El Plan Peligroso

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In Guk había llegado a un límite que no podía soportar más. La creciente relación entre Yeji y Bo Gum lo carcomía por dentro, y cada risa que compartían, cada conversación ligera entre ellos, lo empujaba más hacia el borde de la obsesión y la desesperación. Lo que había comenzado como un juego de control y manipulación ahora tomaba un giro mucho más oscuro. Necesitaba alejar a Bo Gum de la ecuación de una vez por todas, y había decidido que solo había una forma de hacerlo: secuestrar a Yeji.

Durante días, In Guk había estado trazando su plan con precisión. Cada detalle era meticulosamente analizado. No podía permitirse cometer errores. Con su conocimiento en tecnología y su habilidad para manipular el sistema de vigilancia de Yeji, tenía la ventaja. Sabía dónde estaba ella en todo momento, sabía cuándo estaba sola, cuándo salía y, lo más importante, cuándo era vulnerable.

In Guk no era ajeno a las tácticas extremas. Había dedicado años a estudiar a las personas, a entender cómo controlar sus emociones, sus movimientos. Pero secuestrar a alguien, especialmente a Yeji, era una decisión arriesgada, incluso para él. Sabía que no podía actuar impulsivamente. 

Necesitaba que fuera perfecto, un plan sin fallas.

—Todo debe estar bajo control —se dijo a sí mismo, mientras garabateaba esquemas en un cuaderno lleno de detalles sobre los movimientos de Yeji.

Primero, comenzó a observar los patrones de Bo Gum con más atención. Si bien no era su principal objetivo, debía asegurarse de que no interfiriera. Planeaba actuar en un momento en que Bo Gum no estuviera cerca, cuando él fuera incapaz de ayudar a Yeji. Para ello, necesitaba tiempo y un pretexto para mantener a Bo Gum alejado, tal vez incluso involucrarlo en algún accidente "inesperado" que lo distrajera por completo.

Cada noche, In Guk se sentaba frente a su computadora, siguiendo a Yeji a través de la cámara de su teléfono, anotando cada detalle que podría ser útil en su plan. Sus dedos recorrían las teclas con una mezcla de precisión y ansiedad, mientras programaba las próximas semanas en su mente.

El secuestro debía parecer un accidente. Eso lo hacía todo más sencillo. No quería levantar sospechas que lo llevaran a ser descubierto. Planeó un lugar específico: una casa en el campo a las afueras de la ciudad, un sitio que pocos conocían y donde nadie se atrevería a ir sin razón. El lugar era perfecto para lo que necesitaba, aislado y fuera del alcance de cualquier ayuda inmediata.

Las semanas siguientes serían clave. Mientras tanto, In Guk seguía interactuando de manera casual con Yeji, manteniendo su fachada de chico amable y algo reservado que a veces se encontraba "por casualidad" con ella. Cualquier sospecha debía evitarse, cualquier señal de su verdadera intención debía permanecer oculta.

Yeji, por su parte, seguía sin percatarse de las sombras que se cernían sobre ella. La relación con Bo Gum seguía avanzando, y aunque aún no se sentía lista para dar el siguiente paso, apreciaba el espacio que Bo Gum le daba para respirar y conocerse mejor. Su vida parecía, por primera vez en meses, tranquila, como si el peso de las extrañas coincidencias y la sensación de ser vigilada hubieran comenzado a desvanecerse.

Una tarde, mientras salía del trabajo, Bo Gum la estaba esperando como solía hacer en los últimos días. Habían quedado en ir a cenar a un restaurante cercano, pero antes de que pudieran dirigirse al lugar, el teléfono de Yeji sonó. Era un mensaje.

Yeji miró la pantalla, y su expresión cambió por un segundo. El mensaje no tenía remitente, pero era claro: una dirección, nada más.

—¿Todo bien? —preguntó Bo Gum, notando su cambio de semblante.

—Sí, solo... algo extraño. Pero no es nada —dijo Yeji, intentando restarle importancia.

En ese momento, In Guk estaba observando. Sabía que ella había recibido el mensaje que había enviado desde un número encriptado, una trampa sutil que la conduciría, eventualmente, al lugar que él había preparado. Era un movimiento arriesgado, pero necesario para asegurar que todo saliera como lo había planeado.

Durante las siguientes semanas, In Guk comenzó a crear pequeños incidentes que pasaban desapercibidos para Yeji pero que la llevaban, sin que ella lo notara, a acercarse cada vez más al lugar de su secuestro. Dejó que las cosas se desarrollaran con naturalidad, mientras manipulaba cada pequeña decisión que ella tomaba. Instaló una nueva aplicación en su teléfono, disfrazada como una actualización del sistema, que le permitió tener un control aún mayor sobre sus movimientos.

Mientras tanto, Bo Gum se había vuelto aún más cercano a Yeji. Sabía que su relación con ella seguía siendo frágil, pero estaba dispuesto a esperar el tiempo que fuera necesario. Lo que no sabía era que cada día que pasaba, In Guk se acercaba más a ejecutar su plan.

Finalmente, la noche que In Guk había estado esperando se acercaba. Era la oportunidad perfecta, y todo estaba en su lugar. Había elegido una noche en la que sabía que Bo Gum no estaría cerca, una noche en la que Yeji estaría sola, vulnerable. Sabía que ese sería el momento para actuar.

Con todo preparado, In Guk se quedó en la oscuridad de su habitación, observando la pantalla de su computadora, donde los movimientos de Yeji eran monitoreados en tiempo real.

—Ya casi es hora —murmuró, una sonrisa retorcida cruzando su rostro mientras los hilos de su plan se tensaban cada vez más.

El destino de Yeji estaba a punto de ser sellado, y ni siquiera Bo Gum, con toda su bondad, podría detener lo que In Guk tenía planeado.

PYSHOPATHIC FEAR | MIEDO PSICOPATADonde viven las historias. Descúbrelo ahora