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¿Tú mama sabe cocer?

Pa que te cosa esta *puñalada*

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Las uñas de James se enterraron en la piel pálida de Severus mientras lo sentía moverse sobre él. Se mordió los labios con fuerza mientras intentaba silenciar los gruñidos que escapaban de su boca. No es como si temiera que alguien los escuchara; solo estaban ellos dos y los elfos, que seguramente dormían en la casa. Pero James había descubierto, con cierta vergüenza, que era algo ruidoso en el sexo... en el sexo con Severus, para ser más concreto.

—Severus... —James quiso atraerlo más hacia él mientras sentía cómo su miembro era cobijado por la deliciosa estrechez del pálido. Tan apretado, tan caliente, tan bueno—. Si sigues así...

Las mejillas del joven peli-negro estaban enrojecidas mientras brincaba una y otra vez sobre la pelvis del auror. Su miembro lo penetraba reiteradamente con fuerza y casi agonía. Solo era un sexo rápido mañanero. Severus había tenido otro de esos sueños con James, aunque no recordaba cuándo había sido la última vez que había tenido uno de esos.

—¿S-Si sigo así, qué? —preguntó con cierta malicia en su voz. Sus ojos negros se cerraron mientras James, debajo de él, parecía tomar el control y golpear zonas sensibles en su interior—. J-James... —jadeó mientras sus uñas se enterraban en el estómago del hombre, que ahora estaba sin lentes—. Yo... yo...

—Oh, mi príncipe... —James intercambió las posiciones, colocando al pelinegro debajo de él. Su rostro enrojecido, su largo cabello esparcido sobre las almohadas y su cuerpo semidesnudo bajo él formaban una vista maravillosa—. ¿Ya te he dicho lo hermoso que eres? —le preguntó mientras sacaba su miembro del interior del joven, haciéndolo gemir por la pérdida.

—J-James... —se quejó Severus, jadeando y mirándolo con ojos negros y molestos—. No...

—¿No? —El auror se burló y acercó su rostro al del joven, besando sus delgados labios con suavidad—. Eres hermoso, mi amor, y eres mío.

El corazón de Severus latió con fuerza al escucharlo. Sus labios temblaron formando una sonrisa. Adoraba escuchar eso, realmente le gustaba. Sus brazos se deslizaron sobre los hombros de James mientras este nuevamente lo penetraba, esta vez de un solo movimiento y con fuerza.

Severus se arqueó bajo el auror. Los movimientos se volvieron más erráticos mientras su respiración se entrecortaba. Se sentía en el paraíso y, al mismo tiempo, ahogado al no lograr respirar, pero no le importaba. Si moría de esa forma, no le disgustaría.

Un cosquilleo comenzó a formarse en su vientre, los temblores en su cuerpo se intensificaron. Severus se escuchó a sí mismo suplicar por más, por más rapidez, por más fuerza. La cama crujió y el sonido de la madera solo se detuvo cuando todo pareció estallar a su alrededor.

Una deliciosa sensación recorrió su cuerpo mientras sus piernas apresaban la cintura de James, quien pareció detenerse segundos después que él. Una calidez inundó su interior y...

—Ah... —escuchó Severus decir al mayor sobre él—. Ya no tengo edad para esto.

Severus rió al escucharlo. Ambos estaban sudados. —¿Te quejas del ejercicio que tuvimos?

—¿Ejercicio? —James se burló al escucharlo. Buscó sus labios nuevamente mientras intentaba regular su respiración—. Nunca me cansaré de hacer ejercicio contigo, príncipe.

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⏰ Última actualización: Feb 23 ⏰

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