18. Pactar Con El Diablo.

5 1 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


GINGER


Subo a Blitzen a la camioneta de los cara de jengibre. 

El hombre de lentes trae de nuevo la katana agarrada, dando un corte en la ventanilla del reno que se echa a gritar por ayuda.

Le doy un codazo en la mandíbula. Doblo el otro brazo por el suyo, y en el dobles, cierro el mío haciendo que el suyo cruja. Libera la katana.

La tomo para noquearlo con la empuñadura. Busco en sus bolsillos las llaves del auto. Arrugo la nariz siguiendo el olfato y las encuentro. Rodeo la camioneta con flechas saliendo disparadas.

Al subir, la tal Jenny sale arrastrando a Cherry del cabello, por el piso.

Arranco el vehículo antes de que Blitzen intente bajar. Grita que debo de ayudar a su tía. Que no puede terminar como sus padres. Tirados en el río. Trae el uniforme de secundaria con restos de sangre, nieve y ceniza. 

Conduzco por las autopistas principales, cercas del jardín de los gnomos y el centro de la ciudad. No puedo creer que Cherry me quería ver la cara de tonto, si no la noqueaba, iba a matarme. Ella. Espero la dejen vivir.

Espero la usen de cebo para Krampus. No puedo perderla.

Parando en el semáforo, me pego contra el volante dos veces. Me sorbo los mocos.

—Dijeron —habla Blitzen—. Dijeron que ningún amigo de Krampus debe vivir.

De los clubs nocturnos que el jefe tiene, solo a uno visita. Y es a donde voy.

Doblo el volante a la derecha, pasando cercas del gran pino del parque central. La punta se cubre por las nubes. Ya están en helicópteros poniendo las luces de navidad.

Y todos los que veo, pasando el peatonal. Saliendo de las tiendas. Viven creyendo que Zaith nos protege pero tiene a Jingersix de su lado, y ellos, matan por dinero. Hacen cualquier cosa por alabar al demonio que posee Krampus. 

Pobre. ¿Por qué tenía que perder a su madre? Se notaba que lo quería mucho. 

La mía sentía lo contrario. Hui de mis padres por meterme creencias en la cabeza, y llegué aquí creyendo que sería distinto. Veo que todo es igual y peor.

Navidad no es más que una creencia. Krampus y Santa son como deidades para esta gente. 

La imagen del señor barbudo y panzón, está hasta en la comida de los puestos callejeros. ¿Por qué viven tranquilos y nosotros debemos de sufrir? Nunca hable con otros trabajadores, nomás con Cherry.  Ahora, por las noticias en las pantallas de un edificio departamental, me doy cuenta que sí, todos han muerto pero fingen que son accidentes.

La Lujuria De Krampus  [ C.D.L #1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora