Capítulo 38

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Mattia



~º~



—Lo felicito señor por haber cumplido su objetivo.


—Guarda tus felicitaciones para después aún no termino. ¿Como está Lea?



—Se encuentra bien y a salvo excepto que no quiere comer.



—¿Como que no quiere comer?


—Pues la señorita desconfía de nosotros.


—Debí imaginarlo.


—Ya está listo para volver a casa señor.



—Si pero primero haré algo que tengo pendiente y necesito que me lleves a la casa de Alice.



—Como ordene...


Mattia y su mano derecha se fueron ambos hasta el departamento de Alice.


—Espérame aquí volveré pronto.



Comienzo a subir en el ascensor y al llegar toco la puerta y ahí estaba ella.


—¿Que haces aquí, pensé que no querías verme?



—Hoy si quería verte.


—yo también quería verte desde hace mucho tiempo.—Alice comienza acercarse a mi mientras se desnuda.



—Quiero dejarte algo muy en claro Alice...


—Lo que quieras.—Dice cerca de mis labios.


—A mi mujer no la vuelves a tocar.

Alice me mira extrañada y rápidamente la tomo por el cuello y la tiro al piso mientras comienzo a asfixiarla.



—Esto fue por la tortura que le hiciste pasar por una semana, que creías que lo había olvidado. Fíjate que no lo olvide


Alice comienza a patalear y moverse intentando respirar pero es imposible hasta que veo como su pier pierde el color y sus labios se tornan morados al comprobar que no respiraba saco los algodones y e alcohol para pasársela por el cuello borrando toda marca de huellas de su cuello para luego subirme al auto y acelerar hasta mi casa o mejor dicho la mansión D'Angelo.

Alice comienza a patalear y moverse intentando respirar pero es imposible hasta que veo como su pier pierde el color y sus labios se tornan morados al comprobar que no respiraba saco los algodones y e alcohol para pasársela por el cuello borrando ...

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Salgo del auto mientras entro en la casa y todos los sirvientes están en fila esperando por mi.



—Bienvenido a casa señor D'Angelo.


Una sirvienta se me acerca para retirarme la chaqueta, para luego seguir caminando hasta mi oficina.


—¿No irá a ver a la señorita Lea mi señor?



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