La pequeña lámpara que colgaba del techo parpadeaba de vez en cuando, lanzando sombras inquietantes por las paredes del sótano. Yeji estaba sentada en el suelo, con la respiración entrecortada y el corazón latiendo desbocado en su pecho. In Guk permanecía de pie frente a ella, observándola con una expresión calculadora, como si cada uno de sus movimientos estuviera planeado con precisión.
El silencio entre ellos era insoportable. Finalmente, Yeji reunió el valor suficiente para levantar la cabeza y mirar a su captor directamente a los ojos. Su voz temblaba, pero la necesidad de entender era más fuerte que su miedo.
—¿Quién eres? —preguntó con un hilo de voz—. ¿Por qué estás haciendo todo esto?
In Guk no respondió de inmediato. Se limitó a observarla, disfrutando del miedo y la confusión que emanaban de ella. Finalmente, dio un paso hacia adelante, inclinándose ligeramente, como si fuera a contarle un secreto.
—¿Quién soy? —repitió con una sonrisa torcida—. Soy alguien que ha estado a tu lado desde hace mucho tiempo, Yeji. Más de lo que podrías imaginar.
Yeji lo miró, intentando comprender sus palabras, pero no había nada en su memoria que lo relacionara con ella. Todo lo que recordaba era aquel encuentro accidental en la tienda de conveniencia, y después, esa sensación constante de ser observada, como si algo en su vida no encajara del todo.
—No me conoces, pero yo a ti sí —continuó In Guk—. Desde el primer momento en que te vi, todo cambió. Eras diferente. Perfecta.
Yeji sintió un escalofrío recorrer su columna. Las palabras de In Guk eran frías, calculadas, y a la vez llenas de una obsesión aterradora.
—Te seguí, te observé... todo el tiempo. Sabía lo que te gustaba, con quién hablabas, a dónde ibas. Siempre estuve ahí, en las sombras, cuidando de ti. Y luego, ese imbécil de Bo Gum apareció, y me di cuenta de que tenía que hacer algo. No podía permitir que alguien más estuviera cerca de ti.
Las piezas comenzaron a encajar en la mente de Yeji, y la realidad de la situación se volvió aún más aterradora. In Guk no era solo un extraño; había estado acechándola durante meses, tal vez años, manipulando cada pequeño detalle de su vida sin que ella lo notara.
—Esto... esto es una locura —murmuró Yeji, sus manos temblando—. No puedes hacerme esto. ¡No tienes derecho!
In Guk la miró con una mezcla de desprecio y diversión. Se arrodilló frente a ella, tomando su rostro entre sus manos, obligándola a mirarlo directamente a los ojos.
—¿Derecho? —repitió con un tono suave, casi burlón—. Yeji, no entiendes. Tú eres mía. Siempre lo has sido, desde el día en que te vi. Esto no es una locura. Es destino.
Yeji intentó apartar su rostro de sus manos, pero la fuerza de In Guk era abrumadora. Su piel ardía bajo su toque, y el miedo la envolvía completamente.
—Nunca quise hacerte daño —susurró In Guk, su tono de voz suavizándose un poco—. Esto es por tu bien. Lejos de todos, lejos de Bo Gum, estarás a salvo. Aquí, solo conmigo.
Las palabras resonaron en el sótano, pero en lugar de alivio, solo sembraron más terror en el corazón de Yeji. Ahora sabía que estaba atrapada en una prisión no solo física, sino psicológica. Este hombre, que había permanecido oculto en las sombras durante tanto tiempo, estaba dispuesto a destruir cualquier atisbo de libertad que ella tuviera.
—Por favor... —susurró Yeji, luchando por mantener la calma—. Déjame ir.
In Guk la observó en silencio durante unos largos segundos, y luego, con una suavidad escalofriante, le acarició el cabello.
—No voy a dejarte ir, Yeji —respondió con una sonrisa perturbadora—.
Porque esto, tú y yo, es lo único que importa ahora.
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PYSHOPATHIC FEAR | MIEDO PSICOPATA
FanficUna joven hermosa y decidida, Yeji, es acechada por In Guk, un hombre obsesivo y perturbado que manipula cada aspecto de su vida desde las sombras. Mientras ella intenta descubrir el origen de las extrañas coincidencias que la rodean, su mundo se os...