Final

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Megumi sentía un dolor punzante en su abdomen. A pesar de la neblina en su visión, podía distinguir vagamente los rostros de Sukuna y Yuta, sus expresiones llenas de preocupación.

A su lado, vio a su cachorro en los brazos de su padre, el pequeño Yuuji dormido o inconsciente, pero al menos a salvo en los brazos de Satoru.

Las voces a su alrededor eran suaves, y lentas, pero podía captar fragmentos de la conversación.

—M-Megumi... —la voz de Sukuna llegó a él, llena de alivio.

Megumi intentó mover los labios para responder, pero el esfuerzo hacia que el dolor llegara mas fuerte. Con cada parpadeo, su visión se aclaraba un poco más, y podía ver los detalles de la habitación del hospital, y la preocupación en los rostros de su familia.

Megumi, aún confundido y adolorido, miró a su alrededor, tratando de entender.

—¿Qué hago aquí? —preguntó Megumi, con voz débil.

Sukuna, con una mezcla de alivio y exasperación, se inclinó hacia él. —Hiciste una tontería, Megumi. Te arriesgaste demasiado—dijo Sukuna, su voz temblando ligeramente.

Yuta, aliviado por ver a Megumi consciente, asintió— Nos preocupaste mucho. Estás en el hospital, herido pero estable. Lo que hiciste fue muy peligroso.

Megumi levantó la vista y se encontró con la mirada de sus padres. Satoru estaba visiblemente decaído y exhausto, con una expresión de agotamiento. Toji, con su característica serenidad, miraba a Megumi con una intensidad preocupada. Aunque sus gestos eran serios, el amor y la preocupación en su mirada eran inconfundibles.

—Megumi—dijo Toji, suavemente . —Tienes que recuperarte, te necesitamos bien Estás en buenas manos ahora. Nos encargaremos de todo. Solo concédele tiempo a tu cuerpo para sanar.

Megumi asintió, su mirada se poso en su niño que pronto comenzó a moverse en señal de que iba a despertar.

Yuuji abrio los ojos, encontrándose con los del omega, rápido extendió sus pequeños brazos hacia él. Megumi sintió una oleada de ternura al verlo.

—Mira nada más, extrañaba a mami —dijo Satoru con una sonrisa mientras acercaba al bebé hacia Megumi.

El comentario hizo que el rostro de Megumi se sonrojara intensamente. Aunque se sentía profundamente como la "mami" de Yuuji, nunca antes había sido llamado de esa manera por alguien.

Satoru, al notar la reacción de Megumi, sonrió con simpatía.

Sukuna observó a su cachorro en los brazos de Megumi, una cálida sensación de paz envolviéndolo. Aunque no podía prever lo que el futuro le depararía, el deseo de estar junto a Megumi y Yuuji era su único anhelo claro.

 Aunque no podía prever lo que el futuro le depararía, el deseo de estar junto a Megumi y Yuuji era su único anhelo claro

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Los meses pasaron rápidamente, y la recuperación de Megumi también. Durante ese tiempo, muchas cosas cambiaron para mejor. El vínculo entre Sukuna y la familia de Megumi se fortaleció, y tanto su padre como su hermano aceptaron a Sukuna como parte de su familia.

Lazos incomprensibles. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora