20.-

775 153 57
                                    

¡Recuerda comentar, o te apuñaleo, gracias!

***********


—¿Qué querías hablar con él? —preguntó Harry a Ginny al verla regresar. Estaban asignados por grupos y, dentro de poco, tendrían que ir a hacer guardia en Azkaban. No era un lugar alentador, pero les tocaba esa semana.

Ginny evitó sobresaltarse ante la pregunta. Recordó rápidamente la petición del señor Potter y pensó en Severus, en su felicidad, en lo mucho que amaba a su amigo y en lo dispuesta que estaba a que este fuera feliz. —Y-yo... quería invitar a tu padre a nuestra boda —mintió con simpleza—. Aunque ya sabes la respuesta ¿He? Y... b-bueno, también quería saber sobre Severus.

Harry hizo una mueca al escuchar aquello último. Asintió suavemente ante las palabras de su prometida, Severus era un tema delicado para él. Un tema que le gustaba evitar, y pensar. Tal vez por la culpa que sentía, por no haber sido sincero, por... todo. —Oh... ¿Cómo está él? —preguntó el chico de ojos verdes.

Ginny se movió ligeramente ante la pregunta. —Eh... Bueno, el señor Potter no me dijo mucho. Ya sabes lo que piensa de mí —le dijo, pero su expresión era una mueca dolorosa—. No tengo derecho a saberlo ni a decir su nombre.

Harry suspirar al ver la mirada dolida de su futura esposa. —Lo siento, Ginny. —Era la primera vez que se disculpa, sabía que Severus era importante para ella, incluso, Harry era consiente que el chico de cabellos largos era mucho más importante para su novia, que él mismo.

La chica de ojos azules respiró profundamente. —Está bien. Igual, he averiguado algunas cosas por mi cuenta —dijo, intentando desviar el tema—. Está viviendo en la Hilandera, con su hermana y su esposo.

Harry se tensó ligeramente al escuchar aquello último. —¿Con el muggle? ¿Estás segura?

Ginny asintió. —Sí, pero Severus no es un clasista sangre pura, Harry. El estará bien.

El chico de ojos verdes asintió, aunque no muy seguro de las palabras de su novia. Severus y su hermana no tenían la mejor relación, mientras estuvieron juntos pocas fueron las veces que los vio hablando, tal vez una que otra carta, pero nada más—. Entonces espero que este bien, de verdad.

Ginny sonrió de nuevo para luego suspirar—. El señor Potter me pregunto por tu madre, Harry. Al parecer ella sigue negándose a firmar el divorcio.

Harry hizo otra mueca. En los últimos días, había discutido con su madre en más de una ocasión, y en cada una de ellas, ella había terminado llorando. Quizás porque él mismo le había dicho que seguir suplicándole a su padre era una pérdida de tiempo. Su madre era una mujer joven y hermosa; podría rehacer su vida sin problemas. Pero no. Ella seguía aferrada a la idea de que, con un par de sesiones de terapia de pareja, podrían salvar su matrimonio. —¿Quiere hablar con ella?

—No la quiere tener cerca, Harry —le susurró con cierto pesar—. Me siento mal por ella, es una... buena mujer, pero solo está logrando que tu padre se moleste más.

Harry se mordió con fuerza uno de sus labios. Lo sabía. Se lo había dicho a su madre, pero ella era una mujer terca y, al final, él se había cansado. Estaba agotado de intentar hacerla entrar en razón. —Mi padre tendrá que esperar hasta que ella se resigne, Ginny.

La pelirroja asintió lentamente a las palabras de su novio. Sin embargo, se recordó a sí misma que, si Harry no encontraba una solución para hacerla entrar en razón, ella buscaría una forma de anular ese matrimonio. Las palabras parecían ser inútiles para la hacer entrar en razón a la señora Lily, tal vez, Ginny no recuperaría la amistad o la confianza de Severus, pero al menos quería hacer algo para recompensarlo. Severus era... Severus era lo más hermoso que le había pasado, su amigo, su todo y Ginny sabía exactamente dónde podía encontrar una forma para finalizar ese matrimonio: en los libros.

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora