In Guk estaba sentado en un sillón de la sala de estar, la única luz en la habitación provenía del televisor. Con una expresión imperturbable, miraba las noticias que se transmitían en la pantalla, mientras sorbía tranquilamente de una taza de café. Sin embargo, su tranquilidad aparente era solo una máscara; bajo esa calma, sus pensamientos eran calculadores y oscuros.
En la pantalla, el noticiero local mostraba imágenes de una escena policial. Cintas amarillas rodeaban una zona en las afueras de la ciudad, y los reporteros se amontonaban alrededor de los oficiales. La noticia del día era el descubrimiento del cuerpo del repartidor de pizza, aquel al que In Guk había masacrado sin remordimientos para llevar a cabo su plan. Su rostro no mostraba emoción alguna mientras las palabras de los reporteros describían el violento asesinato.
—"El cuerpo fue encontrado a las afueras de la ciudad en una zona poco transitada. Las autoridades han señalado que el hombre, un repartidor de pizza, fue brutalmente golpeado antes de ser abandonado. Aún no hay sospechosos claros, pero se ha iniciado una investigación exhaustiva para encontrar al responsable de este atroz crimen" —decía el presentador con una expresión seria.
In Guk dejó la taza de café sobre la mesa, sus dedos tamborileando con calma en el borde. Observaba con frialdad cómo las imágenes cambiaban de la escena del crimen a los rostros de la familia del repartidor, devastados por la noticia. Las lágrimas de una madre destrozada apenas lo afectaban; para él, esas emociones eran irrelevantes. Solo eran otro pequeño obstáculo que tenía que superar.
—"No tienen ni idea de quién soy" —susurró para sí mismo con una sonrisa, casi disfrutando del caos que había dejado atrás. La policía no tenía pistas, y él había planeado cada paso de su escape cuidadosamente. Había asegurado que no hubiera testigos ni cámaras cerca. Para cualquiera, sería solo otro crimen sin resolver.
Pero mientras las noticias continuaban, algo llamó su atención: una periodista mencionó que habían encontrado una huella parcial en la zona. Su rostro no cambió, pero sus pensamientos se agitaron. Había sido cuidadoso, pero quizás en algún momento cometió un pequeño error.
—"No importa" —murmuró para sí mismo, quitándole importancia. Sabía que la policía tendría que ser extremadamente afortunada para vincularlo con el crimen. Aún tenía tiempo, y no podía distraerse con detalles insignificantes.
Se levantó del sillón, apagó la televisión y caminó hacia la ventana de la sala de estar, mirando hacia la oscuridad exterior. Su plan iba exactamente como lo había previsto. Bogum estaba debilitado, y Yeji, aunque asustada, pronto entendería que no tenía otra opción más que aceptar su destino junto a él. El control que tenía sobre ella crecía día a día.
—Todo está en su lugar... —dijo en voz baja, mirando el reflejo de su rostro en la ventana.
Sin embargo, algo en su interior sabía que no podía permitirse más errores. Si bien el cuerpo del repartidor había sido un paso necesario para continuar con su plan, ahora tenía que ser más cauteloso. La policía podría no estar cerca de encontrarlo, pero cualquier error adicional podría ser fatal.
—Solo una semana más —se dijo, como un recordatorio de que estaba llegando al final de su juego con Bogum. Una vez que él estuviera fuera del camino, nadie se interpondría entre él y Yeji. Ella no tendría más opción que aceptarlo, que someterse.
Con una sonrisa oscura en el rostro, In Guk se giró y caminó hacia la puerta de la habitación donde tenía a Yeji y Bogum encerrados. El sonido de la respiración entrecortada de Bogum y los sollozos apagados de Yeji se escuchaban desde adentro, y aquello le daba una sensación de poder absoluto. Él controlaba cada aspecto de sus vidas en ese lugar, y pronto sería tiempo de dar el paso final.
Pero en el fondo, sabía que el reloj estaba corriendo. No podía seguir con su plan indefinidamente. Los riesgos estaban aumentando, y la policía eventualmente encontraría más pistas si no actuaba rápido. Se dijo a sí mismo que tenía todo bajo control, pero algo en la forma en que su mente divagaba le decía que no podía relajarse ni por un segundo.
Apoyó la mano en el picaporte, pero no abrió la puerta. Por ahora, les daría un poco más de tiempo a solas. Disfrutaría de sus últimos momentos de tranquilidad, antes de que todo llegara a su final macabro.
—Pronto... todo será perfecto. —susurró mientras se alejaba de la habitación, su sonrisa aún presente en su rostro.
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PYSHOPATHIC FEAR | MIEDO PSICOPATA
FanfictionUna joven hermosa y decidida, Yeji, es acechada por In Guk, un hombre obsesivo y perturbado que manipula cada aspecto de su vida desde las sombras. Mientras ella intenta descubrir el origen de las extrañas coincidencias que la rodean, su mundo se os...