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El fuego en la chimenea iluminaba la sala con una luz cálida y suave. Sirius estaba sentado en su silla, reclinado hacia atrás, con una mirada que intentaba comprender hasta qué punto habían llegado las consecuencias de los actos de Harry. Remus, sentado en el sofá cercano, hojeaba un libro, aunque prestaba atención a la figura de su esposo y mejor amigo.

—Entonces, ¿has sabido algo del chico? —preguntó Remus, incómodo por el silencio que había llenado la habitación desde que ambos aurores habían llegado.

James suspiró profundamente antes de contestar. —No... No he podido contactarlo. Ya ha pasado una semana desde que le envié varias cartas con la lechuza, pero no ha respondido —dijo a sus amigos, moviendo el pie con impaciencia—. Ni siquiera he podido comunicarme con él por la red Flu. El acceso por la chimenea está bloqueado... y lo peor es que Severus recogió todas sus cosas de la cabaña.

Sirius frunció el ceño y se enderezó en su silla. —¿Crees que está... bien?

—No lo sé, pensé que estaría mejor si hablaba con su hermana, y bueno, parece que fue una mala idea. Eileen Prince me insultó y me culpó por las acciones de mi hijo. No estaba muy contenta cuando se enteró de todo. —Murmuró con mal humor en la voz.

—Yo tampoco estaría contento si me entero de que alguien engañó a mi hermano en vísperas de su boda —señaló Sirius mientras se levantaba en busca de un trago—. ¿Sabes al menos dónde vive su hermana?

James hizo una mueca, se encogió ligeramente en el sillón y enterró sus dedos con desesperación en su cabello.—No, solo sé que vive con un muggle, o al menos eso es lo que Severus me contó —murmuró—. Parece que fue una mala idea.

—James... —Remus cerró el libro con cierta fuerza, llamando su atención—. Él debe estar bien. Tal vez solo necesita un tiempo a solas.

—En la cabaña...

—Un tiempo a solas de verdad —le indicó el licántropo—. Es un buen chico, pero también se nota que es muy sensible. Sé que quieres reparar los errores de Harry y ayudarlo, pero... —el hombre de ojos color miel hizo una mueca—. Tú eres el padre de Harry, y... lo mejor es que Severus esté alejado de todo lo que le recuerde a él.

Los labios del auror temblaron. —¿Entonces simplemente confío en que está bien y ya?

Sirius soltó un suspiro al escucharlo. —Intentaré averiguar su dirección. Aunque, ¿de quién era amiga la chica Prince? Nunca hablé con ella en Hogwarts.

—Yo solo hablé un par de veces con ella. No era odiosa como los Slytherin de su alrededor —murmuró Remus suavemente—. Aun así, creo que perdió a todas sus amistades cuando se casó con el muggle. Sus padres la repudiaron, así que... no creo que alguien tenga información de ella.

James hizo una mueca al escuchar a su amigo. No tenía idea de cómo contactar a Eileen Prince, pero intentaría buscar una forma de hacerlo. Tal vez la idiota había llenado la cabeza de Severus de cucarachas y.... él simplemente había decidido no volver a hablar. Mierda.—Intentaré buscar información.

Remus asintió al escuchar a su amigo. Todos se mantuvieron en silencio durante casi un minuto. Observó cómo Sirius le ofrecía un trago a James y cómo este bebía de un trago la bebida alcohólica.

—¿Qué hora es? —preguntó James con los ojos cerrados—. No quiero pisar esa maldita oficina mañana.

—Tranquilízate, cornamenta —Sirius le dio un par de golpes en el hombro para luego regresar a su asiento—. Entonces... —El animago sintió la mirada de su esposo sobre él, como si le estuviera animando a hacer la pregunta—. ¿Realmente planeas divorciarte de Lily?

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora