, — rió el poni amarillo — sí que hemos trabajado duro. Habrá que ir a comer. Seguro que en el "puesto de procesado" ya han parado a descansar y preparar la comida.

— ¡EEYUP! — Rematarían Big Mac y Apple Cider a la vez. El segundo se rió, pues solo lo había hecho porque sabía lo que diría el rojito.

— ¿Vienes, Black? — Llamarían su atención al ver que este seguía observando el manzano llamado "Bloomberg".

Tras eso, los cinco, se dirigieron hacia la casa, donde sabían que les esperaban las tres yeguas restantes con comida suficiente para saciar a toda la ciudad.

Sombras sobre el manzanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora